Alcaraz es el maestro del futuro
Carlos Alcaraz conquistó las NextGen ATP Finals después de derrotar a Sebastian Korda (4-3, 4-2, 4-2) en el encuentro por el título. El murciano hizo gala de un altísimo nivel de tenis que le lleva a la cima de los reyes del futuro con tan sólo 18 años
El futuro es de Carlos Alcaraz. Esta afirmación, cada vez más escuchada en los foros de expertos y aficionados, ya puede refrendarse con algo tangible, un título que ejerce de comprobante de que al tenis español le ha vuelto a salir cara con una gran estrella del deporte. El jovencísimo tenista de El Palmar llegaba como benjamín a las ATP NextGen Finals y se marcha días después con el título debajo del brazo, después de apalizar en la final (4-3, 4-2, 4-2) a un duro rival como Sebastian Korda, que nada pudo hacer para evitar que Carlos pusiera el broche a su semana triunfal en Milán.
Después de un torneo perfecto, con tres victorias en la fase de grupos, una más en semifinales y sólo un set perdido ante Cerundolo con el pase a la penúltima ronda ya en la mano, Carlos se presentaba ante Korda en un duelo entre dos tenistas de ranking parecido –32 del español por 39 del norteamericano– y con el talento y la pegada como denominador común. Korda, hijo del checo Petr, comenzaría apretando en los dos primeros juegos de servicio de Carlos, pero el murciano caminaba sobre el alambre y comenzaba a demostrar que sería el rey de los puntos de oro para apuntarse sus primeros juegos.
Korda respondía con sobriedad y una plasticidad absoluta en sus golpes desde el fondo de la pista. Muy alto, muy rubio y muy talentoso el yanqui de origen checo, tanto como para forzar la muerte súbita en el primer set ante la sensación del tenis mundial. Carlos, acostumbrado a ganar relativamente fácil en el torneo, atisbaba un escenario diferente en la final, pero los nervios no serían un problema y juntando calidad y determinación, se llevaba el tie break para adelantarse en la final.
A partir de aquí y como sucediera ante Nakashima o Rune, Carlos aceleró y aprovechó el golpe moral para echar abajo la paridad del partido. Resumir el juego de Alcaraz resulta complicado porque verdaderamente lo es juzgar a un tenista de 18 años que es capaz de ganar puntos de todos los colores sobre el tapete. Especialmente inspirado con el revés, Carlos aleccionaba a Korda hasta hacerse con el break necesario para atar, también, la segunda manga.
Ha nacido un maestro
Sin rodeos, lo del español volvía a ser una exhibición, que además continuaría en el tercer parcial del partido. Korda sólo podía aplaudir porque, tras un gran punto suyo, aparecían tres de Alcaraz. Así iba el resultado. De nuevo la más mínima duda en el semblante de Sebastian era aprovechada por el terremoto de El Palmar para hacerse con un break. Y con el saque, teórico punto débil, la costumbre en Milán ha llevado a los saques de Carlos por encima de los 210 km/h. Un imberbe adolescente con una capacidad de mejora infinitamente por encima de la media. Un talento generacional.
Con todo a favor y sin medio atisbo de la presión por cerrar la final, Alcaraz confirmó la segunda rotura del partido y se presentó en el balcón del triunfo con apenas una hora y cuarto de choque superadas. No tenía demasiado sentido, más allá del espectáculo, alargar la agonía de Korda, superado por la nueva joya del deporte español que ya es el maestro del futuro de la ATP y amenaza con aleccionar también, muy pronto, a los capos del ranking.
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