Ágatha Ruiz de la Prada revela intimidades, desventuras y logros en sus explosivas memorias

Ágatha Ruiz de la Prada habla de feminismo, de matrimonio y de los secretos más íntimos de su familia.

Ágatha Ruiz de la Prada
Ágatha Ruiz de la Prada. @IG

Ágatha Ruiz de la Prada ha presentado al mundo Mi historia (La Esfera de los libros), sus memorias más íntimas y provocadoras. Hay muchos secretos que nos sabíamos de la diseñadora y una de las musas de la Movida; pero, sin duda, y probablemente, aún se ha guardado infinidad de intimidades con las que podría seguir sorprendiéndonos.

Al leer las memorias de personas como la marquesa de Castelldosríus, baronesa de Santa Pau y grande de España aprecias que estás ante alguien que ha tenido acceso a mundos que están al alcance de pocos, es un espacio lleno de actividades privilegiadas. «Me crie entre dos mundos: el antiguo, donde los señores se retiraban a fumar y mandaban las señoras porque tenían dinero y hacían sus planes, y el rompedor de la España de los ochenta. Soy un híbrido, en el sentido biológico y mitológico, que es lo mejor que se puede ser. ¿Hay algo más moderno que pertenecer a un mundo antiguo y engendrar la vanguardia?», explica en algunas de sus páginas.

Ruiz de la Prada asegura que es «feminista de verdad, no de boquilla», de hecho, relata que ella fue una de las responsables para acabar con la ley que discriminaba a la mujer frente al varón en la sucesión de los títulos nobiliarios. «Ser feminista no es hacer lo que digan unas pocas políticas, sino lo que le dé la gana a la mujer. Como feminista de verdad siempre tuve clara mi postura sobre el aborto», apunta.

Ha estado casada, tiene dos hijos y ha salido con señores muy interesantes en los últimos años desde que se separó del periodista Pedro J. Ramírez. Recordemos que Ruiz de la Prada acudió a firma la separación vestida con un burka: «No quería que mi ex me volviera a ver. Desde el mismo momento en que me dijo que quería separarse, ya no quise verle nunca más, por eso llevé un burka que me habían traído de Afganistán», explicó entonces a la revista Hola!.

«Nunca he creído en el matrimonio»

En este libro de memorias, donde Ruiz de la Prada se confiesa en muchos aspectos, asegura que «nunca he creído en el matrimonio, jamás. En cambio, sí profundamente en la familia. Para mí lo más importante son mis hijos, en todo momento. Yo tuve a mis hijos consciente absolutamente de que lo que más quería en el mundo era eso. Parir es lo mejor que me ha pasado en la vida».

Desde que dejó de ser parte de un matrimonio, esa institución social y religiosa en la que dice no creer, explica en su libro que tuvo que salvarse a sí misma de haber vivido «a la sombra por ser mujer y haber pasado de los cuarenta». Eso sí, afirma que «ahora soy cualquier cosa menos una señora invisible». 

Sobre sus diseños, su enseña del corazón y el uso de colores por doquier en sus prendas y en su vida, pues ella es la mejor embajadora de su firma, también tiene una explicación. Lo primero es que dice que su útero tiene forma de corazón, «por eso mis partos fueron tan difíciles», así que de alguna manera inconsciente esa forma siempre ha estado y salió en el emblema de su marca casi de forma natural.

«Me gusta diseñar y tengo claro cuál es mi estilo. Me encanta trabajar y hacer planes. Mi marca tiene éxito desde hace más de treinta años. Mis diseños se reconocen en todo el mundo y han desfilado en las mejores pasarelas. Creo que en casi todas las casas ha habido algún producto con un corazón fucsia o alguna flor creados por mí», comenta la creadora.

La moda tiene una cosa muy buena: «es total y absolutamente antidepresiva». Cree, y así lo plasma, Es evidente que me lancé al color para huir de la tristeza y de la depresión, que asediaron a mi madre, eso lo he sabido siempre. La experiencia con mi propia familia me indicó el camino a seguir o, más bien, el camino a evitar. Un color es capaz de llevarnos a la amargura o a la felicidad.

Esta es la historia, dice, jamás ha contado. En ella, asegura Ruiz de la Prada «siempre he podido hacer lo que me ha dado la gana. He luchado por ello. Mi libertad ha sido importante. ¿Que para conseguirlo he tenido que trabajar mucho? Pues sí, pero, como me gusta, no me importa».

Lo último en Cultura

Últimas noticias