Fórmula 1: Gran Premio de Gran Bretaña

Alonso hace soñar a McLaren-Honda en la rutina de Lewis Hamilton

Lewis Hamilton se hizo con la pole en SIlverstone (Getty)
Lewis Hamilton se hizo con la pole en SIlverstone (Getty)
Ignacio L. Albero

Una oleada de nubes grises, tibias, con los rayos de sol atravesando los leves espacios permitidos por las tierras del norte veían marchar a Jenson Button por el boxes como un héroe caído por la inoperancia de un equipo que se ha acostumbrado a la derrota. Las debacles siempre saben peor con tu gente animándote como el campeón que fue. Y cuando todo parecía otro paseo de lágrimas contenidas, Jenson regresó corriendo por la calle de boxes. Se colocó el mono, habló con su ingeniero, cambió su semblante a una medio sonrisa de galán y entró en su problemático MP4-31. 

El teatrillo era de una envidiable coreografía, una redención real en los despachos por una torpeza de Magnussen en pista. Funcionó tan bien como su estrategia en la Q1. Whiting no castigaba finalmente al de Renault y todo terminaba como los dos años de vida de McLaren-Honda: un casi interminable. En la pista, Kimi Raikkonen estrenaba su eternidad ferrarista con un trompo a lo Canadá.

Lewis Hamilton volaba, los Red Bull amenazaban, Carlos Sainz y Alonso, en la Q3 virtual tras el primer intento. Quedaban 4 minutos con la esperanza de que Fernando engañará a los puertas que cuidan la zona VIP con su indumentaria mediocre de McLaren-Honda. Los Libres les abrían un paraíso que debería ser una rutina: la Q3. Cuando llega el sábado, la realidad del motor Mercedes les arrebata cualquier indicio de top 10.

Alonso, de otro mundo

Las conjeturas de la verdad y la mentira se van al cubo de la basura, como un texto medio escrito en una guión de Fórmula 1 que siempre parece el mismo. Fernando Alonso te obliga a romper teclados, empezar de nuevo una crónica y seguir creyendo en imposibles. La magia que le deja sacar su, ahora, más potente motor Honda, le volvió a colocar en el reservado de Silverstone. Estaba fuera y clavó una vuelta de esas que salen una vez en la vida. Sainz le siguió la estela en clasificación como también quiere hacerlo en la historia. Alonso y McLaren-Honda vuelven a ser de Q3.

Kvyat, por cierto, vuelve a ver a Carlos allá a lo lejos. Las hipótesis y rumores van y vienen siempre con Sainz. Que sí Ferrari, que sí Red Bull, que sí mejor Toro Rosso… Diluye esos rumores, los mete en la batidora, se los bebe y vuelve a demostrar en la pista que es el futuro del deporte. Verstappen se ha ganado su fama; Carlos, merece más ruido del que lleva.

Así las cosas, la Q3 comenzaba con el arte impresionista de Lewis Hamilton sobre el asfalto: primero, sobrado, con casi 3 décimas sobre un Nico Rosberg que iba con el gancho. No hay descansos en el la rutina del 44: siempre quiere más. Y a pesar de su infinita motivación, se coló en la curva 9 y le quitaron el tiempo. Respira Nico; patalea Lewis. Quedaba un intento para hacer la pole en casa… y la cosa iba muy justa entre ambos.

Si tiene que repetirlo, lo hace. Otra vez tres décimas. Fácil. Así es Lewis Hamilton, un piloto increíble en una escudería todavía más brillante. Una dupla espectacular que sigue escribiendo la historia cada viernes, sábado y domingo. Una hegemonía inolvidable, que hace parecer la hazaña de Alonso -décimo- mínima, siendo casi mayor. Sainz saldrá octavo en otra actuación que deberá mover whatsapps en la cúpula de Red Bull. Silverstone no falló el sábado. Difícil pensar que lo hará el domingo.

(Alonso y Sainz ganan una plaza, 9º y 7º, por la sustitución de caja de cambios de Vettel, que saldrá undécimo)

Así quedó la parrilla de salida para la carrera en Silverstone (F1)
Así quedó la parrilla de salida para la carrera en Silverstone (F1)

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