El turismo de basuras hace estragos en Inca
Vecinos de otros pueblos sin contenedores y recogida puerta a puerta se desplazan a Inca para tirar la basura
El Ayuntamiento intensifica la vigilancia contra esta práctica que también sufren otros pueblos de Mallorca
El turismo de basuras está haciendo estragos en Inca (Mallorca) lo que ha obligado al Ayuntamiento y a la Policía Local a intensificar la lucha contra esta práctica. Los turistas de la basura son personas que habitan en pueblos vecinos y que en lugar de llevar la bolsa con residuos al contenedor más próximo optan por transportarla en coche hasta Inca donde encuentran más facilidades. Sucede a menudo que en sus municipios de residencia se ha implantado un modelo de gestión diferente y se ha prescindido de los contendores para hacer la recogida puerta a puerta.
En estos municipios cercanos a Inca, un día se recoge el vidrio, otro los residuos orgánicos, otro los envases, etcétera, y de esta forma logran aumentar el reciclaje. Otros municipios de Mallorca también sufren desde hace años el turismo de basuras. Al turista de la basura lo único que le interesa de Inca es el contendor.
La Policía Local de de Inca ha detectado que más del 30% de las últimas infracciones denunciadas son a personas que no residen en la capital del Raiguer y, sin embargo, tiran sus residuos en los contenedores ubicados en el municipio.
En una nota de prensa, el Ayuntamiento de Inca ha informado que la corporación municipal y la Policía Local han intensificado, durante las últimas semanas, la vigilancia para controlar el vertido de residuos y, más concretamente, el turismo de basuras. Según ha explicado, el objetivo de esta actuación es erradicar las malas prácticas, continuar luchando contra el turismo de basuras y, a la vez, conseguir que se cumplan las ordenanzas.
«Todos los inqueros han hecho un esfuerzo muy grande para adaptarse al nuevo sistema de recogida y contribuir a mejorar las cifras de reciclaje en nuestra ciudad. Por lo tanto, las malas prácticas de unas pocas personas no tienen que ensuciar los buenos resultados que estamos consiguiendo», ha destacado el alcalde de Inca, Virgilio Moreno.
De este modo, durante los últimos diez días se han llevado a cabo controles en zonas especialmente conflictivas de la capital del Raiguer donde hay ubicadas baterías de contenedores, entre otros en la calle Tomir, Benhavet, Mandrava o avenida Jaume I. En total se levantaron 41 actas, denunciando 54 infracciones en las Ordenanzas Municipales y la Ley de Residuos 8/2009.
Así pues, más del 30% de las denuncias interpuestas son por depositar residuos en contenedores ajenos al término municipal propio.
«Durante los últimos años, hemos hecho un esfuerzo para intentar acabar con esta práctica ilegal. Son muchas las personas que vienen a Inca a echar sus residuos y llenan nuestros contenedores, causando un perjuicio a los propios inqueros. No es justo, por lo tanto, que nosotros tengamos que pagar su incivismo», ha señalado por su parte la regidora de Servicios, María de Carmen Oses.
El resto de infracciones son por no separar las fracciones de residuos para poder realizar la recogida selectiva, echar los residuos fuera de los horarios permitidos o depositar residuos voluminosos a la vía pública sin autorización.
Las sanciones por incumplir la ordenanza de residuos ascienden hasta los 300 euros, en el caso de las infracciones leves. En el caso de infracciones graves las multas pueden llegar a los 3.000 euros y a los 10.000 euros si son muy graves.