Los rojiblancos continúan regalando la mitad de los partidos

El Atlético de Simeone es bipolar

El Atlético empató contra el Sevilla en un partido en el que mostró dos caras contrarias en cada una de las partes, algo que empieza a ser habitual. Son capaces de superar con facilidad a su rival y de desconectar y entregarse por completo al contrario.

Simeone
Simeone da instrucciones durante el Sevilla-Atlético. (Getty)
Hugo Carrasco

Cara y cruz; las dos caras de una moneda que bien pueden identificarse con este Atlético de Madrid. El conjunto que dirige Diego Pablo Simeone es capaz de lo mejor y lo peor en un mismo partido. Una situación que se va convirtiendo en la tónica habitual en todos los partidos que disputan los rojiblancos. Frente al Sevilla fue una muestra más de como tirar una mitad y como saber aprovechar la otra. Algo que hace inevitable preguntarse dónde estarían los colchoneros si supiesen mantenerse constantes a lo largo de los 90 minutos que dura el partido.

La revolución sufrida el pasado verano en el Metropolitano ha llevado a los atléticos a disponer de una plantilla capaz de pelear con los grandes por todos los títulos. Calidad hay de sobra para dar más que guerra a lo largo de la temporada, pues además de tener grandes jugadores en su once, disponen de un buen fondo de armario que, a la larga, es determinante. Sin embargo, la facilidad de desconectar de los de Simeone es un hecho que se viene dando desde el arranque del curso y que, por más que pasan los partidos, no consiguen solucionar.

Por lo general, el conjunto rojiblanco o entra tarde al partido, con un resultado que -en el mejor de los casos- es de 0-0, o bien consiguen poner tierra de por medio para después dejarse llevar y permitir al rival que se reenganche al encuentro. Sevilla, Alavés, Valencia, Valladolid, Celta, Real Sociedad, Eibar… son rivales ante los que el patrón de los madrileños se ha repetido y en los que han sacado una victoria, cinco empates y una derrota.

En los partidos más recientes, es fácil encontrarse con un Atlético arrollador durante una de las mitades, ya sea la primera o la segunda. Un equipo que consigue generar, llegar con facilidad y marcar, aunque le cueste sentenciar. Esto sucedió en la segunda parte ante Sevilla, Alavés o Eibar y en la primera contra el Valencia. De mantener el nivel visto en esas mitades estaríamos hablando de un equipo que iría líder -seguramente destacado- de la Liga Santander.

Sin embargo, el aficionado rojiblanco está acostumbrado a que su sentimiento lleva consigo el sufrimiento y, aun con este equipazo capaz de todo, no están exentos de él. Y es que la facilidad con la que son capaces de sobreponerse al rival va acompañada casi siempre de la otra situación, esa cruz que les impide estar más cerca de Madrid y Barcelona. Los rojiblancos son capaces de transformarse por completo y mostrarse a merced de su rival, lo que les está impidiendo sumar de tres en tres, al tener que remontar sus partidos o al dejar escapar los que tienen controlados.

Ante el Sevilla o el Alavés se vio. Contra los sevillistas salieron desenchufados, lo que permitió a los del Pizjuán adelantarse y dominarles con claridad en la primera parte. Una situación que se repitió en Vitoria, donde a los de Garitano solo les faltó el gol en la primera mitad, pero que terminó llegando tras una gran segunda parte rojiblanca que quedó empañada por desconectar de nuevo al final.

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