Educación

Cómo enseñar a los niños a ser inclusivos

La inclusión es la clave para poder vivir en un mundo de aceptación y buena convivencia. Algo que los niños pueden aprender desde bien pequeños.

niños inclusivos
Pautas para que nuestros hijos e hijas sean inclusivos
Blanca Espada

Vivimos en un mundo diverso en el que todos y todas debemos tener los mismos derechos y oportunidades. Algo que los niños y niñas deben aprender desde bien pequeños al hablarles de la diversidad, qué significa y también cómo respetar a todo el mundo aunque sea muy distinto a uno o una. Veamos algunos tips y consejos para explicar la inclusión a los niños en casa y educarlos para que sean inclusivos

¿Qué es la inclusión para los niños?

La educación para respetar a los demás comienza cuando los niños comienzan a observar los comportamientos de las personas cercanas a ellos en casa y fuera de casa. Por ello, dependiendo de la edad que tenga nuestro hijo o hija es posible que entienda la inclusión de una manera u otra, así que repasemos de qué modo se puede interpretar según la edad de los niños y niñas.

  • Guardería. Los niños muy pequeños no perciben la diversidad como un problema y tienden a concentrarse en las cosas que tienen en común. Esto no quiere decir que no surja el tema de la inclusión, al contrario: Es más generalmente la presencia del otro en sí mismo (y no específicamente del diferente) lo que los desafía. Es en esta edad cuando pueden aprender mejor que la inclusión implica aceptar a todos sin importar cómo sean.
  • Escuela Infantil. La negociación y la buena convivencia con los compañeros es un objetivo educativo que acompaña a todo la primera etapa escolar, que trabaja en la definición de reglas, espacios y juegos comunes. Los niños primero deben conocer su propio mundo interior y luego que los demás también existen, cada uno con sus propias emociones y formas de comportamiento. Y estas emociones a veces coinciden, a veces son diferentes o incluso opuestas a las suyas.
  • Escuela primaria. En la escuela primaria, se refuerza esta formación preparatoria para la vida adulta y formas más sofisticadas de inclusión (por ejemplo, con respecto a las diferencias de nacionalidad y creencias políticas o religiosas). De este modo, hasta la escuela primaria, los niños dependen de los maestros y educadores en el proceso de crecimiento y aceptar con menos sentido crítico la regla de la inclusión.
  • Escuela secundaria. En el primer ciclo de secundaria, en cambio, aumenta la conciencia de las diferencias entre ellos y los demás. Los niños y niñas empiezan a reconocer cada vez más la diversidad y aquí es donde se dibujan los hilos del trabajo anterior: la inclusión ya no es un mandato a seguir sino algo que debe formar parte de la forma de ser de los chicos y chicas.

Cómo enseñar a los niños a ser inclusivos

La familia es especialmente esencial para el desarrollo emocional del niño, que comienza en los primeros meses de vida. De ahí que desde casa podamos explicar a nuestros hijos e hijas qué es la inclusión, pero también, darles las herramientas necesarias para que sean inclusivos.

  • Entrena su empatía. Habla sobre las emociones para transmitirle a tu hijo o hija que siempre está bien mostrar las emociones y que tú vas a tomar en serio todo lo que dice y siente. La clásica comunicación nocturna es perfecta para intercambiar las emociones y los sentimientos del día. «¿Qué crees que hizo mamá en el trabajo?»; “Hoy me peleé con un compañero” es un ejercicio excelente porque es una forma muy práctica de mostrar la comunicación de sentimientos y salir de su punto de vista autorreferencial, entrenando así su empatía y que se conviertan en niños inclusivos con todo el mundo.
  • No tengas miedo de las emociones negativas. Es en casa, por tanto, donde se aprende a expresar las emociones, sin tener miedo a las emociones negativas como la tristeza, la decepción y la frustración que muchas veces bloquean más a los padres que a los hijos. No las vivas con ansiedad y no las evites. El objetivo es hacer que tu hijo o hija comprenda que todas las emociones que siente están bien, que todas sus partes están bien. Establecer relaciones con los demás de forma abierta y tolerante será así más fácil y con ello, se convertirán en niños inclusivos.
  • No endulces los cuentos de hadas. Integrar en uno mismo incluso las emociones agotadoras es un paso excelente y los cuentos de hadas tienen la función de llevar a los niños de la manera correcta incluso a las partes más difíciles y «duras» de la vida. Utiliza los cuentos de hadas, sobre todo los clásicos, sin ahorrarle a los niños las partes más difíciles: cada uno de nosotros tiene una parte mala que no debemos quitar de la mente e ignorar.
  • No tires los juguetes rotos. Para un niño o niña, un juguete roto no se debe tirar nunca, sino convertirlo en otra cosa y con ello aprenderán a cuidar tanto los juguetes que ya tienen como las que hemos creado de vuelta. De alguna manera entenderán que porque algo sea distinto o se haya roto no hay que desecharlo sin más y que además, si queremos que las cosas duren se deben tratar con mayor atención. Para los más pequeños es la mejor forma de acoger todas las formas de diversidad.
  • Dona juguetes con ellos. También hay que enseñarles a dar algo propio. Que elijan unos juguetes para regalar, por qué los eligen ya quién les gustaría regalárselos. Esta es una forma de integrar la existencia de otras personas en sus pensamientos.
  • Muestra la diversidad en el mundo: Si nos limitamos a que los niños y niñas jueguen solo con su mejor amigo o amiga o con sus hermanos, estamos limitando el contacto con la diversidad que le rodea (aunque muchas veces ni tan siquiera somos conscientes). En el colegio tendrá compañeros y compañeras de todo tipo de los que además será amigo o amiga, así que incentivemos esas amistades y también, dejemos que el niño o niña se relacione con otros niños y niñas que sean distintos a ellos (por ejemplo en el parque).

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