Confidencial: así pasó Rubiales de felicitar a Julen a despedirle
El martes 12 de junio de 2018 ya nunca más será un día cualquiera en la historia del fútbol español. Será una fecha a recordar para la Real Federación Española de Fútbol, una entidad centenaria que vivió el acontecimiento más bochornoso de su historia. En esa fecha, junto con el miércoles 13, tuvo lugar uno de los episodios más surrealistas que ha sufrido el fútbol español y que siempre tendrá un nombre propio, el de Luis Rubiales, el presidente que cambió de opinión en una noche para dejar a la selección española desnortada a 48 horas de comenzar un Mundial.
Rubiales siempre será el presidente que destituyó a un seleccionador por fichar de forma lícita por un club una vez terminase el campeonato. El mismo que felicitó con total normalidad a Julen Lopetegui cuando se confirmó que, una vez finalizase la participación de España en Rusia, iba a coger las riendas del Real Madrid, del club 13 veces campeón de Europa. Porque, diga lo que diga Rubiales, en un primer momento, el máximo mandatario del fútbol español aceptó con caballerosidad la marcha del que era su técnico.
Tal y como explicó el propio Florentino Pérez en la presentación de Lopetegui, ambas partes -el club blanco y Julen- «habían alcanzado un acuerdo en el ejercicio de la libertad» en pocas horas. Lo que tardaron en sentarse y poner las bases principales del contrato encima de la mesa.
Una vez que entrenador y club habían llegado a un entendimiento, el máximo mandatario blanco comunicó al presidente de la Federación el acuerdo alcanzado. Éste no dudó en aceptar la decisión, tal y como se pudo leer en un primer comunicado emitido por la RFEF, que a posteriori sería editado, donde se reconocía que el organismo siempre estuvo al tanto de las negociaciones. Incluso, estaba prevista una rueda de prensa en la que Rubiales y Lopetegui iban a explicarlo todo para poder centrarse en el Mundial, pero tras montarse en el avión de vuelta a Krasnodar todo cambió.
Lo que había sido comprendido con total normalidad por parte de Rubiales, empezó a desmoronarse al mismo tiempo que algunas voces mal intencionadas –entre las que había más de un periodista– trataban de hacerle ver que lo que había hecho Lopetegui y, especialmente, el Real Madrid era un ejercicio de deslealtad que no se podía pasar por alto. El presidente de la Federación escuchó esas palabras que, tal y como creen en el Real Madrid, nunca hubiesen aparecido si Julen hubiese fichado por cualquier otro equipo.
Todo finalizó con el despropósito que puso a la selección española en el disparadero. Una decisión que ha llenado de vergüenza al equipo de todos y ha convertido en un «tanatorio», expresión utilizada por Sergio Ramos, capitán del Real Madrid y de la selección, las horas previas al debut ante Portugal.
El Real Madrid y Lopetegui en ningún momento quisieron apuñalar a la Federación y a la selección. La idea era anunciar el fichaje antes de que comenzase el Mundial, en una muestra de transparencia y normalidad donde el único objetivo era evitar unos rumores que sí podrían haber hecho daño en un equipo que estaba unido antes y después de saber la noticia. De hecho, en un primer momento todas las partes habían recibido de buen grado el fichaje de Julen por el Madrid, Rubiales incluido, pero esas voces pesaron más para mandarlo todo al traste.