El Barcelona se resigna a perder a Messi
Las sensaciones en el Barça con respecto al futuro de Leo Messi no son buenas y la posibilidad de que se marche en junio cada vez gana más peso
Neymar sigue metiendo presión para que juegue en el PSG la próxima temporada
Poco a poco, casi sin decirlo, ese sensación de adiós está calando entre el aficionado culé con respecto al punto y final de Leo Messi con el Fútbol Club Barcelona. Parecía utópico, una vida entrega por y para el Barça y, en la recta final, decide declinar un retiro en el club que te dio la vida. Las circunstancias lo han hecho así. Al término de esta pasada temporada, la más rara y complicada en todos los niveles a consecuencia del COVID, el argentino se armó de valor empujado por el cúmulo de desavenencias con la entidad y decidió que hasta aquí llegaba. Aquella puerta se le fue cerrada en sus narices y, desde entonces, solo se habla de si podrán convencerlo. ¿Y podrán?
«Económicamente hablando, el verano pasado habría vendido a Messi. Hubiera sido deseable. Por lo que ingresas y por lo que te ahorras. LaLiga exige unos límites salariales. Pero supongo que había un cuerpo técnico al que consultar», así de crudo y cristalino hablaba Carles Tusquets, actual y temporal presidente del Barcelona hasta que se lleven a cabo las elecciones este mes de enero y se vote por un nuevo presidente electo que dirija al club.
Las palabras de Tusquets son un ejemplo más del sentir en el club, de la dificultad de retener a Messi. Un jugador que tampoco parece estar por la labor de continuar su etapa en el club. Al argentino se le nota cansado, hastiado incluso, del flujo de acontecimientos constantes del club. Decía no hace mucho que estaba «harto» de ser el problema de todo en el Barcelona. Venía de un viaje largo y su malestar era notorio, pero las palabras parecían meditadas en cualquier caso.
El final de la pasada temporada y cómo trataron la marcha de Luis Suárez también fue un golpe duro para la moral del argentino. También rajó en aquel momento, dejando claro que el uruguayo «no merecías que te echasen como lo hicieron». Como sumando puntos, uno tras otro, ha ido el argentino pasando los días. Su sentir parece también ir transmitiéndose poco a poco al Leo futbolista, algo que parecía intocable.
Un Leo ausente
La actitud sobre el césped de Leo también ha estado bajo juicio estos meses. Los números hablan por sí solos, la producción del argentino ha caído en picado esta temporada. Sí parece confiar en la propuesta de Koeman pero no conecta con sus compañeros como lo hacía antes. Sus goles se ha visto divididos a la mitad y gran parte de ellos están llegando desde el punto de penalti.
Decía Neymar el pasado miércoles que lo que más quiere en estos momentos es volver a jugar con Messi. ¿Un guiño a su vuelta? ¿O más bien una puerta abierta desde Barcelona a París para el argentino? El brasileño se atrevía a vaticinar que «seguro que el próximo año tenemos que hacerlo». No es nada nuevo esto. Antes del COVID, antes incluso de que Leo explotara queriendo marcharse, Neymar ya pinchaba al rosarino para que firmara por el PSG como adelantó Eduardo Inda en febrero.
Los precandidatos, entre promesas
Ante más falta de señales, otras ajenas al 10. En pleno proceso de lectura de precandidatos, todos en contacto directo con la Junta Gestora e intentando mediar desde ya con el argentino, las sensaciones de que este puede ser el último baile de Leo Messi con el Barça se recrudece. En junio, Leo es completamente libre de volar rumbo a otro club y es algo que algunos de los futuribles presidentes lo ven negro.
Joan Laporta es de los pocos que ha escudado la continuidad de Leo Messi con cierto descaro, pero siempre dejando presente términos tan ambiguos como la «confianza». Decía hablar frecuentemente con el argentino pero que «confío que espere a que haya un nuevo presidente para decidir su futuro». Otro de los grandes nombres entre los precandidatos es Víctor Font, que tampoco las tiene todas consigo aunque «confíe» en convencerle. Jordi Farré, otro precandidato, también decía tener un «plan para convencerle». Promesas, al final y al cabo. Agustí Benedito era uno de los que ya caminaba por la senda de la dificultad, dejando claro que no será «fácil» convencer a Messi.
Y es que el gran fichaje electoral de todos los aspirantes a la presidencia del Barcelona es claro: poder convencer a Messi para que ponga punto y final a su carrera en el Camp Nou. A día de hoy esto parece difícil pero el argentino aún no ha tomado una decisión clara. Puede pasar de todo.