TURISMO

¿Qué ver en Mallorca en tres días?: rutas imprescindibles y consejos de viaje

El primer día lo reservamos para conocer la ciudad de Palma, su impresionante centro histórico, sus calles y monumentos

El segundo día es para la montana, la Serra de Tramuntana, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad

Y el tercer día, una visita al norte de Mallorca, las históricas ciudades de Alcúdia y Pollença, sus playas y el Cabo Formentor

Ver Mallorca en tres días
Catedral de Palma.
Miquel Ángel Font

¿Qué ver en Mallorca en tres días? El plan que proponemos no es el más turístico ni el más habitual, es tal vez el más imprescindible para marcharse de la isla con una idea global sobre su paisaje, medio ambiente, patrimonio, historia y cultura. Un plan para conocer la Mallorca actual y la Mallorca anterior a la masificación turística. El mejor punto para iniciar el plan de tres días en Mallorca es la Plaza de España de Palma, punto neurálgico de la ciudad, el equivalente a la Puerta del Sol de Madrid o a la Plaza Cataluña de Barcelona.

El primer día es para conocer la ciudad de Palma y su entorno y lo mejor para empezar es tomarse un desayuno en alguno de los numerosos bares de la Plaza de España y alrededores para después iniciar un paseo fantástico por la ciudad que cuenta con el casco antiguo más amplio del Mediterráneo y uno de los más espectaculares. Desde la Plaza de España tomamos la calle San Miguel, peatonal y de carácter comercial. Se puede visitar la iglesia de San Miguel. En diez minutos llegamos a la porticada Plaza Mayor. Al salir de esta plaza se puede contemplar el edificio modernista Can Forteza-Rey.  Seguimos hacia la plaza de Cort, donde está la bella Casa Consistorial.

Muy cerca está la iglesia gótica de Santa Eulària, de obligada visita. Seguimos hacia la plaza de San Francisco, donde hay que visitar la iglesia del mismo nombre y el claustro. Ahora se propone un breve, tranquilo y silenciosos recorrido por el barrio judío y el centro histórico mientras nos dirigimos hacia la Catedral intentando siempre evitar los puntos con mayores aglomeraciones de visitantes.

Desde la Plaza San Francisco la ruta es la siguiente: calle Ramon Llull, Plaza del Temple, calle Peletería, calle Montesión, calle del Call y calle Santa Clara, donde hay que visitar el monasterio de monjas de clausura. A partir de aquí lo recomendable es perderse por el laberinto de calles del centro histórico, observar sus edificios, las casas señoriales y sus patios y llegar hasta la Catedral. No hay problema en perderse, todos los caminos conducen a uno de los templos góticos más bellos y espectaculares de España y de toda Europa.

A continuación se propone bajar la escalinata de la Catedral para llegar a la muralla y contemplar la Bahía de Palma. Nos dirigimos a S’Hort del Rei y continuamos el paseo hasta llegar a La Lonja, el edificio más representativo del gótico civil.

Ya es la hora de comer y en los alrededores de La Lonja hay múltiples restaurantes, bares y cafeterías. A continuación se puede ir hasta el Borne, conocido como la milla de oro de Palma, la Plaza Juan Carlos I y la porticada y comercial Avenida Jaume III.

Segundo día en Mallorca

El segundo día de estancia en Mallorca resulta todavía más fascinante que el primero. Se proponen dos rutas posibles, una si disponemos de coche y otra para realizar en transporte público. En el primer caso, tomamos la autovía de Inca y desde esta ciudad nos dirigimos hacia el Monasterio de Lluc donde podemos invertir buena parte de la mañana.

La siguiente etapa consiste en tomar desde Lluc la carreteras de Sóller y atravesaremos un buen tramo de la Serra de Tramuntana, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Veremos un paisaje montañoso espectacular y los embalses del Gorg Blau y Cúber. Conviene detenerse en los diversos miradores que encontraremos a lo largo de la carretera.

El precioso pueblo de Valldemossa, donde habitó Chopin.

Llegamos a Sóller a la hora de comer. La visita al pueblo y sus monumentos no tiene desperdicio. Volvemos a coger el coche y tomamos la carretera que conduce a Deià, uno de los pueblos con más encanto de la Serra de Tramuntana. Y desde Deà, seguimos hacia Valldemossa con parada obligatoria en Son Marroig, que cuenta con un impresionante mirador con vistas a Sa Foradada y la costa norte de Mallorca.

Finalmente llegamos a Valldemossa, el pueblo donde habitó Chopin, el pueblo de la única santa mallorquina, Catalina Thomàs, y el pueblo de calles y plazas llenas de encanto, cultura y tradición. No perderse la visita a La Cartuja y sus jardines. Valldemossa es también un buen sitio para cenar.

Si optamos por el transporte público, lo ideal es tomar el tren de Sóller, que sale de la Plaza de España. Viajar en este tren es un auténtico placer.  Se trata de una de las pocas líneas ferroviarias privadas de España. El tren utiliza la maquinaria de principios del siglo xx, lo que hace que esta línea tenga interés turístico por sí misma. Fue construido gracias a la contribución de mucha gente de Sóller.

Después de la visita al pueblo de Sóller podemos coger el tranvía que en pocos minutos nos conduce al Puerto. Según la época del año y el tiempo, desde el Puerto de Sóller hay un servicio de barca turística que recorre un buen tramo de la costa norte de Mallorca hasta llegar a Sa Calobra. El paisaje de todo el recorrido resulta totalmente espectacular.

Tercer día en Mallorca

Para el tercer día la propuesta es dirigirse en coche o autobús a la ciudad de Alcúdia. Situada en el norte de la isla es famosa por sus playas. En la ciudad, que conserva parte de sus murallas medievales, hay que visitar la iglesia de Sant Jaume, de estilo neogótico. Las murallas rodean parte del casco viejo, una zona bien conservada, con calles estrechas y edificios con siglos de antigüedad. Junto al pueblo están las ruinas de la ciudad romana de Pollentia. 

Si es verano, la Playa de Alcúdia es ideal y también la Playa de Muro. Se puede visitar igualmente el Parque Natural de S’Albufera. Desde Alcúdia, también en coche o autobús, podemos dirigirnos al pueblo de Pollença, igualmente repleto de atractivos.

Cabo de Formentor.
Cabo de Formentor.

Desde Alcúdia y Pollença existe la posibilidad de tomar el autobús que conduce a Formentor. El acceso en coche no es posible en los meses de verano. Está prohibido.

Formentor es el extremo más septentrional de la isla y uno de los lugares más espectaculares de Mallorca. Veremos el Faro de Formentor, que se alza a 200 metros de altitud para convertirse en un maravilloso balcón con vistas sobre el entorno natural virgen que lo rodea. Si hay tiempo, llegaremos a la inigualable Playa de Formentor.

 

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