Derrota sin paliativos del español (6-2, 6-4)

Alcaraz patina ante Dimitrov y se despide del Masters 1000 de Miami

Carlos Alcaraz cayó eliminado del Masters 1000 de Miami 2024 después de caer claramente ante Grigor Dimitrov (6-2, 6-4)

Alcaraz Dimitrov
Carlos Alcaraz, tras un punto en el partido ante Dimitrov. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Patinazo tan inesperado como contundente de Carlos Alcaraz en el Masters 1000 de Miami. El tenista español, que llegaba repleto de confianza y con un juego brutal en todos los aspectos, cayó derrotado de manera clara en cuartos de final a manos de Grigor Dimitrov, quien dio una exhibición de tenis ofensivo y en apenas una hora y 34 minutos, finiquitó por 6-2, 6-4 una contienda que elimina al favorito antes de tiempo y recupera alguna de las dudas que existían con Carlos.

Alcaraz no se encontró en ningún momento y lo pagó caro, con una eliminación en cuartos de final de Miami que pone en riesgo el número dos del ranking ATP –lo perderá si Sinner gana el torneo– y le despide del Sunshine Double al que aspiraba tras ganar Indian Wells. Lo que aparecía en el horizonte como potencial décima victoria consecutiva de Carlos acabó con una paliza de Dimitrov, quien desmoralizó a su rival, quitándole sus poderes y minimizando todo lo que pudo su tenis.

Así, de forma amarga y con sorpresa negativa, termina el periplo de Carlos Alcaraz en la gira norteamericana. El panorama nuboso previo, del inicio de 2024, tornó al sol más radiante en Indian Wells, manteniendo el nivel en sus primeros tres partidos de Miami. Sin embargo, el rival que inició su crisis en el pasado mes de octubre en Shanghai, Grigor Dimitrov, volvió a aparecer como villano en el horizonte para, con una tormenta de tenis, devolver la peor cara de un Alcaraz lejos de su 100% en la noche de este jueves en Miami.

Dimitrov volvió a ser la pesadilla de Alcaraz

Carlos Alcaraz y Grigor Dimitrov volvían a verse las caras en un partido oficial después de una última batalla que supuso muchos cambios para el jugador español. Aquel 11 de octubre de 2023, en octavos de final del Masters 1000 de Shanghai, Carlitos se vio sorprendido por Dimitrov e inició, sin saberlo entonces, su primera crisis de juego y confianza desde su explosión como estrella mundial del tenis. En Miami, Alcaraz tendría la oportunidad de redimirse, si bien las cosas no saldrían como tenía planeado.

El peligro de Dimitrov estaba en su juego ofensivo, creativo y técnico a partes iguales, con retales de un Roger Federer con el que siempre fue comparado pero al que nunca se pareció más que ahora, en el teórico inicio del ocaso de su carrera. Grigor sabía que su única opción contra Alcaraz era restar la iniciativa del español, sacar de manera sobresaliente y cerrar todos los huecos jugando hacia delante. El inicio de partido probó todo ello, con una eficacia digna de mención.

Alcaraz, quien había barrido, en orden, a Carballés, Monfils y Musetti en las rondas previas, se vio sorprendido de inicio por la brutal aparición en escena de Dimitrov, quien borró líneas, voleó y sacó con nota y golpeó de derecha como un auténtico elegido. Si bien los juegos permanecían igualados, los tres primeros acabaron en el bolsillo del búlgaro, que abría brecha, haciendo check en la parte inicial de su plan.

Grigor lo había vuelto a conseguir. Alcaraz estaba fuera de sí ante él y no recordaba ni sus tres victorias en los tres primeros enfrentamientos ni que él, en plena forma como está, es mejor que ningún tenista de cuantos compiten en Miami. Carlos sólo veía la sombra, alargadísima, de aquella derrota en Shanghai que inició su cuesta abajo. Así, sin el aura que levanta al público de sus asientos y hace enloquecer al mundo del tenis, Carlos quedó sin poder y Dimitrov aprovechó para, con otro break, colocar un inapelable y ya inamovible 6-2 en la primera manga.

Había tiempo para la reacción pero tenía que ser inmediata. Los 50 primeros minutos de choque habían sido una pesadilla para Alcaraz, que no se mostraba receptivo con su equipo ni consigo mismo. «¡No puedo hacer esa mierda, tengo que centrarme de una vez!», espetó, al tiempo que Dimitrov volvía a repetir estrategia, siempre con una eficacia extraordinaria, acompañada de la elegancia sólo comparable con la de Roger.

Alcaraz no encontró el milagro

El segundo set se ponía cuesta arriba, con pendientes dignas del Giro o el Tour de Francia, prácticamente imposibles de escalar para un humano. Fue ahí cuando vimos el conato de remontada que dio esperanza, en forma de impasse a este thriller de terror que vivió Alcaraz en la noche de Miami. En el alambre, con pelota para 6-2, 5-1 en contra, Carlos encontró un rayo de esperanza e hizo de él el pilar sobre el que sustentar momentáneamente su juego. Las derechas volvían a correr mientras él gritaba, como le pedía Ferrero, buscando la resurrección definitiva.

La situación seguía siendo límite, pero pasó de un potencial 5-1 al 4-4 en el marcador. Ahí, la pelota pasó al tejado de Dimitrov, quien, imperturbable, demostró su aura de veterano y ganador y mantuvo su saque, antes de dar, al resto, la estocada definitiva a la presencia de Carlos Alcaraz en el Masters 1000 de Miami. El campeón de 2022 se despide sin cumplir las expectativas que le llevaban a otro posible título, incluso antes de igualar las semifinales del año pasado. El sol se puso para Alcaraz de forma inesperada y abrupta, debido a una tormenta de tenis de Grigor Dimitrov que lo eclipsó todo con brillantez, madurez y exuberancia.

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