El cisma entre el club y Zidane empezó con el ‘caso Kepa’
Los desencuentros en la planificación deportiva, claves en su dimisión
Han sido varios los factores que han pesado en la dimisión inesperada de Zidane. Evidentemente, el técnico francés había sufrido el desgaste propio de llevar casi tres años en el banquillo del Real Madrid, que es casi un potro de tortura. Pero en la decisión de Zizou han pesado sobre todo los desencuentros con el club en la planificación deportiva. Y todo empezó con el caso Kepa en enero.
El Real Madrid tenía un acuerdo con el portero del Athletic y la decisión de pagar los 20 millones de la cláusula de Kepa estaba tomada. Pero Zidane se opuso y se puso cabezón. No quería a Kepa ni a ningún otro portero que viniera a perturbar la paz del vestuario en mitad de la temporada. En el club blanco no entendían cómo Zizou rechazaba la posibilidad de incorporar a un portero que iba a mejorar su plantilla. «Luego, que Zidane ponga al que quiera, pero la operación Kepa es estratégica», repetían en las oficinas del Real Madrid. Zidane ganó ese pulso y la operación Kepa se rompió.
Ese primer desencuentro entre Zidane y la dirección deportiva del Real Madrid, que estaba empezando a trabajar en el equipo del futuro, se ha ido repitiendo después hasta devenir en la precipitada dimisión del técnico. Después de Kepa llegó la diferencia de opiniones sobre el fichaje de Neymar. A Zidane le gustaba, pero tampoco lo veía como una prioridad «absoluta».
También tenían diferentes visiones Zidane y el club en torno al futuro de dos futbolistas de la BBC: Bale y Benzema. El ya ex técnico quería al galés fuera del Real Madrid, mientras que el club abogaba (y sigue abogando) por la continuidad de Bale. En el caso de Benzema ocurría al revés. Zizou quería que Karim siguiera de blanco, mientras que en las oficinas del Real Madrid se prefería apostar por el traspaso de Benzema y el fichaje de un nuevo delantero centro para la próxima temporada.