Liga Santander: Espanyol - Atlético

El Atlético se vuelve a salvar en el descuento

Un golazo de Lemar en el minuto 99 le da los tres puntos en Cornellà

El Espanyol le arrasó en la primera parte, en la que el equipo mostró un desequilibrio absoluto

Simeone movió bien las piezas tras el descanso y fue decisivo

Decepcionante debut de Griezmann, cuya mejor aportación fue un remate muy alto

El Atlético se vuelve a salvar en el descuento
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Un gol de Lemar en el minuto 99 le da tres puntos en Cornellà, pero a pesar del resultado no despejó las dudas que sigue despertando el Atlético. El campeón aún no ha asimilado su cambio de mentalidad y le cuesta mantener un equilibrio imprescindible para no desangrarse en defensa. Sólo ha podido dejar a cero la portería ante el Elche y no deja de cometer errores. El Espanyol le arrasó en la primera parte porque le comió el medio campo. Simeone reaccionó tras el descanso y niveló fuerzas hasta que le dio la vuelta al resultado. Griezmann debutó sin brillo y tampoco Joao aportó nada. Queda mucho trabajo que hacer para recuperar la mirada del tigre, pero la descomunal cantidad de talento que tiene esta plantilla debería facilitarle el trabajo al entrenador. Hoy ha quedado puesto en evidencia.

Durante una década el Atlético de Simeone ha fundamentado su prestigio en una voracidad defensiva única en Europa. El equipo paliaba su distancia económica con los grandes con una capacidad de sacrificio de la que carecían los que se sentaban a la mesa de Messi y Cristiano. Sin embargo el escenario ahora ha cambiado. Dispone de tanto talento que está obligado a jerarquizar los partidos desde el minuto uno. Es un nuevo rol que va a necesitar un periodo de adaptación que sólo Simeone debe conseguir que no se convierta en una travesía en el desierto, pero también para el propio entrenador va a suponer un reto colosal ya que va en contra de su propia filosofía.

Simeone tiene tantas alternativas que podría formar sin problemas dos alineaciones que pelearan por la Liga, pero en su orden de prioridades siempre ha tenido claro que Griezmann es intocable. Al argentino le dio igual el gran partido de Lemar ante el Villarreal. Lo mandó al banquillo para que su lugar lo ocupara el principito. Toda una declaración de intenciones que no se tradujo sobre el terreno de juego en una solución eficaz. El Atlético fue un puro desequilibrio, con demasiados jugadores por delante del balón y poca capacidad de recuperación. Exactamente lo contrario de lo que ha sido hasta ahora la filosofía rojiblanca desde que hace ya casi diez años cambiara de inquilino en el banquillo. Tocará reflexionar qué camino debe seguir el equipo.

Con Antoine y Luis Suárez arriba y Correa buscando espacios desde atrás, el Atlético se preparó para imponer su hegemonía desde el arranque del partido, pero no tardó en llevarse un disgusto. A los tres minutos Stefan Savic vaciló en un pase hacia atrás de Hermoso y permitió a Embarba aparecer a su espalda para recoger el balón y chutar a bocajarro. Vicente Moreno y todo su banquillo se levantaron como un resorte para celebrar el gol, pero nunca conviene precipitarse cuando enfrente está el mejor portero del mundo. Oblak metió una mano milagrosa y mandó a la esquina un disparo que parecía imposible parar.

A Simeone aquello no le gustó. Llamó a su lado a Nelson Vivas y empezó a buscar soluciones para nivelar un desequilibrio que pronto se hizo evidente que era un problema real. El Atlético tuvo su llegada en un centro lateral de Llorente que no alcanzó por centímetros Luis Suárez, pero fue sólo una anomalía en un arranque de partido en el que estuvo mucho más cerca del gol el Espanyol. De Tomás encaró a Oblak y Savic sacó bajo los palos con el esloveno batido. No hubiera subido al marcador porque RDT estaba en fuera de juego, pero fue otro aviso que preocupó al banquillo rojiblanco. Casi en la acción siguiente Pedrosa dejó atrás a Trippier y pisó el área para que Embarba no acertara en el remate.

Convencido de que la sorpresa era posible, el Espanyol fue ganando metros mientras el Atlético era incapaz de encontrar soluciones. El campeón se metió en un agujero del que no supo salir porque tanto Sergi Darder como Morlanes se impusieron en la zona ancha a Koke y Llorente, mucho más preocupados de suministrar balones a todo el arsenal que había delante de ellos que de arrebatárselos a sus adversarios. Antes de la pausa por hidratación Griezmann apareció por una vez para disparar muy desviado, pero no fue ningún consuelo. El equipo era una sombra de sí mismo.

Simeone aprovechó el minuto de interrupción para reunir a sus jugadores y mirarles a los ojos, pero sólo encontró confusión. El Atlético perdió definitivamente el balón y el partido. Primero Cabrera cabeceó alto, luego Embarba obligó a intervenir de nuevo a Oblak y, por fin, a los 40 minutos, llegó lo que se veía venir desde el principio. Embarba botó de esquina, RDT dio un paso hacia adelante para superar en la marca a Llorente y cabeceó hacia un lugar imposible incluso para Oblak. Ahora sí. El 1-0. La justa recompensa para quien fue muy superior a su rival. El Atlético se fue al vestuario sin un solo disparo entre los tres palos, sin una sola ocasión de gol y con muchas, muchas dudas. Demasiadas.

Simeone no quiso esperar ni un instante para buscar soluciones. El campeón regresó del vestuario con una metamorfosis integral que no tardó en dar resultados. Kondogbia le dio al medio campo la capacidad de recuperación que reclamaba a gritos, Lemar aportó talento y Lodi permitió a Carrasco acercarse más la portería. Entonces el partido cambió y lo hizo de forma radical, sin medias tintas. Kondogbia estuvo cerca del gol, más aún Lemar y por fin, a los 55 minutos, el francés empujó a la red un pase de Llorente desde la derecha. Parecía gol legal, pero el VAR corrigió al árbitro, que se marchó al monitor para examinar la jugada y comprobar que antes del remate final Luis Suárez, en fuera de juego, había intentando intervenir.

Indignado por otra decisión arbitral contraria al Atlético, el equipo se tragó la rabia y decidió seguir remando contra corriente. Joao puso punto y final a los 59 minutos al debut de Griezmann y pasó a acompañar a arriba a Suárez en busca de una remontada para la que cada vez quedaban menos minutos. La última bala fue la del brasileño Mattheus Cunha, que mandó a Suárez al banquillo después de 70 minutos de esterilidad del uruguayo, que no pudo ni siquiera rematar a puerta.

La fe y la perseverancia acabaron dando su fruto, pero de la forma más inesperada posible. A los 78 minutos Carrasco recogió un balón en el área rodeado de rivales. Parecía una jugada condenada al fracaso, pero el belga tiró de corazón y fue haciéndose sitio hasta tener el espacio suficiente para soltar un zurdazo imparable. Los defensas del Espanyol se miraron entre sí pidiendo explicaciones, pero esta vez ni siquiera el VAR pudo intervenir para evitar el gol del empate y volver a abrir el partido a falta de diez minutos todavía.

Lodi y Carrasco tuvieron el 1-2, pero el balón no quiso entrar hasta que se llegó al minuto 99, uno antes de que se cumplieran los diez de prolongación que dio Martínez Munuera. Cuando parecía que el empate ya no iba a moverse Lemar tomó un balón en el centro del campo, combinó con Carrasco sin que nadie pudiera frenarle y a su entrada en el área soltó un disparo que, tras tocar Diego López, acabó en el fondo de la red para darle al Atlético tres puntos de oro que no deben ocultar los problemas reales de equilibrio que ha mostrado el equipo.

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