El pueblo mallorquín donde murieron 13 personas en una riada se inunda sin que el Govern haga nada
El pueblo mallorquín de Sant Llorenç, donde hace cuatro años por estas mismas fechas fallecieron 13 personas por los efectos de una riada, se volvió a inundar esta noche pasada, aunque sin los dramáticos sucesos de aquella tarde del 9 de octubre de 2018. Y de nuevo ocurrió por la dejadez del Govern balear y, concretamente, del conseller independentista de Medio Ambiente de Més, Miquel Mir, y del Consell de Mallorca, presidido por la socialista Catalina Cladera, que no han ejecutado obra alguna para evitar esta situación.
El agua volvió a correr en abundancia por las calles y plazas de esta localidad del este mallorquín donde se registraron precipitaciones de 58,2 l/m2 que obligaron al cierre de la carretera que comunica esta población con la localidad de Son Servera, Ma-4030.
Y es que, como denunció en redes sociales el grupo municipal del PP en este municipio, el Govern de la socialista Francina Armengol no ha hecho «ningún tipo de inversión, ninguna actuación concreta y en ningún momento, se han esforzado en encontrar una solución», criticando que desde entonces no se haya ejecutado «ni la reforma de la variante viaria, ni un análisis de los puentes, ni una mínima limpieza de los torrentes».
El agua regresó de forma caudalosa a las calles del municipio dejando en evidencia a un conseller de Medio Ambiente que, apenas 48 horas antes, había asegurado en un comunicado que «había identificado» el torrent de ses Planes en Sant Llorenç y el torrent Gros de Palma como «las dos zonas de Baleares más susceptibles de sufrir inundaciones si se producen episodios de fuertes lluvias, por lo que actuará en estas ubicaciones para reducir los riesgos», afirmó, algo que cualquier ciudadano de Mallorca conoce perfectamente sin necesidad de asesoramiento técnico.
Mir se comprometió a «impulsar medidas de restauración forestal o de laminación para frenar la velocidad del agua en el caso de registrarse precipitaciones intensas», manifestaciones que la realidad se ha encargado de desmentir.
De hecho tras casi cuatro años de total inacción, el conseller independentista llegó a afirmar que el «riesgo cero» no existe, instado a la ciudadanía a adquirir una «cultura del riesgo» ante la posibilidad de episodios meteorológicos extremos cada vez más «virulentos» que puedan generar inundaciones.
En un comunicado el PP de Sant Llorenç lamentó el desconcierto y la alarma generada entre los vecinos del municipio al activarse, esta madrugada, el plan de contingencia ante el peligro real de desbordamientos a raíz de las intensas lluvias y tormentas e insiste en la necesidad de qué se informe a la población de cómo actuar en caso de emergencia.
«Hay gente mayor y familias con niños que han salido de casa muy asustados al escuchar las sirenas, sin saber que hacer. El miedo a que se repita un episodio similar al de la torrentada de 2018, sigue muy presente», apuntó la portavoz del PP en esta población, Manuela Meseguer que criticó el hecho de que la mayoría de aparcamientos estén ubicados en zonas inundables, lo que supone «un riesgo añadido».
Meseguer lamentó que «los torrentes que pasan por el pueblo están en muy malas condiciones y a la gente se le pone un nudo en la garganta cada vez que llueve con fuerza ante el riesgo de desbordamiento» y reprochó a la Conselleria de Medio Ambiente que no los haya limpiado, pese a que su formación lo avisó en agosto.
Por otra parte, Meseguer alertó de que «a punto de cumplirse cuatro años de la tragedia que acabó con la vida de 13 personas, todavía tienen que reformar la variante y ampliar la capacidad hidráulica de los puentes» y reclamó al Consell de Mallorca que ejecute las obras de manera urgente.
«Es una vergüenza que la presidenta Catalina Cladera haya sido incapaz de acometer ninguna de las obras en lo que llevamos de legislatura», concluyó Meseguer.