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Mazón se revela como un presidente transversal: ya ha logrado pactos con Vox, Compromís y PSOE

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El presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón.
Ignacio Martínez

El actual presidente de la Generalitat Valenciana el popular Carlos Mazón ha anunciado que va a abrir el diálogo con todas las fuerzas políticas en las Cortes Valencianas para buscar lo antes posible un acuerdo y desbloquear, de ese modo, la renovación de los órganos estatutarios. Y cuando Mazón habla de diálogo y de acuerdos hay que estar atentos, porque su modelo es el de un político transversal, que ha llegado a pactos con todos, desde Vox hasta Compromís, pasando por el PSOE, bajo dos premisas fundamentales: consenso y diálogo.

Este miércoles, se conocía que La Vall Ens Uneix (El Valle Nos Une) la formación de corte comarcal liderada por el ex presidente de la Diputación de Valencia, el ex socialista y alcalde de Onteniente, Jorge Rodríguez, acordaba con el PP entrar en el Gobierno de la Diputación de Valencia. Tendrá una vicepresidencia y cinco áreas. Entre ellas, Memoria Democrática y Cooperación, pero, sobre todo, Relaciones con la Generalitat y Comarcalización. 

El de la Diputación de Valencia de PP y Ens Uneix es un pacto por el que nadie apostaba al inicio del camino, porque la lógica hablaba de un entendimiento entre la formación de Jorge Rodríguez y el PSOE para la institución. Máxime, estando Vox de por medio. Sin embargo, los que finalmente han quedado fuera son los socialistas.

Vox se salió de la ecuación con toda discreción y dejó el camino libre al PP y a Jorge Rodríguez para alcanzar el acuerdo. El pacto, que ya celebraban los socialistas, lo ha cerrado el PP contra todo pronóstico. Un acuerdo imposible más que Mazón, a base de diálogo y consenso, convierte en realidad. Y la lista es larga.

Con Compromís

Antes de que todo ello se produjera y antes incluso de que Mazón presidiera la Generalitat, el barón valenciano del PP había incidido en que los cuatro grupos que obtuvieron representación en las Cortes Valencianas debían estar, a su vez, representados en la Mesa, que es el máximo órgano de decisión de la Cámara.

Los resultados electorales no decían eso. Arrojaban tres asientos para el PP y dos para el PSOE. Pero Mazón quería pluralidad en el Parlamento valenciano. Y, como el movimiento se demuestra andando, ofreció a los socialistas ceder él un asiento a Vox y que los de Ximo Puig hicieran lo propio con Compromís. El PSOE se negó en redondo. 

Mazón no se desanimó. Él sí cedió uno de los tres asientos del PP. En concreto, el más importante: la presidencia. Y lo cedió a Vox. Pero, además, llegada la hora de votar, una parte de los diputados populares apoyaron con su voto a la candidata a la secretaría segunda de la Cámara de Compromís y dejaron fuera a la aspirante socialista a ese mismo sillón. Resultado: los cuatro grupos están representados en la Mesa de las Cortes, como Mazón deseaba y muy a pesar del PSOE.

Con Vox

Antes de que todo ello se produjera, Mazón ofreció también a los socialistas un pacto para la Generalitat Valenciana. A la reunión clave, los representantes del PP, de los que Mazón era uno de ellos, llegaron con un documento que reflejaba los 35 puntos en que los dos programas coincidían.

Los emisarios del Partido Popular se habían leído y conocían al dedillo el programa socialista cuando se sentaron a negociar. Iban a buscar un acuerdo. El PSOE, sin embargo, rechazó ese acuerdo que le hubiera garantizado ser la puerta de otros muchos.

El acuerdo de gobernabilidad de la Generalitat Valenciana se fraguó finalmente con Vox y se consolidó entre Valencia y Madrid, porque Mazón y Abascal habían sido compañeros en Nuevas Generaciones del PP y su relación es excelente, lo que además se refleja en el citado acuerdo: Vox aceptó sacar de la ecuación a su número uno para facilitar el pacto. Vox aceptó también algo a lo que sorprendentemente se da poca importancia: elaborar una ley de señas de identidad valencianas. Es más, esta medida es una de las bases sobre las que se sustenta el acuerdo. 

Así, mientras en otras autonomías ambos partidos han tardado semanas en buscar un acuerdo en lo que los socialistas querían que fuese un escenario paralelo a la campaña electoral, en la Comunidad Valenciana el pacto estaba cerrado con muchísima antelación.

Tanta, que la presión que el socialista Ximo Puig pretendía ejercer alargando su gobierno hasta casi la fecha electoral se diluyó. Y sobre quién recayó, realmente, fue sobre Ximo Puig y su Ejecutivo por aferrarse al poder.

La rapidez del pacto con Vox ha evitado espectáculos no deseados. hasta el punto de que en las Generales el PP ha crecido en 50.000 apoyos en territorio valenciano respecto a las autonómicas y supera en casi 2 puntos porcentuales al PP estatal. En Alicante y Castellón, en torno al doble.

Y también con el PSOE

Pero poco extraña esta habilidad del barón valenciano para quienes han seguido su trayectoria en la Diputación de Alicante, donde Mazón ya ha logrado acuerdos importantes. El primero fue el de gobernabilidad con Ciudadanos (CS), que le aportó los dos diputados que le faltaban para contar con la mayoría. Pero, a lo largo de los cuatro años de mandato también ha habido acuerdos con los socialistas fundamentados en las dos máximas de Mazón: diálogo y consenso.

Así, los socialistas apoyaron la subvención para que el Ayuntamiento de Elche procediera a la expropiación de las parcelas sobre las que se levantará el futuro Palacio de Congresos de esa ciudad, la tercera de la Comunidad Valenciana.

Pero también ha habido unanimidad en otros acuerdos importantes durante la pasada legislatura, marcada por la pandemia, la Dana de la Vega Baja, los incendios forestales y otra serie de circunstancias muy complicadas, que dan aún mayor valor a los acuerdos alcanzados por Mazón. Los socialistas, por ejemplo, también estuvieron de acuerdo en el bono consumo por valor de 20 millones de euros.

Se da la circunstancia de que la Diputación de Alicante congeló durante tres años el sueldo a los políticos a propuesta de Mazón: diputados y asesores. Todos estuvieron de acuerdo y esa congelación de salarios quedó plasmada en los presupuestos. Entendía Mazón que los políticos no podían subirse los sueldos cuando los alicantinos lo estaban pasando mal. 

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