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La Salle acusa a los 30 alumnos que expulsó por colgar la bandera de España de alterar la convivencia

La Salle
El colegio La Salle de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La dirección del colegio La Salle de Palma acusa a los 30 alumnos que expulsó el pasado viernes por colgar la bandera de España en al aula de alterar la convivencia.

Así se desprende de la circular remitida por el centro a las familias afectadas, en la que les comunica que este lunes, el equipo directivo se reunirá para estudiar el asunto, y «tomar medidas de carácter educativo, que fomenten la convivencia escolar, faciliten la prevención de conductas disruptivas (especialmente las grupales) y proporcionen a los alumnos herramientas y habilidades sociales».

Una vez sentenciados por la jefatura del centro como culpables a los alumnos expulsados por colgar la bandera española en el aula, tal y como les había autorizado su tutor, la dirección del colegio que, en ningún momento comunicó a los padres de la clase de 1ºB la decisión de echarlos del centro, tras la negativa de la profesora de catalán a dar clase si no quitaban la bandera del aula, apela «a la complicidad y colaboración de las familias para que este tipo de situaciones no vuelva a producirse».

En la circular que les fue remitida a los padres de la clase de 1ºB de Bachillerato de La Salle la noche del viernes, en ningún momento, la dirección del centro hace referencia a que los alumnos tenían autorización del tutor y del propio claustro para colocar la bandera en la que de hecho el propio tutor, como han relatado las familias a la Conselleria de Educación del Govern balear, escribió «vamos selección» en un folio y lo pinchó debajo de ella, para dejar claro que la razón de su presencia en el aula era meramente deportiva.

Pero lejos de reconocer nada de esto, el equipo docente indica en su escrito que esta «triste y decepcionado con la reacción que han tenido los alumnos, y trabajaremos para aprender de esta situación y transmitir los valores cristianos que refleja nuestro carácter propio, para convertir a los alumnos en miembros de una sociedad madura, con espíritu crítico y autonomía, capaces de pensar por sí mismos».

Las familias de unos alumnos que lo único que hicieron fue comunicarle a la profesora de catalán que tenían autorización del tutor para tener la bandera española, negándose esta a dar clase por no quitarla, ven como la dirección del centro, lejos de lamentar el comportamiento de la docente, expresa su «solidaridad con la compañera, que ha tenido que sufrir un desagradable episodio que no debería tener cabida en un centro educativo», y que «es una línea roja que no podemos permitir traspasar».

De hecho para la dirección del colegio, la profesora de catalán instando a quitar la bandera de España del aula, «estaba cumpliendo con las normas de convivencia del centro, y seguía las órdenes del equipo directivo», sin hacer mención a que, desde el lunes, la insignia española lucía en el aula con la autorización del tutor y del claustro de profesores.

«El respeto a los profesores, así como el respeto y solidaridad a los compañeros propiciando un ambiente de convivencia positivo, son obligaciones que deben cumplir todos los alumnos. Sencillamente no podemos impartir clase en una etapa educativa no obligatoria a un grupo de alumnos que no quiere acatar las normas de convivencia del centro», concluyen. 

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