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La expresión catalana que deja en shock a una andaluza al escucharla en Barcelona: «No somos los únicos»

expresión catalana
Blanca Espada

Ángela Ramírez, una joven malagueña que llegó a Barcelona hace cuatro años pensando que lo más difícil sería adaptarse al clima o a la ciudad se ha hecho viral a raíz de un vídeo en el que explica cómo la lengua catalana, ha sido lo que más le ha sorprendido, pero a la vez, ha demostrado que ya domina una serie de giros lingüísticos y en concreto una expresión catalana, que ya ha incorporado a su manera de hablar casi sin darse cuenta.

Ella misma lo ha contado con naturalidad en TikTok, desde su cuenta @angela.rule, donde entre otras cosas, comparte su aprendizaje del catalán con humor y muchas anécdotas. Lo hace sin criticar y sin ver nada malo en el catalán. De hecho, intenta entender cómo cambia el lenguaje según la tierra en la que vivas. Sus vídeos, sencillos pero muy reconocibles para cualquiera que haya vivido algo parecido, han creado una pequeña comunidad de seguidores que se sienten reflejados en esa mezcla de desconcierto y curiosidad que surge cuando te mudas a otra región que además tiene otra lengua.  Y aunque la joven llegó a Barcelona sin un plan lingüístico marcado, la convivencia diaria ha hecho lo suyo. Ahora ya no sólo entiende expresiones que al principio le sonaban extrañas: muchas se han convertido en parte de su forma de hablar. De este modo, lo que empezó como un choque cultural —ha terminado siendo una historia de adaptación que suma miles de visualizaciones.

La expresión catalana que deja en shock a una andaluza

La expresión catalana que más quebraderos de cabeza le dio al principio fue una que los catalanes utilizan en muchas ocasiones y que no es otra que «ara vinc, que traducido de manera literal sería «ahora vengo». Para quien viene del sur, como ella, la frase suena casi al revés. En Málaga, como en buena parte de Andalucía y de España, lo habitual es responder con un «ahora voy». Y claro, cuando escuchó por primera vez aquel «ara vinc», la sensación fue de choque total.

«Me suena fatal», reconoce entre risas en uno de sus vídeos. Pero no es una crítica, sino la simple confesión de alguien que intenta entender dos formas distintas de decir lo mismo. Con el tiempo, lo curioso es que terminó adoptando la versión catalana casi sin darse cuenta. “Ya no digo «ahora voy», digo «ara vaig»», explica sorprendida de lo rápido que el cerebro se adapta cuando se vive rodeada de una nueva forma de hablar.

Esa frase se convirtió en el ejemplo perfecto de algo que Ángela no esperaba: «Me he dado cuenta de que los andaluces no somos los únicos que recortamos palabras». Un pequeño descubrimiento que convirtió en reflexión y que sus seguidores celebraron por lo cotidiano y lo real que resulta.

Expresiones que se le han quedado sin querer

El proceso ha ido más allá de una simple frase. En sus vídeos, Ángela reconoce que hay giros catalanes que ya usa de manera automática. Uno de ellos es «picar el timbre», que en castellano peninsular suele ser «tocar el timbre». Otro, quizá más llamativo por su rapidez para incorporarlo, es «merci», que es lo que muchos catalanes dicen para dar las gracias y que ella confiesa que utiliza desde el día uno.

Pero si hay un terreno donde nota especialmente el cambio es en lo cotidiano, en esos rituales diarios que también tienen su traducción.»¿Echarme una siesta? No. Ahora es «hacer la siesta», como la traducción literal de «fer la migdiada». Se me ha quedado», dice entre risas. Tanto se le ha quedado que ya ni recuerda del todo cómo lo decía antes.

Lo que le ha pasado esta joven no es algo excepcional. Muchos usuarios comentan experiencias similares, desde gallegos que se trasladan a la Comunidad Valenciana hasta madrileños instalados en el País Vasco. Las lenguas cooficiales se convierten, en esos casos, en una especie de puente de culturas que casi siempre, termina enriqueciendo.

Un acercamiento natural a las lenguas cooficiales

Lo más llamativo de su caso no son las expresiones en sí, sino la forma en que las comparte: sin buscar polémicas, sin caer en comparaciones hirientes y sin alimentar debates en los que los seguidores se tengan que enfrentar. Su tono es cercano, divertido y muy cotidiano. En sus vídeos, Ángela muestra con naturalidad que aprender catalán no es un examen constante, sino una convivencia diaria. Como ella demuestra con esas frases y expresiones, se ha adaptado a la ciudad en la que vive y no tiene problema en usar el catalán aunque sea mezclado con el castellano.

Su historia resume lo que muchos han experimentado y quizá nunca se han detenido a expresar: que la convivencia lingüística no tiene porqué ser polémica. Tampoco se imparte sólo en las escuelas o las clases, también en la calle o hablando con quienes son ahora sus amigos, ha podido enriquecer sus expresiones y en definitiva, su forma de hablar.

@angela.rule Eso si, el acento es intocable 😉 #tiktokcatalà #Barcelona #parati #malaga ♬ Berghain – ROSALÍA & Björk & Yves Tumor

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