El mercado del arte en Londres
Londres sigue de moda. A pesar del boom de La City, el centro financiero europeo por excelencia, que funcionaba como un imán mundial y que convertía a la capital británica en la más internacional de las ciudades — más aún que Nueva York o Hong Kong— Londres no se ha visto afectada, por ahora, en cuanto a factores de popularidad, si bien es sabido que el fenómeno del Brexit si está perjudicándola a nivel de mercado. Londres es una ciudad global líder no solamente en el arte, sino también en otros ámbitos como el comercio, los medios de comunicación, la investigación, el desarrollo, el turismo y el transporte. La capital anglosajona europea es coronada como el centro financiero más grande del mundo habiendo alcanzado el PIB de la zona metropolitana en el quinto lugar en el mundo. En resumidas cuentas, Londres es un referente tanto a nivel artístico como a nivel financiero.
Prueba de esto es la ristra de famosos artistas contemporáneos ingleses por los que más se ha llegado a pagar en el mercado contemporáneo, en su mayoría, pertenecientes al movimiento YBAs (Young British artists) entre los que se encuentran: Damien Hirst, David Hockney o Jenny Saville. Además, Londres se encuentra entre las ciudades de vanguardia en cuanto a centros de arte contemporáneo, un hecho demostrable por la calidad de instituciones como la Tate Modern —recientemente remodelada—, que organiza una serie de muestras que la sitúan como una de las más innovadoras y con más presencia del mundo.
Sin embargo, algunas de las grandes galerías mundiales, están lamentado su posicionamiento en esta gran ciudad. Curiosamente, en su mayoría, el mercado no es local, sino ruso, árabe o chino. El Brexit está haciendo que mucha gente se marche. Los costes de alquileres de los espacios son elevadísimos, y esta serie de gastos generales llevan a varias importantes galerías a sufrir pérdidas en este apetitoso mercado pero que, aun así, se ven obligados a mantener su presencia por una cuestión de marketing.
La pasada edición de Frieze ha vuelto a atraer a coleccionistas y entendidos de todo el mundo. Sin embargo, no ha sido tan exitosa como en años pasados. ¿Será debido a la gran demanda de ofertas y ferias o por los elevados precios? Lo cierto es que el mercado está saturado de ferias que no paran de emerger y la situación de las mismas, debido a la elevadísima competición, es insostenible, prueba de esto es que cada vez más las ferias adolecen de falta de ventas. Tal vez con el tiempo la balanza de este mercado se equilibre. Por ahora esta última edición de Frieze London nos deja con un desalentador resultado y con una incógnita clave. ¿Es este el inicio del fin del fenómeno masivo de las ferias o el inicio de un declive del mundo del arte londinense que empieza a verse afectado por el Brexit?