Vicente Martínez: «Ya tenemos en marcha las obras para recuperar el Metro en la ‘zona cero’ de la DANA»
"La Generalitat va a estar ahí para que los afectados recuperen sus casas y sus negocios lo más rápido posible"
"La parte de la financiación de la recuperación queda pendiente de Hacienda y, que yo sepa, hasta la fecha, ni un euro"
"Estoy muy satisfecho de hasta dónde ha llegado la Generalitat, pero no sé si todos pueden decir lo mismo"
Vicente Martínez Mus tomó posesión como nuevo conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras del Gobierno valenciano de Carlos Mazón en julio. Tres meses después, ha tenido que dirigir una ardua tarea tras la DANA: recuperar las infraestructuras de un territorio de extensión equivalente a la Baleares totalmente destrozado. Ha gestionado la apertura de las carreteras destrozadas, la recuperación de un paraje incomparable como es la Albufera y la retirada y tratamiento de más de 120.000 vehículos destruidos. Los avances en sus áreas son tales que ya tiene en marcha la recuperación del Metro en la denominada zona cero de las inundaciones. Su gran preocupación es la recuperación humana: «La Generalitat va a estar ahí para que los afectados por la DANA recuperen sus casas y sus negocios lo más rápido posible».
PREGUNTA.- Desde fuera de la Comunidad Valenciana nos resulta muy complicado hacernos una idea de la magnitud de lo que ha ocurrido, porque es verdad que escuchamos mucho que ha sido una de las tragedias, de las catástrofes naturales más importantes de la historia de España. Pero no nos hacemos una idea del impacto real en infraestructuras. ¿Qué ha significado esta DANA para la Comunidad Valenciana?
RESPUESTA.- En infraestructuras la verdad es que ha sido un desastre. Así, directamente. Hemos tenido kilómetros y kilómetros de carreteras cortadas, directamente inutilizadas. Muchísimos puentes, especialmente en todos los cauces más afectados, infraestructuras de comunicación básicas, vías de metro, de tranvía. En definitiva, todas las infraestructuras de la zona afectada que, para hacernos una idea es todo el territorio de Baleares, en unas comarcas completamente asoladas, casi todas las vías de comunicación. La verdad es que ha sido una destroza importante, obviamente nunca visto en esta tierra.
P.- Hay distintas fases dentro de lo que ha ocurrido desde el día 29 en adelante. Porque la primera fase había un problema enorme: las infraestructuras no permitían que accedieran ni siquiera los equipos de emergencia. ¿Cómo se solventó esta primera primerísima fase?
R.- Es el primer obstáculo que nos encontramos. Para llegar a las zonas afectadas había que construir maneras de acceder a ellas. Construir, ya no sólo apartar. No había puentes. Había que habilitar cómo cruzar un cauce que está lleno de agua y que no existen vías para cruzar o cómo recuperar la viabilidad de una carretera o de un acceso a un determinado municipio o incluso a un barrio. Y era totalmente imposible. Ese fue el primer trabajo urgente que acometer. Era difícil llegar a muchos puntos de las zonas afectadas y eran un primer obstáculo importante a salvar.
P.- Es verdad que la emergencia, como su propio nombre indica, tiene un carácter de urgencia. Pero, muchas de las infraestructuras que se han vuelto a construir o que se han reparado se han hecho en un tiempo absolutamente récord, ¿no es así?
R.- Sí. Esta semana mismo hemos acabado la última de las actuaciones para permitir la conexión de las carreteras autonómicas. Teníamos 18 carreteras afectadas que, básicamente, dan toda la conectividad al área metropolitana de Valencia, no solo a esas comarcas. Eso, significaba una dificultad muy grande de movilidad. Esta área metropolitana tiene desplazamientos diarios de alrededor de 1.700.000 personas, que no tenían metro, trenes de cercanías ni carreteras. La situación era exageradamente urgente. Pudimos ya, estos días, cerrar la última conexión. Era básico recuperarla cuanto antes.
Era una necesidad de movilidad mínima. Ya no solo para para el trabajo o para la vida normal, sino incluso por motivos de acceso a servicios sanitarios básicos que tienen estas zonas interconectadas entre ellas. Ha habido que trabajar muy rápido. El día 29, fue la noche de la catástrofe. Al día siguiente ya visitamos las zonas afectadas. El 31 ya teníamos adjudicaciones de empresas para empezar con los trabajos y el 1 de noviembre ya teníamos empresas trabajando en cada uno de los puntos conflictivos. Eso, nos ha permitido, en un tiempo récord, tener esa viabilidad. Y, a la vez que hemos habilitado las soluciones provisionales, donde no se podía reparar totalmente la infraestructura, ya estamos, ya hemos hecho las dos cosas: tenemos la solución, tenemos la operativa y seguimos trabajando en la solución definitiva.
P.- Y durante esta primera etapa, ¿qué tipo de refuerzo se ha hecho para todas aquellas personas que antes dependían de un medio de transporte que ya no tienen? Por ejemplo, en el caso de los coches que se han perdido, ¿qué tipo de medidas se han llevado a cabo?
R.- En la conectividad del transporte público el más afectado ha sido el Metro. En muy pocos días pudimos recuperar el tranvía, que es una parte importante de estos recorridos. El día 9 de noviembre ya lo teníamos operativo. Luego, hemos recuperado, hace un poco más de una semana, el 80% de la circulación del metro. Eso, nos ha permitido recuperar gran parte de la movilidad.
Mientras tanto, desde el primer día hemos estado incorporando líneas de autobuses. Hemos hecho hasta 25 trayectos nuevos sustitutivos del Metro. Hay que entender que, con autobuses, sustituir la capacidad de un metro es imposible. Ha hecho falta una cantidad ingente de autobuses para poder cubrir esas necesidades, especialmente en la zona más afectada. Y, ahí, tengo que decir que ha sido básica la colaboración de otros territorios. Hemos tenido desde la Comunidad de Madrid, por ejemplo, 40 autobuses con 80 conductores en servicio aquí por colaboración totalmente altruista de los propios conductores y de la Comunidad de Madrid, que nos lo ha puesto a disposición. Y de otros territorios de España que han estado colaborando.
Eso, hace idea de hasta qué punto hemos necesitado de esos servicios. Ahora ya, con la recuperación del Metro, se ha reducido. De esas 25 líneas hemos dejado sólo 12 líneas sustitutivas, que nos ha permitido también reforzarlas más. Pero hemos descubierto necesidades y trayectos. El Metro es una línea continua con sus paradas. La gente lo utiliza, sube y baja cuando quiere, pero tú no detectas si el transporte entre Torrent y Alginet es necesario o no y lo vas viendo sobre la marcha. Ha sido una tarea ingente. Sigue siéndolo, pero en los primeros días la verdad es que fue titánico el esfuerzo.
P.- ¿En qué fase estamos, después de un mes y medio?
R.- Todas las carreteras están ya funcionando con solución provisional o definitiva. Independientemente de eso, está funcionando muy bien toda la toda la red autonómica de carreteras. También, hemos trabajado con la conectividad de las líneas, de los puentes, de las infraestructuras municipales. Hemos asumido 47 actuaciones en ayuntamientos que tienen que ver con puentes y con vías, que también resultaron afectadas. Ahí, vamos a tardar un poco más. Son obras que competen a los ayuntamientos, pero que los ayuntamientos no están en situación de poder asumir.
Pero lo que es la conectividad del área metropolitana, con la recuperación de ese 80% del metro y la semana que viene un tramo que nos queda entre Lliria y Paterna, que también tiene mucho tráfico, vamos a recuperar una normalidad bastante importante en esta zona.
Quedará, como es obvio, la que hemos llamado zona cero, dónde seguiremos con nuestros autobuses alternativos con ese funcionamiento. Pero ya tenemos en marcha todas las obras de emergencia para restituir también esos tramos de Metro. Estas localidades usan muchísimo este medio de transporte. Ahí, hemos hecho las contrataciones pertinentes ya. Yo creo que en unos pocos meses lo tendremos recuperado. Mientras tanto, el refuerzo de las líneas de autobuses va a ser constante y continuo hasta el último día. Es un esfuerzo que estamos haciendo, pero hay que hacerlo.
P.- La Generalitat está haciendo un triple esfuerzo, porque no solamente lleva a cabo las cuestiones que son competencia suya, sino que imagino que los ayuntamientos estarán completamente desbordados y también se estará haciendo cargo la conselleria de muchas de las actuaciones que llevan a cabo los ayuntamientos. Y, luego, la patata caliente del Gobierno de España. ¿Cómo está siendo la colaboración con el Gobierno?
R.- Aquí tenemos varias administraciones participando. Como saben, los ayuntamientos, que no están en condiciones de nada, están en condiciones de mínimos. Hay ayuntamientos que ni siquiera existen físicamente, que han desaparecido gran parte de sus infraestructuras básicas, de sus edificios, de su casa consistorial. Con ese pan hay que hacer estas tortas. Y esa es la herramienta que tenemos para funcionar.
Ahí hemos estado la Diputación de Valencia, con un trabajo ejemplar, ejerciendo competencias que no le correspondían; la Generalitat también. Ejerciendo competencias que no nos correspondían. Hemos estado trabajando en la retirada de residuos, que es una competencia básicamente municipal, porque entendíamos que había que hacerlo. Hemos asumido un coste importantísimo que al cabo del tiempo va a suponer también una carga importante, que es la retirada de esas 350.000 toneladas de residuos que para que nos hagamos una idea, equivalen a dos veces todos los residuos que se generan en toda la Comunidad Valenciana en un año. Todo eso en un mes y medio. Y eso lo hemos asumido desde la Generalitat y lo hemos hecho repartiéndolo. Ya digo, entre ayuntamientos, hasta dónde podían, la Diputación y la Generalitat. Con un Gobierno central que ha estado vigilante, que ha estado ofreciendo pero realmente no ha asumido ninguna competencia que no le correspondiera.
P.- O sea que, en realidad, la famosa frase de si quieren ayuda que la pidan es rotundamente cierta. No se ofrecen más allá de lo que dicta casi el reglamento, y si no, pues que se apañen.
R.-Aquí todos hemos hecho más esfuerzos de los que nos correspondían: los ayuntamientos, por supuesto, la Diputación y la Generalitat. La Diputación incluso está asumiendo cosas que son puramente privadas, como los garajes privados, que están en este momento trabajando junto con nosotros para para reubicar eso. Ahí, yo creo que hay grandes diferencias de cómo se ha comportado cada uno en este en este proceso. Y luego cada uno se dedicará a explicarlo como crea conveniente. Nosotros hemos hecho todo lo que nos correspondía y mucho más de lo que nos correspondía en cuanto a competencias. Estoy muy satisfecho de dónde estamos llegando, de qué es lo que estamos haciendo Y cada uno puede. No sé si todos pueden decir lo mismo.
P.- Hay dos cuestiones que me preocupan muchísimo: el tema de los garajes y de la cantidad de coches que están apilados y cómo se les va a dar salida a todos ellos. ¿Cuáles son los planes para ambas cuestiones?
R.- Son 120.000 coches. Son muchos vehículos. Gran parte de ellos, el 95%, son siniestro total. Y hay que darles un tratamiento como residuo a los centros autorizados de tratamiento. Para eso, hacía falta una reglamentación, un cambio normativo que permitiera darles un tratamiento ágil. Ese reglamentación tardó mucho. Hasta la semana pasada la estuvimos esperando. Pero no podíamos esperar más. Había acopios de vehículos, montañas de vehículos, cerca de centros educativos, cerca de centros que podía significar un riesgo de contaminación, un riesgo de incendio, cualquier cosa. Y nos vimos en la obligación nuevamente de asumir una competencia que no nos correspondía y marcamos un plan para ir retirando esos vehículos hasta en tanto no tuviéramos ese cambio normativo. Y así lo hicimos.
Nos dedicamos a eso. Hicimos los contratos correspondientes para eliminar esos acopios de coches, llevarlos a lugares más seguros a la espera de esa reglamentación. Una vez ha habido esa reglamentación, hemos estado en coordinación con los ayuntamientos, ayudándoles, marcando un protocolo de funcionamiento, también para poder utilizar esos esos trámites y llevar los vehículos a donde tienen que estar, a donde tienen que acabar, que es en los centros autorizados de tratamiento, los que conocemos como desguaces de toda la vida.
El proceso sigue siendo largo. Son muchos vehículos y, a todos los niveles, se han de peritar, han de pasar un trámite que es la designación como baja y la conversión a residuo. Y, ahí, estamos, colaborando intensamente con los ayuntamientos para poder hacerlo de la manera más ágil. Pero la tarea sigue siendo lenta.
P.- Ya que después, sobre todo a raíz del funeral, hemos entrado ya de manera muy clara en la fase de recuperación. ¿Hay motivos para la esperanza, para que la inmensa mayoría de las cuestiones que afectan más al día a día de la población se solucionen, por lo menos a efectos de infraestructuras, en un plazo razonable de tiempo?
R.- Estoy bastante satisfecho del resultado que hemos tenido en cuanto a la recuperación de infraestructuras. En poco más de un mes hemos recuperado cierta normalidad. Nos queda por recuperar una parte del transporte público que obviamente va a costar un poco más, como este porcentaje o esta parte del metro, ese 20% de línea que va a costar unos meses más. Pero, en lo demás, en las infraestructuras, se ha hecho un gran trabajo. Tengo que estar muy orgulloso de todo el personal, de todas las empresas públicas, tanto de Ferrocarrils de la Generalitat como de la EPSA la entidad de saneamiento, como del personal de la de la Consellería que tengo el privilegio de dirigir, porque se ha conseguido en tiempo récord recuperar cierta normalidad en cuanto a infraestructuras.
La vida de las personas es otra cosa. Esto es un trauma para cada una de las familias que lo ha sufrido, que va a costar, pero tienen que saber que el Estado, las Administraciones, estamos ahí. Especialmente, las más cercanas. La que a mí me corresponde garantizar, a la que nosotros tenemos que dar cumplimiento, que es la Generalitat, va a estar ahí. Va a estar en continuo trabajo para hacer lo más fácil posible esa recuperación en parte de las estructuras. Prácticamente lo tenemos ya en cierto grado normalizado, pero la vida de las personas va a ser otra cosa. Tienen que recuperar sus negocios, tienen que recuperar sus casas y ahí van a tener también a la Generalitat para intentar que eso sea lo más rápido posible y lo más fácil.
P.- Desde el punto de vista medioambiental, imagino que el impacto que ha habido, sobre todo en lugares como la Albufera, ha sido también muy, muy relevante. ¿Cuáles son las perspectivas de futuro o incluso de presente dentro del impacto medioambiental que ha tenido la DANA?
R.- Nosotros, con la Albufera, fuimos especialmente vigilantes. Una vez enfocados los problemas más graves, que son las vidas humanas y la recuperación básica para que la gente pudiera funcionar, pusimos el foco en la Albufera o en el Parque del Turia, que también tenemos asolado.
En la Albufera, la primera obsesión fue cortar cuanto antes los vertidos que iban a llegar de aguas residuales. Gran parte de los daños lo sufrieron las instalaciones de depuración. Son 123 depuradoras que resultaron afectadas por la por la DANA ese día, de las cuales gran parte estaban en todo el trayecto de los cauces del Pollo, del Magro y del Turia, que evitaban o que canalizaban las aguas residuales de gran parte de estos municipios. Cómo se rompieron todas esas canalizaciones, empezaron a verterse aguas residuales a esos cauces que en gran parte llegaban a la Albufera.
El día 3 de diciembre, por fin, cerramos esos vertidos. También, en un tiempo récord. En poco más de un mes, reconstruimos todas las canalizaciones para que nada de esas aguas residuales que salían de esos municipios llegara a la Albufera con un plan que llamamos vertido cero. Con eso cerramos los vertidos. Era la primera premisa para para evitar daños en la Albufera.
También, habíamos estado monitorizando en qué estado estaba el lago. Y tengo que decir que somos optimistas. El lago recibió una cantidad grande de agua, una gran cantidad de residuos, gran parte de ellos orgánicos. Pero, parece que los daños a lo que es la la flora y la fauna, que es un poco el valor del ecosistema de la Albufera, no son irreversibles. Al revés, creo que van a poder tener una recuperación fácil.
Por eso, era básico cortar esos vertidos antes de que dejaran de ser orgánicos o llegaran otros más indeseados a la Albufera. En eso, estamos también contentos de haber conseguido, en tiempo récord, cortar esos vertidos. También, hemos sido muy escrupulosos en el tratamiento de los residuos.
Estas 350.000 toneladas que llevamos hasta la fecha no son fáciles de gestionar de forma medioambientalmente correcta, pero lo hemos hecho haciendo acopios temporales, ubicando canteras, ubicando estos residuos en lugares que no tuvieran ningún tipo de afección para tratarlos con calma, como corresponde. No ha sido fácil, pero lo estamos haciendo.
P.- Hemos hablado durante esta entrevista que la Generalitat ha sido muy ágil, no solamente en materia de arreglar las infraestructuras, sino también en ayudas en otras cuestiones. La Diputación de Valencia, asumiendo competencias que no son suyas, los ayuntamientos desbordados. ¿Qué tendría que hacer el Gobierno de España para apoyar la acción que se está haciendo desde aquí? Sobre todo, teniendo en cuenta que parece que, por lo menos comunicativamente, dan la sensación de que quieren proyectar, que son la única administración que está haciendo algo frente a la parálisis de los demás, que no parece reflejar la realidad.
R.- Pues es algo básico y es la financiación de todo esto. La parte que nos corresponde a mi Conselleria, no hemos todavía sabido cómo vamos a poder financiar, si nos van a ayudar en la financiación de todos estos desastres que estoy hablando: toda la reparación de las infraestructuras de ayuntamientos que estamos asumiendo, todo el tratamiento de los residuos. Todavía no sabemos cómo, si nos va a ayudar alguien a financiarlos, quien puede hacerlo es el Estado, el Gobierno de España, que además tiene también el acceso a las instituciones europeas. Y seguimos esperando.
Tenemos un grupo de acción, un grupo de respuesta inmediata que constituyó el president Mazón al principio, de Infraestructuras y Transportes, con la Diputación y con el Ministerio. Ahí, hemos trabajado muy bien en cuanto a la organización y en cuanto a repartirnos las infraestructuras. Pero la parte de financiación de todos esos trabajos queda pendiente de Hacienda. Y será Hacienda la que tenga que decir cómo se puede hacer y, hasta la fecha, que yo sepa, ni un euro. No tenemos ninguna ayuda en esa financiación. Lo estamos asumiendo desde el punto de vista puramente presupuestario autonómico hasta donde podemos. Y es la parte fundamental, que nos llegue una financiación que estamos reclamando, que está cifrada en una cantidad exacta y que está muy lejos de llegar. De hecho, para los propios gastos de la Comunidad Autónoma, de momento, que yo sepa, no ha llegado nada.