El caballito de mar, un animal de muchas rarezas
El caballito de mar es una de las especies más curiosas del reino animal, con más de 54 ejemplares reconocidos. A través de su esbelta figura, ya marca la diferencia entre el resto de géneros acuáticos. Su cuerpo está cubierto de una especie de armadura formada por diversos anillos de constitución ósea. Al igual que los camaleones, el caballito de mar es capaz de mimetizarse con el entorno y sus ojos se mueven de manera independiente.
Entre todas estas peculiaridades, destaca sobre todo su forma de nadar, muy distinta a la del resto de peces. Siempre permanecen en una postura erguida, que consiguen propulsar gracias a un pequeño saco de gas que poseen en su interior. Mientras tanto, la aleta caudal actúa como timón del barco. Sin conseguir grandes proezas en el mundo de la natación.
El cortejo y el embarazo es cosa de hombres
La conquista entre los caballitos de mar es lenta y complicada. Tras pasar un tiempo a solas esperando el momento oportuno para la fecundación, la pareja realiza una danza sincronizada de varias horas de duración. De esta forma, el macho le demuestra a la hembra su completa disponibilidad. Cuando los ovocitos están preparados, la hembra introduce estas células en el interior del saco ventral del macho.
Al contrario que la mayoría de especies del planeta, los varones son los encargados de gestar y cuidar a las crías resultantes. Algunos expertos aseguran que se trata de una táctica para conseguir mayor descendencia. Mientras el macho desarrolla el embarazo, la hembra puede volver a crear nuevo ovocitos.
No poseen dientes ni estómago
Como consecuencia de un proceso evolutivo algo complejo, el género Hippocampus no posee ni dientes ni estómago. Ambas carencias afectan sobremanera en su alimentación. En vez de masticar, los caballitos de mar absorben la comida a través de su enorme trompa. A pesar de su escaso tamaño, son capaces de devorar miles de pequeños crustáceos a diario. El motivo de esta cantidad desorbitada se debe principalmente a la ausencia de un estómago donde reposar el alimento. Por eso necesitan comer muy a menudo para mantener a raya el apetito.
Ellos también tienen “huellas dactilares”
Al igual que el ser humano con las huellas dactilares, los caballitos de mar pueden ser identificados individualmente gracias al tamaño y el diseño de su cabeza. Esta fascinante criatura posee una corona muy singular en la parte superior del cuerpo. Una zona que es completamente diferente en cada sujeto.
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