LIGA EA SPORTS: RAYO VALLECANO-ATLÉTICO DE MADRID

El Atlético pega otro gatillazo en Vallecas

Se deja dos puntos de oro ante el Rayo y está ya a seis del Barça

Nefasta primera parte del equipo de Simeone, la peor de la temporada

Gallagher salvó un punto tras una jugada de fe de Sorloth

Rayo Vallecano, Vallecas, Atlético de Madrid
Tomeu Maura

El Atlético pega otro gatillazo en Vallecas, el tercero en seis jornadas de Liga, y se deja dos puntos de oro que le alejan ya a seis de distancia del líder Barcelona. Nefasta primera parte del equipo de Simeone, comenzando por la estrafalaria alineación diseñada por el entrenador argentino. Gallagher salvó un punto tras una jugada de fe de Sorloth en el arranque de la segunda mitad, pero la imagen fue la peor de la temporada. Julián estrelló un balón en el travesaño con empate a cero, pero está muy lejos de lo que se espera de él, mientras que el noruego, pese a su lucha y sacrificio, volvió a dejar patente que le falta mucha calidad ser el delantero centro de un aspirante a pelear el título.

A los tres minutos de partido Llorente le regaló el 0-1 a Sorloth, pero el noruego mostró en el control y la resolución sus enormes limitaciones técnicas y el balón acabó llegando a Lino, cuyo disparo rechazó Batalla en una gran parada. Simeone, que lleva ya un par de ruedas de prensa pidiéndole más puntería al gigante nórdico, empezó a fruncir el ceño no sólo por la ocasión perdida, sino porque en el contragolpe siguiente Embarba obligó a Oblak a exigirse al máximo con un remate envenenado junto al poste.

Julián  Álvarez fue el siguiente en disfrutar de una ocasión clara de gol justo al paso por el primer cuarto de hora, pero el control de la «araña» tampoco fue el más ortodoxo y se le acabó marchando el balón lo suficiente como para Batalla se lanzara al suelo y se hiciera con él. De nuevo respondió el Rayo con un golpe franco de Embarba que se fue alto.

En el intercambio de golpes volvió a aparecer Julián a los 21 minutos, pero ahora con mucha mayor precisión. El argentino tomó un balón en la izquierda, consiguió un poco de espacio y desde muy lejos soltó un latigazo tremendo que hizo temblar el travesaño. La mirada posterior del delantero a Simeone lo decía todo. Para no perder la costumbre el Rayo fue el siguiente en intentarlo. Isi cabeceó fuera, pero lo peor fue que su remate no permitió a Pathé Ciss, mucho mejor situado, entrara en contacto con el esférico.

Una cabalgada en solitario de Nahuel acabó con un disparo sin peligro a las manos de Batalla, pero a partir de ahí el partido viró al costado vallecano. Primero Nteka llegó hasta la cocina forzando de nuevo a Oblak y, por fin, acabó pasando lo que se veía venir. A los 36 minutos De Frutos se sacó de la chistera un pase maravilloso que Ratiu, intentando disparar, convirtió en una asistencia de gol a Isi, que empujó bajo los palos. Melero anuló el gol, pero en el VAR le rectificaron. El 1-0 subió al marcador y el Atlético se vio obligado a ir a remolque, penalizado por su peor primera parte de la temporada, 45 minutos en los que, por no faltar, no faltaron ni las lesiones. Azpilicueta, con problemas musculares, se vio obligado a pedir el cambio. Giménez fue su sustituto.

El uruguayo tuvo que pisar el césped sin apenas calentar, pero 15 minutos largos sí tuvieron Griezmann y Correa para prepararse en el descanso porque, tal y como era de esperar, aparecieron de inmediato para incorporarse a la segunda parte. Llorente y Lino se quedaron en el vestuario en una decisión bastante controvertida, sobre todo porque significaba la permanencia en el campo de Nahuel Molina, señalado una vez tras un primer acto nefasto.

La coctelera del Cholo arrancó bien porque a los 59 minutos Gallagher recibió en el borde del área un pase de Sorloth, que no había sabido resolver ante Batalla, y resolvió con muchísima calidad con un disparo raso al que no llegó el portero argentino. El empate llegó en el momento preciso para que el Atlético recuperara la fe que había perdido en algún instante de la primera parte. Fue el instante en el que Iñigo Pérez ordenó a James Rodríguez que acelerara su calentamiento, pero quienes primero entraron fueron Sergio Camello y Óscar Valentín.

A pesar del gol el Atlético no mejoró y durante mucho tiempo no fue capaz de crear ni una sola oportunidad. Tampoco el Rayo se acercó ante Oblak y quizás por eso Iñigo Pérez entendió que era el momento de dar entrada a James. El colombiano se sumó a la causa con algo más de 20 minutos de margen, pero antes de que pudiera tocar el balón fue Julián el que intervino con un disparo desde fuera del área que le cerró Batalla, en la última ocasión de un partido que acabó con un decepcionante empate que pone distancia entre la cabeza de la Liga y la plantilla de Simeone.

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