PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 1

El Atlético arranca en Villarreal con muchas dudas

El equipo estuvo muy lejos del nivel de un presunto aspirante al título

Oblak regaló un gol y medio, Julián pasó desapercibido y no hubo la menor noticia de Griezmann

Polémica en la segunda parte: con el 2-2 Cuadra se tragó un penalti sobre Correa

Villarreal Atlético
Tomeu Maura

Puede que el Atlético acabe convirtiéndose en un candidato a la lucha por el título, pero a día de hoy está muy lejos. No por el resultado, que es aceptable dada la envergadura del rival, sino porque sigue sin deshacerse de los defectos que el año pasado tanto le penalizaron. En la primera jornada ya ha concedido dos goles en contra y ha dejado suficiente número de dudas como para dejar claro que la dirección deportiva tiene todavía mucho trabajo por hacer. Debutó Julián, que pasó desapercibido, Oblak regaló un gol y medio y de Griezmann no hubo la menor noticia. Como dice Simeone, y esta vez con más razón que nunca, hay que ir partido a partido.

A Diego Conde muchos le catalogaron la pasada temporada como el mejor portero de Segunda División y a los 12 minutos tuvo ocasión de demostrarlo palmeando a la esquina un cabezazo de Lino en el área tras un centro largo de Marcos Llorente, en la primera oportunidad de gol de un partido que hasta ese momento había arrancado muy domesticado.

Desde la misma posición volvió a aparecer Marcos Llorente dos minutos más tarde, ahora para habilitar a Reinildo, que en el segundo palo marcó a placer. El Cholo saltó eufórico, pero le duró poco la alegría porque las imágenes demostraron que el mozambiqueño estaba en posición adelantada.

Con el partido definitivamente revolucionado, el Villarreal dio señales de vida de forma demoledora. A los 18 minutos un pase largo de Diego Conde alcanzó a Danjuma, al que Witsel dejó correr con ventaja. El holandés pisó el área, con su compatriota flotándole, y allí resolvió con maestría con un disparo cruzado ante el que tampoco estuvo demasiado afortunado Oblak, que cedió el segundo palo. El 1-0. El primer disgusto de la temporada para el Atlético.

A Simeone se le vinieron encima todos los demonios, pero esta vez no le quedó demasiado tiempo para el lamento porque su equipo sacó las garras de manera inmediata. Llorente volvió a quebrar la banda, ahora para llegar al área con el tiempo y el espacio suficientes como para soltar un latigazo con la derecha que superó por arriba a Conde. Primer gol de la temporada para el madrileño, que ha arrancado el curso como una verdadera moto.

El Atlético regresó a la vida y volvió a tomar los mandos mientras el Villarreal seguía a la espera de castigar el fallo ajeno. En ese escenario el intercambio de golpes volvió a beneficiarle. Samu Lino remató al poste en lo que pudo ser el 1-2 y al contragolpe Danjuma forzó un córner que fue letal porque en el rechace de la defensa el centro de Álex Baena se lo tragó con todo el equipo Oblak, cuyo rechace tropezó en Koke, que marcó en propia puerta. Error muy grosero del esloveno, que no había jugado ni un solo minuto en todo el verano. Visto lo visto, quizás hacerlo hoy era algo precipitado.

Los fantasmas del año pasado envolvieron al equipo con todo su mando mientras aparecían dudas que parecían olvidadas. El Atlético entró en depresión, pero justo cuando se agotaba la primera parte, en el cuarto minuto de prolongación, la banda derecha volvió a ser un filón. Desde ahí centro Pablo Barrios para que Sorloth, que sólo había sido un bulto sospechoso hasta ese momento, cabeceara al fondo de la red para llegar al descanso con un empate que sabía a pura gloria.

Fue el primer y único servicio del noruego al equipo, ya que Correa le sustituyó en el descanso. Tampoco volvió Witsel, reemplazado por Giménez, pero contra todo pronóstico Oblak se mantuvo bajo los palos a pesar de su errática primera parte. Marcelino, en cambio, no tocó nada y siguió a lo suyo esperando el tercer error rojiblanco de la noche castellonense. A Simeone el arranque no le gustó demasiado y volvió a recurrir al banquillo para arreglarlo: Nahuel entró por Reinildo y provocó un pequeño terremoto táctico que llevó a Llorente al centro del campo y a Lino al carril izquierdo.

La maniobra del Cholo no obtuvo el efecto deseado porque el equipo superó el primer cuarto de hora sin crear peligro, aunque la pareja de árbitros baleares le escamoteó un penalti clarísimo sobre Correa, al que Bailly le metió una plancha escandalosa en el área, lo que acabó de convencer al entrenador argentino para volver a agitar la coctelera con De Paul, pero esta vez el Villarreal respondió con Ilias, Gueye y Pépé para darle al equipo la bocanada de aire que llevaba rato reclamando.

La noche se aletargó durante mucho rato, pero justo a las once y once minutos las dos gradas tuvieron motivos sobrados para ilusionarse: Julián Álvarez debutó con el Atlético y Ayoze recibió el bautismo de fuego en el Villarreal. De golpe todos los triunfos quedaron desparramados sobre el tapete y el partido adquirió otra dimensión con tiempo suficiente para que pudieran demostrar su talento, pero quien apareció no fue ninguno de los dos, sino el marfileño Nicolas Pépé, que también anda sobrado de ingenio, y que a los 83 minutos envió un saque de falta al travesaño en la última acción de mérito de un partido que no dejó al Atlético con un buen sabor de boca.

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