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Revolución histórica en la ciencia: descubren que los viajes en el tiempo son posibles

Viajes en el tiempo
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La idea de viajar en el tiempo, ya sea al pasado o al futuro, ha capturado la imaginación de escritores, cineastas y científicos por igual. Uno de los ejemplos más emblemáticos es la película «Regreso al Futuro», que en su estreno en 1985 popularizó el concepto del viaje temporal. Desde entonces, los viajes en el tiempo han sido un recurso recurrente en historias de ciencia ficción, generando innumerables debates sobre si es posible convertir esta fantasía en realidad.

Aunque parezca increíble, la física moderna, particularmente a través de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein, nos ofrece algunas pistas que sugieren que ciertos tipos de viajes en el tiempo podrían ser posibles, al menos en teoría. Einstein revolucionó la forma en que entendemos el universo al demostrar que el espacio y el tiempo no son absolutos, sino que forman una especie de tejido flexible conocido como espacio-tiempo. Sus teorías, desarrolladas en la primera mitad del siglo XX, han abierto nuevas preguntas sobre los límites del cosmos y nuestra capacidad para atravesarlo en direcciones que desafían nuestra percepción lineal del tiempo. Pero ¿hasta dónde llegan estas posibilidades? Y, sobre todo, ¿qué implicaciones tienen en la práctica?

¿Son posibles los viajes en el tiempo?

Antes de adentrarnos en las posibles aplicaciones prácticas del viaje temporal, es importante comprender cómo Einstein redefinió la percepción del tiempo. En 1905, con su Teoría de la Relatividad Especial, propuso que el tiempo no es universal ni constante. En su lugar, depende del movimiento del observador. Este fenómeno, conocido como dilatación del tiempo, implica que dos personas que se desplazan a velocidades distintas pueden experimentar el paso del tiempo de manera diferente.

En 1915, Einstein amplió su marco teórico con la Relatividad General, introduciendo la influencia de la gravedad en el espacio-tiempo. Según esta teoría, la gravedad no es una fuerza que actúa a distancia, como sugirió Newton, sino una curvatura en el tejido espacio-temporal provocada por objetos masivos como planetas y estrellas. Este fenómeno también afecta al tiempo: cuanto mayor es la gravedad, más lento transcurre el tiempo.

Viajar al futuro

De acuerdo con la Relatividad Especial, es posible viajar al futuro desde un punto de vista teórico, tal y como han confirmado experimentos científicos. Uno de los ejemplos más claros es el comportamiento de los relojes atómicos en aviones de alta velocidad. Al comparar estos relojes con otros que permanecen en tierra, los relojes en movimiento tienden a ir ligeramente más despacio, confirmando la dilatación del tiempo.

El gran desafío, sin embargo, es lograr esas velocidades, ya que las tecnologías actuales no permiten acercarse ni remotamente a la velocidad de la luz. Además, alcanzar estas velocidades requeriría cantidades colosales de energía, un obstáculo técnico difícil de superar. Aun así, la idea de viajar al futuro no es sólo una fantasía: es un fenómeno respaldado por las leyes de la física.

Viajar al pasado

Aunque el viaje al futuro tiene bases científicas claras, retroceder en el tiempo es un desafío mucho más complejo. La Relatividad General permite soluciones matemáticas que sugieren que podría haber formas de viajar en el tiempo al pasado, pero éstas son extremadamente hipotéticas. Una de las propuestas más intrigantes en este ámbito es el concepto de los agujeros de gusano.

Un agujero de gusano, según la teoría, sería como un túnel que conecta dos puntos distantes del espacio-tiempo. Imagina el espacio-tiempo como una hoja de papel que se dobla de manera que dos puntos lejanos se tocan. Si pudiéramos atravesar este puente, podríamos viajar no sólo a un lugar diferente del universo, sino también a un momento diferente.

Sin embargo, estos agujeros de gusano son puramente teóricos, y aunque las ecuaciones de la Relatividad General los permiten, no hay evidencia de que realmente existan. Incluso si existieran, serían inestables y probablemente colapsarían antes de que un objeto macroscópico pudiera atravesarlos.

Además, los viajes al pasado plantean problemas filosóficos y lógicos. Una de las paradojas más famosas es la «paradoja del abuelo». Ésta plantea una situación en la que alguien viaja al pasado y evita el nacimiento de uno de sus antepasados. Si esto ocurriera, ¿cómo podría existir esa persona en primer lugar para viajar al pasado? Este tipo de contradicciones pone en duda la viabilidad de los viajes al pasado y sugiere que, si fueran posibles, deberían existir restricciones para evitar tales paradojas.

Aunque las teorías de Einstein ofrecen un marco teórico para entender los viajes en el tiempo , las limitaciones tecnológicas actuales hacen que estos permanezcan fuera de nuestro alcance. Por otro lado, el viaje en el tiempo también plantea cuestiones éticas. ¿Qué pasaría si pudiéramos cambiar eventos pasados? ¿Qué implicaciones tendría esto para la historia, la política o incluso la vida cotidiana? Tal vez algún día logremos descifrar los secretos del espacio-tiempo y convirtamos en realidad lo que hoy parece un sueño imposible

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