Pactos en Cataluña

ERC y CUP pactan otro envite al Estado y dejar sin asistencia legal a los agentes de los Mossos

ERC está dispuesta a ceder a gran parte de las exigencias de la CUP a cambio de su voto a favor en la investidura de Pere Aragonès

ERC
Oriol Junqueras y Pere Aragonès.
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Barcelona
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

ERC y la CUP siguen avanzando en las negociaciones para facilitar la investidura de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat a cambio de entregar la presidencia del Parlament a los antisistema. Una ecuación en la que tendrá mucho que decir JxCAT, que también se quiere hacer para Laura Borràs con el control de la Cámara, pero que avanza a buen ritmo. Según ha podido saber este periódico de fuentes solventes de las conversaciones, los dos partidos de la izquierda independentista han pactado, por el momento, preparar un nuevo envite contra el Estado y dejar sin protección a los Mossos frente a los más radicales.

Los equipos negociadores de los republicanos y los anticapitalistas se han visto este viernes de forma discreta para buscar puntos de acuerdo al margen de Junts per Catalunya. Aunque los cuperos no entrarán en el Ejecutivo autonómico, ya que la dirección del Parlament será su contrapartida, su voto a favor o la abstención se hará imprescindible tanto en la investidura de Aragonès como en la mayoría de las votaciones que se celebrarán en el legislativo. Y es que con la CUP al frente del Parlament, de nuevo, los 135 diputados asistirán a debates al margen de la legalidad.

Un nuevo envite contra el Estado, precisamente, es uno de los acuerdos al que han llegado los negociadores de ambas formaciones en la última reunión mantenida. Fuentes de ERC señalan que su compromiso con los antisistema, en este sentido, es poner al límite las costuras del Estado como ya hizo el Govern de Carles Puigdemont en 2017. Hasta ahora, sin embargo, los de Aragonès y Oriol Junqueras se han decantado por una posición más pactista y moderada, buscando el entendimiento con el Gobierno. Cabe recordar que ERC se ha convertido en uno de los principales socios de la coalición socialcomunista.

La CUP quiere arrancar un compromiso firme y explícito de ERC para culminar el proceso independentista y la construcción de la república catalana. Por eso, antes de dar su apoyo al candidato de ERC, les hará firmar un documento en el que se comprometen a transgredir tantas leyes sea necesario para cumplir con el mandato del 1 de octubre. Una exigencia que ERC está dispuesta a ceder, que no quiere decir a cumplir, a cambio de lograr por primera vez en democracia la presidencia de la Generalitat.

Cambios en los Mossos

Una de las principales exigencias del partido de Maria Dolors Sabater Carles Riera para apoyar la formación del nuevo Govern es realizar una remodelación profunda en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra. En concreto los antisistema quieren meter mano en los antidisturbios de la policía catalana y disolver, en la medida de lo posible, la Brigada Móvil. Aunque la disolución de esta unidad no está sobre la mesa ni de ERC ni de JxCAT, ambas formaciones, que con toda probabilidad formarán parte del Ejecutivo, sí están dispuestas a tocar el actual modelo de orden público.

ERC y la CUP, en la última reunión negociadora, acordaron distribuir en cuatro ejes la acometida en los Mossos. Los dos partidos consideran necesario desproveer a los agentes de las balas de foam, las conocidas como pelotas de goma, cuyo uso está muy cuestionado en las grandes y violentas manifestaciones. Los radicales denunciaron la semana pasada que el impacto de una de estas bolas, en la primera marcha por la libertad de Pablo Hasél, provocó que una manifestante perdiese un ojo. La división de Asuntos Internos de los Mossos investigan lo sucedido.

Las dos formaciones políticas también están decididas a dejar sin asistencia legal a los Mossos que se vean involucrados en un procedimiento judicial como consecuencia de su actuación en una protesta o en acto de servicio. Exigencia de la CUP, que no está de acuerdo con este servicio, las dos candidaturas prevén dejar de ofrecer al grupo de abogados de la Consejería de Interior que acompaña a los policías que son denunciados por parte de los manifestantes. También coinciden en la necesidad de dejar de ir, en los tribunales, en contra de los radicales que hayan provocado desordenes o daños contra los agentes del cuerpo. Eso quiere decir que la Generalitat no se persone como acusación particular.

El cuarto eje que ERC y CUP están decididos a acometer, en la reforma del modelo policial en Cataluña, es la prohibición de que los agentes de orden público acudan a los desahucios a acompañar la comitiva judicial. Los antisistema consideran inadmisible que la policía, en este caso, se sitúe al lado de los bancos y grandes tenedores de viviendas y exige que los Mossos desacaten las órdenes judiciales. También pide un compromiso real a los partidos que formen el próximo Govern para atajar el problema de la vivienda con soluciones efectivas que permitan solucionar el problema desde la raíz.

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