ITALIA VS ESPAÑA: CLASIFICACIÓN MUNDIAL DE RUSIA 2018

El árbitro amarga el resurgir de una nueva España

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Vitolo celebra el gol a Italia. (AFP)
Javier Iglesias

España se quedó con sabor amargo. Los de Lopetegui hicieron todo para sumar lo que hubiesen sido tres puntazos, pero vio como se le escapaban dos en el último momento. La nueva España sigue creciendo y recuperando las sensaciones de aquel equipo que hizo soñar desde 2008 a 2012 superando a una Italia que sólo pudo empatar de penalti injusto.

España comenzó el partido enchufada desde el inicio. Consciente de que el partido era mucho más importante de lo que se había podido proyectar. Los de Lopetegui presionaban la salida del balón italiana y movían la pelota por centro y las bandas. Italia sólo podía correr detrás de la pelota y cerrarse con su defensa formada por tres centrales.

Consecuencia del fútbol español empezaron a caer las ocasiones del bando visitante. El primer aviso estuvo en las botas de Iniesta, que chutó desde la frontal tras una buena combinación con Silva. Estaría en las botas del canario la siguiente ocasión. Los dos jugones de España campaban a sus anchas homenajeando al fútbol en cada toque de balón.

Sin embargo, las oportunidades más claras estuvieron en la cabeza de Gerard Piqué. Hasta en dos ocasiones pudo el central del Barça abrir el marcador. Su primer remate se marchó besando el balón, el segundo acabó en las manos de un Buffon consciente de que España estaba pasando por encima de Italia en Turín.

Prueba de ello eran los olés que se escuchaban en la grada por parte de la afición española. Ni siquiera la lesión de Jordi Alba, y su cambio por Nacho, en el ecuador de la primera mitad frenó un vendaval al que sólo le faltó el premio del gol antes del descanso.

Cantada de Buffon

Al poco de la reanudación llegó el gol que tanto ansiaba España. Busquets metió un buen balón al hueco tras el desmarque de Vitolo. Buffon salió en busca de la intercepción del balón e inexplicablemente no lo tocó, dejando su portería vacía para que el extremo del Sevilla empujase la pelota a la red. Pueden verlo repetido una y otra vez y no nunca se sabrá qué quiso hacer: la cantada de veterano meta, se mire como se mire, es descomunal.

El gol agitó a Italia. Se veían por debajo no sólo en lo futbolístico, algo que tampoco les suele incomodar mucho. Ahora lo estaban también en el marcador y Ventura movió el banquillo: Inmobile por Pellé.

El control de España ya no era tan apabullante. Italia tiró de empuje para buscar el empate y así llegó la oportunidad de sentenciar el partido. En el 67 la tuvo Vitolo. Se plantó ante Buffon, pero su disparo cruzado se marchó fuera.

Italia siguió acercándose de la meta de De Gea. El peligro era engañoso. Centros al área y sensación de que podía caer el empate, pero sin chutar a portería ni hacer trabajar al meta español. El primer lanzamiento entre los tres palos llegó desde los once metros. Italia consiguió la igualada después de que el alemán Felix Brych pitase un penalti que nunca que vio. Eder se tiró a la piscina en una acción con Ramos y cuando el árbitro ya había señalado saque de puerta recibió el chivatazo de su línea: penalti.

De Rossi engañó a De Gea para arrebatar a España dos puntos que hubiesen supuesto un triunfo que se antojaba importantísimo. Cabe recordar que sólo sella el billete directo al Mundial el primero de grupo. Aún así, las sensaciones son más que positivas. Lopetegui ha conseguido despertar la esencia de un equipo campeón que se había esfumado en los últimos años con Del Bosque. La nueva España gusta y así ganará.

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