Metales

¿Desde cuándo fundimos el hierro?

La fundición de metales como el hierro ha hecho posible el avance de la humanidad. Pero ¿desde cuándo fundimos el hierro?

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Fundición
Hierro fundido
Francisco María
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El dominio de las técnicas de fundición ha sido muy importante para el desarrollo y la diversificación de numerosas actividades productivas. El hierro fundido ha permitido dar origen, por ejemplo, a estructuras más firmes, mejorando la calidad de las edificaciones. Pero, ¿desde cuándo fundimos el hierro y demás metales? En este artículo, te contamos un poco más sobre la historia del hierro y su uso en diferentes civilizaciones. ¡Sigue leyendo!

¿En qué consiste el proceso de fundición?

Para saber desde cuándo y cómo fundimos el hierro, primero, debemos entender qué es la fundición. Con frecuencia, este término es empleado para denominar dos procesos diferentes, aunque relacionados con la extracción de metales.

En la metalurgia extractiva, el proceso de fundición consiste en calentar y reducir la materia mineral para obtener, así, un metal puro, libre de impurezas y mezclas con otros elementos. Para ello, se utiliza una fuente de carbono como agente reductor (el carbón, por ejemplo), que permite quitar el oxígeno de la mena, dejando el mineral en su forma elemental.

Posteriormente, suele aplicarse un producto químico fundente, como la caliza, para eliminar las impurezas (ganga) y llegar, finalmente, a un metal puro.

También se conoce como fundición al proceso de fabricación de objetos a partir de metales fundidos, con la ayuda de moldes. Muchas veces, esta es la siguiente etapa de la fundición en la metalurgia extractiva, es decir, que después de obtener el metal puro se lo utiliza para elaborar diferentes objetos mediante esta técnica. Fundición

¿Cuándo empezamos a dominar la fundición?

En la Antigüedad, siete metales eran bien conocidos, siendo ellos el oro, la plata, el cobre, el plomo, el estaño, el mercurio y, por supuesto, el hierro. No obstante, sólo el oro se encontraba naturalmente en forma nativa, es decir, estaba presente en la naturaleza ya en su forma metálica, y no en algún tipo de mena, como una roca u otro mineral.

Ello nos indica que estas civilizaciones antiguas ya habían “heredado” algunas técnicas de fundición, que les permitían obtener los demás metales a partir de la mena para después transformarlos en diferentes objetos. En este sentido, si queremos encontrar el origen de la fundición, debemos remeternos a la prehistoria.

Se estima que nuestros ancestros han aprendido a obtener metales a través del proceso de fundición alrededor del VII milenio a.C. Pero el hierro no fue el primer metal a ser descubierto y extraído de las minas, sino el cobre y principalmente el bronce, que permitieron elaborar herramientas más eficaces y duraderas.

Este descubrimiento fue tan importante que marcó la transición de la Edad de la Piedra para la Edad del Bronce y, posteriormente, a la Edad del Hierro.

Entonces, ¿desde cuándo fundimos el hierro?

El hierro nativo (o telúrico) se encuentra, por primera vez, en pequeñas cantidades en algunas rocas terrestres y meteoritos. Aunque no se pueda precisar un momento exacto, se calcula que fundimos el hierro a partir del año 2.500 a.C. No obstante, las técnicas de fundición empezarían a desarrollarse y perfeccionarse principalmente después del 1.200 a.C.

Desde que fundimos el hierro por primera vez, pudimos empezar a contar con un material más resistente y abundante que el cobre y el bronce. Las herramientas y objetos fabricados con este metal marcaron la diferencia en una infinidad de actividades, desde las agrícolas hasta las bélicas, y permitió el surgimiento de las grandes civilizaciones de la Antigüedad.

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