La frase de 4 palabras que recomienda Álvaro Bilbao para calmar a los niños en minutos
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Hay niños que vuelven al colegio sin grandes preocupaciones y otros que necesitan más tiempo para adaptarse. Es algo que se repite cada septiembre, pero también puede alargarse varias semanas más. De hecho, hay pequeños que, aunque el curso ya esté avanzado, siguen sintiendo ese nudo en el estómago al entrar por la puerta del aula. Lo viven muchas familias y siempre pasa lo mismo: llantos en la entrada, excusas de última hora, noches en las que el niño no duerme….pero siempre se puede solucionar con la ayuda de expertos, como Álvaro Bilbao, que ha ofrecido la frase de cuatro palabras para todos aquellos niños que tienen miedo de ir al cole.
Bilbao, psicólogo y autor muy seguido por padres y educadores, compartió en su perfil de Instagram , donde reúne casi dos millones y medio de seguidore, una serie de frases sencillas pensadas para reducir ese miedo que aparece cuando toca separarse cada mañana. Aunque las dio a conocer cuando comenzó el curso, en realidad que muchas familias pueden necesitarlas ahora, cuando el curso ya está en marcha y el miedo, en lugar de desaparecer, se ha instalado en la rutina diaria. Su propuesta se basa en un enfoque simple: frases cortas, directas y que aporten seguridad en un momento en el que los niños viven más el presente que el razonamiento lógico. Y entre ellas, destaca una de sólo cuatro palabras que es sin duda la más efectiva de todas.
La frase de cuatro palabras que recomienda Álvaro Bilbao
La primera frase que Álvaro Bilbao recomienda es también la que más efecto tiene cuando un niño se aferra al brazo del adulto. «Luego vengo a buscarte». Cuatro palabras que, según el psicólogo, funcionan porque los niños pequeños viven pegados al presente inmediato. No proyectan a largo plazo, no manejan todavía la idea del tiempo y, por eso, uno de sus miedos más grandes es que el adulto que les deja en la entrada del colegio pueda olvidarse de volver.
De este modo, si lo decimos calmados, transmitiendo tranquilidad a los niños, ellos podrán dejar de tener miedo. Esta frase que recomienda Álvaro Bilbao, les recuerda la separación es temporal, que forma parte de un ciclo que tiene un final claro: volver a encontrarse. Según el psicólogo, esta frase tiene un efecto inmediato porque alivia la incertidumbre. Es una promesa sencilla, concreta y fácil de comprender incluso para los más pequeños.
Otras frases que son también efectivas
Junto a ese «Luego vengo a buscarte», Álvaro Bilbao propone otras cuatro frases que pueden ser también una buena opción y a las que siempre se puede recurrir cuando veamos que el niño está nervioso o que todavía tiene nervios porque se tiene que ir al colegio:
- «Sé que puedes conseguirlo»: La segunda frase que propone el psicólogo es una declaración de confianza. Cuando un niño se siente inseguro, lo que más necesita no es que le quiten importancia a lo que siente, sino que alguien le diga que cree en él. Esta frase, según Bilbao, fortalece la autoestima y transmite un mensaje muy concreto: tienes herramientas, tienes capacidad y yo confío en ti.
- «David (o quién sea) te va a ayudar»: Otra de las recomendaciones de Álvaro Bilbao consiste en nombrar a la figura de referencia del aula. Puede ser «David te va a ayudar» o «Marta te va a ayudar», sustituyendo el nombre por el del tutor o tutora del niño. El psicólogo explica que este gesto ayuda a identificar a la persona responsable dentro del colegio, reforzando la idea de que no estará solo durante la jornada. Este detalle es más importante de lo que parece. Señalar a un adulto concreto, con nombre propio, despierta familiaridad y reduce la sensación de estar solos en un entorno distinto a casa. Además, muestra que los padres confían en el profesorado, lo que también transmite seguridad.
- «Es difícil separarse»: La cuarta frase que propone Bilbao parte de la empatía. No intenta restar importancia ni cambiar el foco, sino validar lo que el niño está viviendo. Esta frase es una forma de decirles que lo que sienten es normal, que no están equivocándose y que la emoción que aparece no es un problema en sí misma. El psicólogo añade que esta frase debe acompañarse de un abrazo breve y cálido, sin prolongarlo demasiado para no aumentar la dependencia emocional en el momento de la despedida. Tras decirlo, recomienda no añadir nada más. Dejar que el siguiente paso lo dé el propio niño. Según Bilbao, ese gesto refuerza su autonomía y le ayuda a sentirse capaz de continuar.
- «Pásatelo genial»: La quinta y última frase parece sencilla, pero tiene un peso simbólico muy potente. Los niños confían en cómo ven a sus padres, incluso más que en sus propias sensaciones. Si el adulto transmite entusiasmo, aunque por dentro sienta preocupación o pena por la despedida, el niño percibe un mensaje claro: el día puede ser bueno, hay espacio para disfrutar y no tiene por qué vivirse como un momento angustioso.
Con la frase de cuatro palabras y las otras que hemos ofrecido, Álvaro Bilbao insiste en que no se trata de forzar la emoción, sino de ofrecer una perspectiva positiva cuando el niño está vulnerable. Esa energía se contagia y suaviza la separación.
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