Liga Santander

El Barça roza el subcampeonato

El Barça roza el subcampeonato
Guillermo Sáez

El FC Barcelona tiene prácticamente cerrado el subcampeonato de la Liga Santander después de batir al Celta en la antepenúltima jornada del torneo (3-1). Un doblete de Aubameyang, otro de gol Memphis y el desborde inagotable de Dembélé han encarrilado la victoria en una noche marcada por el susto gordo con Ronald Araujo, que abandonó el campo en ambulancia. Si el Sevilla no gana este miércoles al Mallorca, la segunda plaza será matemáticamente culé.

Gusta mucho Xavi de sentenciar que el Barça necesita jugar bien para ganar los partidos, pero lo ocurrido en la primera parte funcionó como botefón a sus propias palabras. Su equipo jugó rematadamente mal y se marchó al descanso con dos goles de ventaja. Se notó, y de qué manera, la baja del sancionado Sergio Busquets. Menos mal que enfrente formaba un rival que no se juega nada en este final de temporada.

Sin el capitán, el técnico desnaturalizó al equipo metiendo solo dos centrocampistas, Frenkie de Jong y Gavi, y atiborró el ataque con cuatro delanteros. El resultado fue un caos táctico de aúpa y suprema dificultad para encadenar unos cuantos pases seguidos. Agrupado en un elástico 4-2-3-1, la primera media hora fue tan deleznable que se llegaron a escuchar tímidos en el Camp Nou.

La empanada se extendió como un cáncer a la defensa, donde Ronald Araujo le regaló un mano a mano a Iago Aspas. Se durmió el gallego y espabiló a tiempo el uruguayo, que en un suspiro encadenó su mayor defecto, la salida de balón, con su mayor virtud, la velocidad. Ferran Torres perdía la pelota sin cesar y Ousmane Dembélé ni siquiera la palpaba. La primera vez que lo hizo, provocó un terremoto en el partido.

El galo agarró el balón pegado a la banda casi en el centro del campo, rompió a dos rivales con un caño, pegó un sprint de los suyos y centró raso al punto de penalti, donde surgió Memphis para anotar el primero con un disparo que era manifiestamente accesible para Dituro. Poco después, Ter Stegen salvó el empate con un estirada a lanzamiento venenoso de Aspas.

Antes del descanso, Memphis volvió a hacer méritos en este final de temporada convertido en un escaparate para Xavi y Mateu Alemany, vista la miríada de movimientos que se barruntan este verano en Can Barça. El neerlandés gambeteó por la banda izquierda y centro para que Aubameyang, cayendo y en semifallo, hiciera el segundo. Incuestionable efectividad azulgrana, dos de dos. Lo demás ya…

Una ambulancia para Araujo

La estadística de posesión al descanso era un puñal desgarrando el libreto de estilo culé: 45-55% a favor de los celtiñas. Era tan evidente el desmán que Xavi sacrificó a Ferran y recurrió al denostado Riqui Puig, tampoco titular el día que faltaron Busquets, Pedri y Nico. Parece cristalino que el canterano será una de esas mencionadas salidas cuando acabe la temporada.

No dio tiempo a comprobar si funcionaba la permuta porque la segunda parte arrancó en modo locura. Dembélé repitió boquete por la banda derecha y metió otro regalito al corazón del área que Aubameyang convirtió en el tercero de la noche. En la siguiente jugada, Iago Aspas sumó el primero de los vigueses aprovechando otro error de la zaga local: 3-1 en un visto y no visto.

Sin embargo, cualquier utopía de remontada para el Celta murió en el minuto 57, cuando Jayson Murillo, precisamente exjugador del Barça, fue expulsado por zancadillear a Memphis cuando se iba solo a por Dituro. Era el último defensa y vio la lógica tarjeta roja. Se sucedían los sobresaltos en el Camp Nou y llegó el que enmudeció al estadio por motivos no deportivos, sino humanos. Ronald Araujo chocó de cabeza con Gavi, caminó unos metros tambaleante y se desplomó.

Alarma, tan intensa que la ambulancia se metió en el césped y recorrió la distancia hasta el defensa. Cuatro médicos reclinados junto a Araujo mientras todo el mundo contenía la respiración a su alrededor. La tensión se fue aflojando cuando le pusieron un collarín y enderezaron la camilla. Después de siete minutos interminables, abandonó el campo montado en el vehículo médico con una conmoción y camino del hospital para someterse a pruebas.

El susto clausuró de forma abrupta el carrusel de sorpresas. Todavía con el susto en el cuerpo, ni el Barça quiso apretar más ni al Celta le sobraron fuerzas en inferioridad numérica. A Riqui Puig le anularon un gol por fuera de juego y hubo minutos para Ansu Fati y Luuk de Jong, héroes para el Camp Nou cada uno a su manera. Ni 11 minutos de descuento sirvieron para agitar un partido liquidado mucho antes.

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