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La importancia de pedir disculpas a tus hijos

Un punto de referencia y un ejemplo a seguir, esto es lo que somos para nuestros hijos. Y es por eso que debemos asumir la responsabilidad cuando fallamos

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Por qué es importante disculparse ante los hijos
Blanca Espada

Es importante enseñar a los niños a disculparse, pero es más importante dar un buen ejemplo. Un niño aprenderá a disculparse más fácilmente cuando esté rodeado de personas que saben cómo disculparse dado que aprenderá que todos sin importar si somos adultos o pequeños, podemos equivocarnos. Conozcamos más sobre la importancia de pedir disculpas a tus hijos.

La importancia de pedir disculpas a tus hijos

Algunos padres son muy exigentes al pedirles a los niños que se disculpen cuando muestran un comportamiento negativo, pero no están tan dispuestos a disculparse cuando ellos mismos se comportan mal. En una lógica civilizada, es necesario que el niño aprenda a ofrecer sus disculpas y a recibirlas cuando tiene razón.

En el pasado se creía que un padre nunca debería disculparse con sus hijos, especialmente durante la niñez, para no disminuir su autoridad. Se pensaba que al disculparse con el niño, él vería al padre como débil y esto ciertamente comprometería la relación de superioridad jerárquica que el padre tenía sobre el niño. A lo largo de los años esta idea ha sido ampliamente desacreditada y se ha demostrado que al admitir las propias debilidades y errores se demuestra ser mucho más fuerte que comportarse con un comportamiento autoritario. Aunque debemos admitir, lamentablemente, que en general la idea de que un adulto no debe disculparse con un menor todavía se aplica.

Dar ejemplo a los niños

Sin embargo, uno de los modelos educativos más eficaces es sin duda el de dar un buen ejemplo. Si un padre quiere enseñarle al niño a disculparse, la mejor manera es ciertamente mostrándole, en la vida cotidiana, el comportamiento a seguir: es mucho más probable que el niño adquiera ese comportamiento al vivirlo en su propia piel, que a través de la entrega de reglas estériles. Con demasiada frecuencia, los padres no predicamos con el ejemplo; pensamos que tenemos que enseñar a nuestros hijos a comportarse de manera ejemplar a través de la simple explicación de la regla, sin mostrarles concretamente de qué estamos hablando.

Pero los niños aprenden mucho más del aprendizaje empírico, es decir, aprender directamente la forma en que los padres se ubican en la sociedad: al verlos con sus propios ojos, experimentarlos en su propia piel, ¡adquieren el comportamiento y lo hacen suyo!.

No es posible decirle a un niño que robar está mal si luego robamos en un supermercado en su presencia. Así como no es posible decirle que se respeten las señales de circulación y luego saltarse el semáforo en rojo.
Y no es posible decirle que cuando se equivoca debe disculparse, si cuando nos encontramos en condiciones de disculparnos no lo hacemos.

Saber pedir disculpas es una de las enseñanzas fundamentales en la educación de los niños, esto se debe a que estamos hablando de una de las conductas sociales más difíciles. En primer lugar, presupone la admisión de un error, luego la humildad de pedir disculpas por las propias acciones. Y, lamentablemente, en la gran mayoría de los casos, nos encontramos teniendo que disculparnos con personas como familiares, amigos o compañeros con los que hemos tenido muy serios desacuerdos, y que son las últimas personas en el mundo a las que nos gustaría pedir disculpas. Esto requiere una fortaleza inmensa, porque sentimos que nos estamos sometiendo ante aquellos que nos importan.

No saber aceptar las disculpas

También es muy importante subrayar que quienes no pueden disculparse casi siempre se encuentran en la posición de no saber cómo recibir una disculpa. Cuando una persona se disculpa, sería bueno aceptar eso, no enfurecerse con otras acusaciones. A menudo, cuando recibimos una disculpa, aprovechamos para meter el dedo en la llaga, como para decir: tú te sometiste y ahora te hago pagar. En cambio, el comportamiento correcto sería aceptar una disculpa, sonreír y dejarlo todo atrás, al menos cuando sea posible.

Es de vital importancia en el proceso educativo aprender a disculparse y recibir una disculpa. Y por eso es fundamental que los niños tengan padres que sepan pedir y recibir disculpas.

PERO ATENCIÓN: Pedir disculpas a los hijos no convertirse en algo recurrente. Los niños aprenden las rutas de escape temprano y disculparse muy fácilmente puede convertirse en la salida para evitar el castigo y perseverar en el comportamiento negativo.

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