Noches de terror en el consorcio balear para disminuidos psíquicos: cuatro cuidadoras para 45 usuarios
El 30% de las sociosanitarias de la residencia del Govern de Son Tugores padecen agresiones con frecuencia
No cuenta con vigilancia de seguridad, ni por la noche, con médico o enfermera para atender las emergencias
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Noches de terror en el consorcio público del Govern balear para la protección de disminuidos psíquicos, donde cuatro cuidadoras sociosanitarias están al cuidado de 45 pacientes, lo que ha derivado en numerosos incidentes, conflictos, agresiones que, a diario, deben de soportar estas profesionales sociosanitarias, que ya acumulan más de 30 denuncias por toda clase de irregularidades laborales contra este ente público, presidido por la consellera independentista de Asuntos Sociales, Fina Santiago (Més per Mallorca).
Un panorama desolador, si tenemos en cuenta el estado de muchos pacientes, y el contenido de algunos informes y encuestas sobre el personal del denominado Consorcio para la Protección y Acogida de las Personas Disminuidas Psíquicas Profundas de las Illes Balears (APROP) que indican, entre otras cuestiones, que cerca de un 30% de las trabajadoras de las residencia de Son Tugores, adscrita a este organismo público, sufren algún tipo de agresión física con cierta frecuencia, y el 10%, casi todos los días.
Según esta estadística, casi todos los días, un 12% recibe escupitajos; el 14% pellizcos, 10% mordiscos, el 11,75% patadas y el 13,69% tirones de pelo cuando no insultos y amenazas. En Son Llebre (el segundo de los centros de APROP) al tener los usuarios más problemas de movilidad estas agresiones son menos cotidianas, pero también los pacientes requieren de mayor atención por parte de las cuatro trabajadoras del turno de noche y el ratio es el mismo: cuatro para 45.
Una precariedad en la atención, desconocida en cualquier otro ámbito del sector sociosanitario, que se ve aumentada aún más si tenemos en cuenta que ninguno de los dos centros cuenta con vigilancia de seguridad alguna, ni dentro, ni fuera de las dependencias, y sin que en horario nocturno esté presente ningún médico ni enfermera, para hacer frente a cualquier eventualidad sanitaria que se presente. En caso de emergencia, el trabajador tiene que llamar como cualquier otro ciudadano al teléfono de emergencias del 061.
Toda esta situación es conocida por la dirección del centro que no mueve un dedo para corregirla, pero también por la consellera de Més per Mallorca, a la que así se lo transmitieron los integrantes del comité de empresa sin resultado alguno, ante un panorama que califican de «insostenible».
Hay módulos de usuarios en la residencia de Son Tugores, donde están los internos con mayor capacidad de movilidad, donde hay una sola cuidadora para 16 usuarios. Precisamente en una de las denuncias interpuestas por el comité en Inspección de Trabajo se indica claramente que en la residencia de Son Llebre «han aumentado los usuarios con conductas agresivas sin aumentar el número de trabajadores», a los que se les obliga, además, a «montar y revisar la medicación de los usuarios, no siendo competencia de los mismos, sino del personal farmacéutico».