El Barça no sabe vivir sin Messi y Suárez
El Barcelona cedió ante un bravo Málaga dos puntos de los que acordará cuando llegué la parte final del campeonato. Los azulgrana se estrellaron contra el autobús que planteó Juande Ramos en el Camp Nou. Kameni se hizo gigante –una vez más en el Camp Nou– para aprovecharse de las carencias de unos culés que sin Messi y sin Luis Suárez demostraron una enorme vulnerabilidad, especialmente de cara a portería.
Ni la cuestionable actuación del árbitro Del Burgo Bengoechea, que expulsó a dos jugadores visitantes y que concedió siete minutos y medio de añadido en el partido cuando el cuarto árbitro decretó cuatro de tiempo extra, ayudaron a unos culés que tuvieron en su central Gerard Piqué a su hombre de mayor peligro en el partido.
Los locales sabían que debían abrir la cuenta cuanto antes y acosaron desde el primer momento la portería andaluza. Sin embargo, Juande Ramos quiso redimir la estrategia con la que compareció en su estreno como técnico del Real Madrid en el Camp Nou en 2008 colocando a 10 jugadores por detrás del balón con el objetivo de mantener su portería a cero. En aquella ocasión mantuvo el marco imbatido durante 81 minutos, en esta llegó hasta los 97.
Las primeras ocasiones del Barcelona vinieron a través del balón parado con Piqué y Mascherano hiperactivos en cada córner o falta. El Málaga apagaba el fuego como podía, mientras soñaba que en algún contragolpe Sandro Ramírez consiguiese el gol de la reivindicación ante su ex equipo. El canterano envidó en un par de ocasiones, pero sus disparos fueron bien resueltos por un Ter Stegen que acabó casi jugando de portero-delantero.
Las ocasiones fueron cayendo en saco roto. Neymar desbordaba sin encontrar socios efectivos. Ni Paco Alcácer tiene el instinto de Luis Suárez ni Arda Turan guarda la clarividencia de Leo Messi para distribuir el juego. Y así el Barcelona se pasó 45 minutos merodeando sin consecuencias la portería de Kameni.
El Barça se volcó sin éxito
Luis Enrique se olía el pastel y fue dando carta blanca a los suyos para incorporarse a posiciones de remate. La dudosa expulsión de Llorente por roja directa tras una fuerte entrada a Neymar en el minuto 68 allanó el cometido a los azulgrana que, ya sin ataduras, se volcaron con todo en el marco de un Kameni que se mostró imperial durante el choque.
Los culés, viendo que Paco Alcácer tenía menos peligro que Drenthe en el Camp Nou, decidieron meter a Piqué de delantero centro bajando como un pivote de fútbol sala todos los balones que le llegaban. El Barça, desquiciado ante la línea de cinco defensas malagueños, abandonaba el juego de toque y fantasía para mostrar su versión más rudimentaria.
Y jugando así fue como llegaron las ocasiones más claras para los azulgrana. André Gomes estrelló un balón en el larguero y Piqué marcaría posteriormente, sin embargo la jugada quedaría invalidada por fuera de juego a 10 minutos del final.
Kameni se lesionó en el muslo en el minuto 89 y tuvo que ser intervenido durante dos minutos por los fisios. En su regreso, el camerunés sacó la ocasión más clara del Barça tras un cabezazo de Neymar que era un gol cantado allá por el minuto 93. Del Burgo Bengoechea quiso poner más pimiento al partido añadiendo minutos y minutos al sufrimiento malacitano. Juancar se rebotó con el árbitro y le protestó su demora siendo inmediatamente expulsado. El Málaga con nueve tuvo que aguantar un minuto más para celebrar su empate más trabajado del año. El Madrid tendrá que enviarle algún detalle a Juande por el favor.