Cuál es el origen de Manolo Bakes y por qué se les llama Manolitos
Los Manolitos de Manolo Bakes son quizás los mejores crusanes que podemos comer en Madrid y otras ciudades de España.
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Si vives en Madrid y se menciona el nombre de Manolo Bakes, seguro que te vienen a la mente sus ricos Manolitos, unos pequeños cruasanes que aunque podemos encontrar en otras empresas similares lo cierto es que tienen una textura y un sabor que los hace únicos en el mercado, pero ¿cuál es el origen de Manolo Bakes y por qué se les llama Manolitos?.
Cuál es el origen de Manolo Bakes y por qué se les llama Manolitos
Aunque muy popular en Madrid, Manolo Bakes ha conseguido dar a conocer su nombre más allá de la capital gracias a una pequeña expansión que en los últimos años le ha permitido llevar su producto estrella, los Manolitos, a otras ciudades españolas como Barcelona, Valencia, Coruña y Zaragoza.
¿Pero cuál es el origen de Manolo Bakes? La empresa no nació como tal, ya que en realidad originalmente surge a raíz de Pastelería Artesanal Manolo, un negocio familiar nacido en Colmenar Viejo hace casi 30 años de la mano de Manolo Manzano, hijo y nieto de pasteleros, quien decidió abrir su primera pastelería gracias a un préstamo de su abuela. El joven quería seguir la tradición de su familia y logró crear un pequeño imperio ya que a raíz de su primera tienda y a la creación de los Manolitos, logró abrir tres tiendas más en Colmenar y expandirse hacia Tres Cantos, Majadahonda y la propia Madrid (con una pastelería en el mercado de Chamartín).
¿Cómo se crearon los manolitos?
La pastelería de Manolo Manzano, en la que también se involucraron sus hermanas, Remedios y Noelia consiguió estar en poco tiempo en boca de todos gracias a los Manolitos unos pequeños cruasanes de mantequilla que creó Manolo junto a su padre. Dice la leyenda, que ambos se equivocaron al echar la mantequilla en unos cruasanes que estaban preparando y fue así como nacieron sus dulces más icónicos.
En cuanto al nombre no tenían ninguno en particular pero cuando comenzaron a hacerse populares, la gente los llamaba «Manolitos» dado que Manolo es el nombre de su creador y así se quedaron y así acabaron siendo conocidos en todo Madrid, hasta el punto de formarse largas colas en la puerta de la Pastelería de la familia Manzano y en especial la de Tres Cantos ya que se dice que fue en esta donde la gente comenzó a comprar los Manolitos llevándoselos por kilos, hasta el punto de llegar a vender en la actualidad unos 7.000 kilos al mes o 500 kilos diarios.
En 2021 la hermana Remedios registró el nombre de «Manolitos» y de esta manera Madrid ya tenía otra pasta o dulce artesanal con el que identificarse, pero ¿Cómo la pastelería de la familia Manzano dio el salto a Manolito Bakes?
¿Cómo surge Manolo Bakes?
Para encontrar el origen de Manolo Bakes tenemos que mencionar a Pablo Nuño que a pesar de estudiar economía y haber trabajado en el mundo de la banca, pensó que sería buena idea el poder crear una franquicia de la pastelería de Manolo Manzano. Así se lo hizo saber a la familia Manzano pero ellos se negaron de modo que decidió abrir su propio negocio y lanzar su propia versión de los Manolitos a los que llamó Crosantino, nombre también elegido para su tienda. Pero esa nueva «versión» duró poco tiempo. Nuño y Manzano acabaron por aliarse (junto a otros como el futbolista Álvaro Morata que de hecho ayudó a abrir Crosantino), y decidieron fundar De Boca En Boca, la empresa a la que pertenece la marca que es ahora el nombre del negocio en el que encontramos los Manolitos, Manolo Bakes, operativa desde 2018.
Así, de un negocio familiar que todavía se mantiene, dado que Pastelerías Manolo sigue abierta con sus tiendas de siempre, se acabó creando un pequeño imperio que llega ya a estar presente con más de 20 tiendas en varias ciudades de nuestro país donde los Manolitos son sin duda su gran atractivo. Un cruasán que no solo podemos comprar en su receta original, sino que además los tenemos también de chocolate (negro y blanco), de crocanti, café e incluso de cheescake, expandiendo así su «leyenda» y convirtiéndose en un placer para el paladar al que nadie se puede resistir.
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