Cómo hacer frente a los «berrinches» de los niños y no perder la paciencia
Sin gritos, con estrategias de distracción y siendo sinceros es como vamos a poder hacer frente a los "berrinches" de los niños y no perder la paciencia.
Todos aquellos padres con niños en edad preescolar y también los que están en los primeros años escolares seguro que habrán «sufrido» o experimentado situaciones en los que los niños tienen un berrinche o pierden el control, algo que nos puede llegar a desesperar realmente. Veamos a continuación algunas estrategias que nos van a servir para saber cómo hacer frente a los «berrinches» de los niños y no perder la paciencia.
Cómo hacer frente a los berrinches de los niños y no perder la paciencia
Si tienes hijos entre los 3 y los 6 años puede que en más de una ocasión te hayas encontrado con gritos, lloros y pataletas en plena calle y también como no, dentro de casa. Cuando estamos en el hogar, la situación puede ser más llevadera ya que estamos en un espacio controlado, pero en el caso de que ocurra a la luz de todo el mundo, seguro que no querrás que la gente se quede mirando y mucho menos, que tu hijo o hija se tire al suelo de la calle llorando.
Para ello será buena idea aplicar estas sencillas estrategias que te permitirán conseguir que el berrinche acabe y que tú no pierdas la paciencia.
Atiende el berrinche de tu hijo o hija
En primer lugar, no creas que ignorar las rabietas sea una estrategia eficaz para detenerlas (o al menos, no es beneficioso para tus hijos). La actitud, por tanto, generalmente debe ir en la dirección de reaccionar ante lo que muchas veces no es más que una mera solicitud de atención, evitando la tentación de mostrar indiferencia, real o simulada.
Pero no debes atender el berrinche obedeciendo la petición que te está haciendo tu hijo, por ejemplo que te esté pidiendo que le compres algo y tú le hayas dicho que «no». Es mejor ponerse a su nivel, levantarle del suelo si está tirado, y desviar la atención del niño o niña de lo que ha terminado por convertirse en un pensamiento fijo en ese momento.
Esta será sin duda la opción ganadora para acabar con la escalada de frustración y desesperación y restaurar la paz (solo hasta el próximo capricho, claro) y con ello evitar que te siga pidiendo lo que quería.
Habla claramente con el niño o niña
Es obvio que con un niño o niña mayor, quizás ya en edad escolar, uno puede en cambio razonar y discutir las razones de una prohibición, una renuncia, una regla que debe respetarse. Y esto es lo que, al menos en el papel, se debe hacer de modo que nuestros hijos entiendan que con el diálogo nos vamos a poder entender mucho mejor que con el llanto y los gritos.
No impongas el «no» por sistema
Por otro lado, evita el «no» sistemático o decir cosas como «por qué yo lo digo» porque esto provocará que el niño o niña llore más o te siga pidiendo lo que desea. Como hemos señalado en el punto anterior, es mejor distraerle con otra cosa, y si eso no sirve, debes dialogar y explicarle que si te hace caso podrá salir ganando a la larga. Es decir, si obedece puede que le compres lo que pide o le permitas por ejemplo estar un poco más en el parque.
Aprende a usar el «no»
Pero por otro lado, también es importante decidir dar un no firme y definitivo, si es necesario, dado que si esa es tu última decisión es mejor que tomarse un tiempo o hacer promesas que ya sabes que no vas a cumplir
No grites a los niños
No hace falta decir que los gritos y las amenazas no tienen otro propósito que alimentar un clima de desconfianza y frustración, convirtiendo al padre que grita en una figura de autoridad más que en una autoritaria. Es mejor como hemos dicho, ponerse al nivel del niño, abrazarle y hacerle entender que si no llora sí que le vas a hacer caso.
Y finalmente…
No pierdas la paciencia y sé lo más sincero que puedas con tu hijo o hija por muy pequeño que sea. Debes entender que los niños pequeños no saben gestionar sus emociones por lo que muchas veces responden con berrinches que si los tratas con calma y las pautas señaladas irá siendo cada vez menos. Tienes que respirar o contar hasta diez antes de actuar y de este modo evitarás que tú también acabes gritando y sobre todo da los motivos reales o sinceros a porqué tu respuesta ante su solicitud es un «no», puede que en ocasiones no los entienda, pero sí que sabrá cuando le dices la verdad y cuando le mientes o le estás dando una excusa banal para que no chille.
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