Aitana Sánchez-Gijón encabeza el talentoso reparto de ‘Troyanas’ que llega al Teatro Español este viernes
La actriz Aitana Sánchez-Gijón encabeza el reparto de la obra ‘Troyanas’, que llega al Teatro Español el próximo viernes 10 de noviembre, para dar voz a las mujeres represaliadas tras la guerra y que arroja una mirada contemporánea a la situación de abusos y acoso.
«En el relato histórico siempre se ha silenciado la historia de las mujeres y aquí se le da la vuelta», ha señalado la actriz, quien en respuesta a la pregunta de si también podría extenderse la denuncia del texto a los casos actuales de acoso sexual, ha respondido afirmativamente. «Estamos empezando a hablar todos, no solo las mujeres, sino también los hombres», ha señalado.
A su entender, al igual que en la obra, queda «la reivindicación» de la palabra como «única vía para que las cosas aceptadas como normales y son vergonzosas puedan remover a la sociedad». «Estamos acostumbrados a grandes héroes y se hablan de sus gestas, pero como alerta Hécuba (su personaje) , son los invasores los que escriben la Historia», ha criticado.
En esta misma línea, Carme Portaceli, directora de esta obra adaptada por Alberto Conejero, también ha hecho alusión a los casos de acoso apoyándose en el texto de Eurípides. «Cuanto más callamos, más se ampara al abusador, pero en cuanto tengan miedo porque sale a la luz, igual lo paramos», ha señalado.
Incluso Conejero ha pedido «hacer autocrítica» en la responsabilidad «íntima» de cada persona en los casos de acoso, incluidos aquellos que callan. «Espero que esto nos haga mirar aquello que no miramos y, en parte, nos hace cómplices. Estamos demasiados aupados en certezas», ha alertado.
Mujeres en guerra
»Troyanas’, que estará en el Teatro Español hasta el próximo 17 de diciembre, cuenta con un reparto en el que aparecen nombres como los de Alba Flores, Maggie Civantos, Gabriela Flores, Miriam Iscla, pepa López o Ernesto Alterio. «El riesgo en este caso es que el gran coro de mujeres del texto original se queda en seis, que serán luego las que tienen que individualizar a cada personaje», ha explicado Sánchez-Gijón.
El resultado es el de «ofrecer el relato» a las mujeres que quedaron abandonadas tras la Guerra de Troya y tratan de «mantener la dignidad» en un contexto de miseria moral. «Hablamos de todas las mujeres que siguen sufriendo tras un conflicto, son consideradas un botín de guerra e incluso se convierten en esclavas sexuales», ha señalado Portaceli.
Conejero ha hablado de cómo Eurípides dio una «lección y magisterio de valentía» al poner sobre la mesa –poco después de una matanza en Atenas– la preocupación por «una sociedad igualitaria». «Esto demuestra que nuestro presente está construido sobre un dolor que a veces es silenciado, pero aquí se habla expresamente de la banalidad del mal», ha apuntado.
Hécuba, una refugiada
Incluso uno de los últimos pasajes de la obra termina con «una mirada escalofriante» al presente, en la que se rompen las barreras con el pasado y se establece una semejanza con las condiciones actuales de los refugiados. «Las palabras de Hécuba son las de una refugiada que pretende marchar al exilio», ha indicado.
«Hécuba es el espíritu de la resiliencia. A pesar de no tener razones para seguir viviendo, se levanta cada vez con más fuerza. Hay que hablar, lo único que nos queda es la voz y no se puede permitir que se lleven también la palabra, ha afirmado Sánchez-Gijón. Para Portaceli, «cuando arrebatan el lenguaje se pierde la capacidad de lucha y esto se ve en una época en que los políticos lo usan para la manipulación».
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