Te has comido más de uno: este animal es un manjar, pero está considerado especie exótica invasora en España
Te lo comes en la paella, pero es una especie invasora que está acabando con los ecosistemas marinos españoles
Te lo encuentras en lagunas, pero este simpático animal es una de las peores especies invasoras de España
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Cuando vas a la pescadería o a un restaurante, es muy poco probable que te pares a pensar de dónde viene el pescado que compras, y mucho menos si es una especie autóctona. El foco está en buscar una receta y comértelo. Fin.
Pero puede que ese pequeño animal esté haciendo más daño del que parece antes de llegar a la mesa. Porque sí, hay especies que, aunque estén buenísimas, también pueden ser invasoras. Como es el caso de la trucha arcoíris.
La especie invasora que también se come
Hoy en día, en España se reconocen más de 200 especies invasoras, entre ellas plantas y animales. Algunos los has visto toda la vida, y justo por eso cuesta creer que no son de aquí.
La trucha arcoíris es un clásico en la pesca deportiva y un pescado muy suave, limpio, de esos que no necesitan mucho más que un golpe de plancha. También, oficialmente, una especie exótica invasora en España.
Originaria de los ríos fríos del oeste de Norteamérica, esta trucha se ha soltado en medio mundo por su valor culinario y por ser fácil de criar en piscifactoría. Aquí no fue diferente, ya que se introdujo en el siglo XIX y, desde entonces, ha sido protagonista de miles de repoblaciones en embalses y cotos de pesca.
La clave de este animal está en que, a pesar de tantas sueltas, la trucha arcoíris nunca logró hacer de España su hogar. Apenas hay poblaciones silvestres estables. La mayoría de las veces no sobrevive al verano o no consigue reproducirse. Aun así, sigue en la lista de especies invasoras, lo que ha generado años de polémica.
Los ecologistas alertan de que puede competir con otras especies, transmitir enfermedades o alterar el ecosistema. Pero desde el mundo de la pesca recreativa y la acuicultura.
¿Qué tan problemática es esta especie invasora?
El problema no es sólo biológico, también es legal. La clasificación de la trucha arcoíris como invasora implica restricciones duras: sueltas muy limitadas, controles estrictos y un riesgo jurídico constante para quienes trabajan con ella.
Piscicultores y gestores de cotos se han visto en los tribunales por errores burocráticos mínimos. La normativa es tan rígida que ha provocado el cierre de muchos cotos intensivos en Castilla y León, Guadalajara y otras zonas del interior.
Desde el sector, se defiende que las truchas que hoy se sueltan ya no tienen nada que ver con las silvestres originales. Son razas de cultivo, seleccionadas durante décadas, que apenas sobreviven en libertad y no ponen en riesgo a nadie.
Además, si hay un impacto, los expertos aseguran que es mínimo y está más que controlado. Asimismo, sostienen que la trucha arcoíris ha sido crucial para mantener viva la pesca recreativa en zonas donde el hábitat ya no permite especies autóctonas.
Por otra parte, hay un factor clave en el crecimiento de la trucha arcoíris: el cambio climático. Investigaciones recientes demuestran que este pez lo pasa mal con las temperaturas que ya se dan en muchos ríos españoles.
Por encima de los 15ºC, empieza a estresarse. A 21ºC, su crecimiento se paraliza. Se vuelve más vulnerable a infecciones, pierde defensas y sufre daños intestinales que la dejan fuera de juego. Es decir, el propio calentamiento global podría acabar con ella antes de que cause el daño que se le atribuye.
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