El Gobierno planea llevar agua en barco desde Valencia a Cataluña ante la emergencia de la sequía
El Ministerio de Transición Ecológica se reunirá este lunes con la Generalitat de Cataluña
El Ministerio de Transición Ecológica se plantea llevar agua en barco desde Valencia a Cataluña ante la situación que vive esta última región con la sequía. Y es que, el Govern catalán ha declarado esta semana la fase de emergencia después de que los embalses hayan descendido hasta el 16% de su capacidad, lo que supone unos 100 hectómetros cúbicos.
Ante esta situación, Teresa Ribera se reunirá este lunes, 5 de febrero, con el conseller de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort, para analizar la posibilidad de acelerar la construcción de desaladoras, aunque esta sería una solución a largo plazo. Por ello, desde el Gobierno han ofrecido la posibilidad de enviar agua desde Valencia a Cataluña, en concreto, hacer un envío en barco desde la desaladora de Sagunto hasta el Puerto de Barcelona.
Con este plan, que se tratará la próxima semana, Cataluña pondría el transporte y el Gobierno, el agua, ya que la citada desaladora depende de Transición Ecológica. Así lo ha adelantado El Confidencial, que ha apuntado que se podrían trasladar unos siete hectómetros de agua al día en dos barcos.
La Generalitat Valenciana, gobernada por Carlos Mazón, ya ha sido informada del plan del Gobierno y el presidente autonómico se ha mostrado conforme, ya que se trata de una situación de emergencia y está «a favor de la solidaridad hídrica entre regiones».
Según ha indicado la Generalitat en un comunicado, Mazón está a favor de que «el agua desalada tenga un uso prioritario y casi exclusivo para emergencias de consumo de boca, no para riego porque esto es muy perjudicial para los cultivos y los cítricos».
En esta línea, ha resaltado que Ribera le ha garantizado que «aumentar la capacidad de la desaladora por encima del 15% no tiene ninguna afección para las necesidades de la provincia de Valencia», al tiempo que ha pedido a la responsable del Ministerio una reunión para «abordar las necesidades hídricas de la Comunitat Valenciana en temas como los trasvases o la emergencia de la Albufera».
Emergencia en Cataluña por la sequía
El pasado jueves, 1 de febrero, se activó la emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, que abastece a Barcelona y su área metropolitana, además de Gerona y su entorno, afectando a 239 municipios y a seis millones de habitantes (casi el 80% de la población catalana).
En el escenario de emergencia se limita el consumo de agua a 200 litros por habitante y día. Esto incluye los litros de agua que consume cada persona y los litros que consumen los comercios, industrias y las diferentes instalaciones de que dispone el municipio. Normalmente, la mitad corresponde al consumo doméstico. En estos momentos, se recomienda un consumo diario de 90 litros por persona y día.
Asimismo, se recogen las siguientes restricciones:
- Se prohíbe regar los jardines. Sólo pueden regarse los árboles de los parques públicos para que puedan sobrevivir.
- Los campos de césped para practicar deporte federado sí se podrán regar siempre que se compense el agua que se ha utilizado para regar de otra forma, como cerrando las duchas.
- Está prohibido llenar o rellenar piscinas. Sólo se pueden rellenar las piscinas que están registradas en la Generalitat, siempre que compensen el agua que han utilizado para rellenar la piscina de otra forma, como cerrando las duchas.
- Tampoco se puede lavar el coche con agua del grifo del domicilio. Sí se puede hacer en los establecimientos de lavado de vehículos.
Al respecto, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se ha mostrado convencido de que Cataluña superará la sequía «pese a que la situación es difícil» y ha reivindicado el camino hecho en los últimos años para atrasar la entrada en emergencia por sequía. Pero lo cierto es que el gasto de la Generalitat en la «nación catalana» quintuplica la inversión para luchar contra la sequía.
La inacción de los gobiernos separatistas en los últimos años es evidente. Entre 2016 y 2021 -el periodo álgido del proceso separatista catalán- se destinaron 950 millones a combatir la sequía, frente a los 1.000 millones que, cada año, se gastaron en crear la «nación catalana», según un estudio de la organización constitucionalista Impulso Ciudadano.
Esa factura se destinó a pagar las partidas presupuestarias para las entidades y organismos impulsores del independentismo, como la televisión y la radio públicas, el Instituto Catalán de Empresas Culturales, el Consorcio para la Normalización Lingüística, el Defensor del pueblo catalán o el Programa de Promoción de la Lengua Catalana, entre otros.
Un despilfarro que choca con el presupuesto dedicado a la sequía, uno de los problemas más acuciantes de Cataluña. En mayo del año pasado, y ante la preocupante situación de abastecimiento, la Generalitat aprobó una partida de 2.437 millones, triplicando la inversión de la etapa anterior.