El Barça sigue sin engancharse a la Liga
El Barcelona suma cuatro partidos consecutivos sin ganar en la Liga. La marca se incrementó en su visita a Mestalla, donde los culés pagaron su empanada inicial y después su fatiga ante un Valencia voluntarioso pero carente de puntería que se adelantó por medio de Garay en la primera que tuvieron.
Messi, qué otro jugador podría ser, encontró la manera de salvar los muebles con una jugada de genio que igualó la contienda en el ecuador de la primera mitad. En la segunda los dos equipos tuvieron opciones, pero las piernas no respondieron como se esperaban tras el esfuerzo Champions de esta semana abocando al encuentro a unas tablas que no dejan a nadie satisfecho.
El Barça aterrizó en Mestalla con la resaca de Wembley. En los 15 primeros minutos no hubo señales de vida de unos azulgrana que salieron empanados y carentes de tensión ante un Valencia sobreexcitado. Por si fuera poco el empuje del público, los locales se encontraron en el primer minuto con un gol de Garay en un tanto que describe la empanada de la defensa culé, que sigue encajando a la mínima.
En un córner desde el flanco izquierdo ni Suárez ni Piqué –otra vez señalado- fueron capaces de despejar un balón que quedó manso para la entrada en el segundo palo de un Garay que sólo tuvo que empujarla. El gol fue como gasolina para unos locales que fueron a hacer sangre a los visitantes.
Saliendo a la contra con un Carlos Soler descarado y un Güedes que era un puñal, Batshuayi tuvo sendas ocasiones que fueron desbaratadas por un Ter Stegen con insultante seguridad. El Valencia, sin embargo, recibió un duro golpe con la lesión del eléctrico portugués, que obligó a entrar a un Cheryshev que no participó con excesivo acierto en la primera mitad.
Y como siempre apareció Messi
El Barcelona se fue poco a poco desperezando al tiempo que Messi aparecía. En el minuto 20, llegó el primer disparo azulgrana –como no obra del argentino– y dos minutos después cayó el muro local con una jugada de mago de Leo. El 10 hizo una pared, con caño incluido sobre Kondogbia, con Suárez para zafarse del marcaje de Parejo y encontrar un hueco desde la frontal del área y perforar el marco de Neto de disparo raso ajustado al poste.
Los siguientes minutos fueron un festival de juego culé, pero Luis Suárez continúa divorciado con el gol y con su mejor versión. El Valencia no enlazaba tres pases seguidos y el Barça se sentía en situación muy franca de anotar antes del descanso, cosa que no ocurrió por no conseguir encontrar a Messi sin un hueco.
El descanso vino muy bien al Valencia para refrescar las ideas. Marcelino le pidió a los suyos que adelantaran la presión y ese hecho atascó a un Barcelona que tuvo varios errores impropios. Fue entonces cuando ni Gameiro ni Batshuayi –jugador con mayúsculas– pudieron cambiar el destino del partido.
El cansancio empezó a hacer mella en ambos conjunto a partir del minuto 60. Marcelino vio que Rodrigo podría hacer daño con su velocidad, pero el Valencia tampoco encontraba la finura en los pases. El Barça, pese a todo, tuvo un mano a mano de Coutinho con Neto, pero al brasileño se le hizo de noche y Gayá le robó la cartera en última instancia en la más clara de los visitantes en la segunda mitad.
Tan bien ordenada se encontraba la defensa de los che que hasta obligaron en dos ocasiones a Messi a tirar con la diestra en dos ocasiones sin inquietar el marco rival. No había manera de acabar con el buen planteamiento de Marcelino y al final los visitantes tuvieron que dar por bueno otro empate – el tercero en los últimos cinco partidos– en un campo del que no muchos conseguirán sacar puntos.