¿Quién fue Charles Darwin y su teoría de la evolución?
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Seguramente hayas escuchado hablar alguna vez acerca de Charles Darwin y su teoría de la evolución, una hipótesis que tiende a aparecer en escena cuando se polemiza acerca de las religiones, contraponiendo la creencia en torno a la fe con los enunciados del naturalista.
En efecto, este inglés, que transcurrió su vida durante el siglo XIX, es considerado el científico más influyente entre todos los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural. “El origen de las especies”, su obra magna, es uno de los libros más leídos de la historia.
Así como previamente Copérnico, Galileo o Newton habían sentado las bases científicas en torno al universo que nos rodea, el trabajo de Darwin se enfocó especialmente en los seres vivos en general, los seres humanos en particular, y su evolución a lo largo de los tiempos.
Sus pensamientos, que se fueron dando de forma paulatina y le llevaron a enfrentarse con la Iglesia, una institución mucho más poderosa e influyente que hoy en día, comenzaron al participar en una expedición naval por el canal de Beagle, que duró hasta cinco años y le permitió recabar buena parte de los materiales a través de los cuales justificaría sus ideas.
En 1859, Charles Darwin publicó “El origen de las especies”, detallando así sus conclusiones acerca de este asunto que ha desvelado al hombre desde siempre, y sosteniendo que todas las especies tienen un origen en común, y que se han diferenciado y desarrollado en un proceso de selección natural, demostrando así que únicamente sobreviven las más fuertes, o mejor adaptadas.
Una cuestión importante es que estos postulados de Darwin fueron, en su gran mayoría, contrastados con evidencia científica que demostraba con rigurosidad que sus apreciaciones no eran ligeras, sino que poseían un sustento comprobable.
El inevitable furor que generó y sigue provocando “El origen de las especies” llevó a que Darwin se transformara en algo así como un icono de quienes reniegan de la religión y la fe en lo sobrenatural, casi como una visión antagónica a las formulaciones que hace la Biblia.
Mientras en las sagradas escrituras, y más precisamente en el Génesis, se manifiesta que Dios es el creador de todo aquello que conocemos o podemos conocer, Darwin argumentaba que el hombre desciende de otros animales, y que no hace falta una deidad que explique su existencia.
Y si bien se trata de una discusión que probablemente no acabe nunca, lo cierto es que el creacionismo de Darwin sigue siendo la más contundente exposición en su campo.
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