Bale: el Cristiano zurdo

Gareth Bale ha vuelto a demostrar que está al nivel de los mejores. El galés ha firmado una temporada sobresaliente. Ha sido el hombre que se echó el equipo a la espalda cuando Cristiano Ronaldo no estaba al 100% demostrando que a sus 26 años no deja de crecer y que ya está a nivel de los mejores del mundo.

La temporada de fue de menos a más, siempre que el sóleo le respetó. Las lesiones son lo único que pueden frenar al expreso de Cardiff. Al galés no le ha afectado ni estar con Rafa Benítez ni la llegada de Zinedine Zidane al banquillo blanco. El británico siempre cumple. Para el entrenador español fue un fijo haciendo nueve goles. Con Benítez jugó de media punta, posición que cambió con la llegada de Zizou.

El francés sólo pudo disfrutar de Bale en sus dos primeros partidos como entrenador del Madrid, ya que otra vez el maldito sóleo le volvía a dejar en el dique seco durante ocho encuentros, siete de Liga y la ida de octavos de final de la Champions League frente a la Roma. Pero cuando el 11 se recuperó se pudo disfrutar de su mejor versión. Clave en la remontada liguera haciendo goles tan importantes como ante el Rayo Vallecano y a la Real Sociedad. Pero donde Bale ha demostrado todo su potencial ha sido en la Copa de Europa.

En Milán se ganó al madridismo

De las botas de Bale nació el gol que dio el pase del Madrid a la final de la Milán y en tierras italianas dio una lección de coraje. Gareth es un hombre de citas importantes y así lo ha demostrado desde su llegada al Madrid. Fue clave en la final de Copa del Rey de hace dos temporadas ante el Barcelona, en la Décima o en el Mundial de Clubes. Y frente al Atléti en San Siro no iba a ser menos.

En esta ocasión no pudo marcar, pero se dejó el alma por el Real Madrid. Terminó los 120 minutos de la prórroga lesionado y cuando llegó la tanda de penaltis decidió tirarlo. Ni el riesgo de perderse la Eurocopa con Gales le pudo parar. Bale disparó ante Oblak y anotó, aunque luego se tuviera que agarrar la pierna por el dolor sufrido. Sumaba su segunda Champions como madridista y se ganaba a la afición más exigente del mundo.

Ahora Bale lucha con Gales por llegar lo más lejos posible en la Eurocopa de Francia. Ya ha entrado en la historia de su país marcando el primer gol galés en el máximo torneo continental tras transformar una falta frente a Eslovaquia.