La mujer agredida en Costitx (Mallorca) recibió más de 30 puñaladas en el cuello por parte de su ex pareja
La víctima sufrió numerosos cortes en los antebrazos y en las manos al intentar protegerse

Brutal ataque con un objetivo claro: acabar con la vida de su ex pareja. Esas eran las intenciones del colombiano, acusado de intentar asesinar a su ex novia en Costitx, Mallorca. La víctima recibió más de treinta puñaladas a la salida de una fiesta.
La mujer, de 35 años y profesora del colegio San Francisco de Asís de Palma, permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de Son Espases en estado grave pero estable, después de haber sido brutalmente atacada durante la noche del domingo.
Según fuentes conocedoras del caso, la víctima recibió más de treinta puñaladas en el cuello y en distintas partes del cuerpo. Sufrió numerosos cortes en los antebrazos y en las manos al intentar protegerse del ataque y tratar de agarrar el cuchillo por el filo, un acto que, según los médicos, fue determinante para que pudiera salvar la vida.
El presunto agresor, Héctor Andrés D., colombiano de 31 años, conocido en su entorno como Andresito, permanece ingresado en el hospital de Son Espases bajo custodia de la Guardia Civil. El violento agresor, que ya había estado en prisión en 2014 por intentar matar a otra mujer en la Península, atacó a su ex novia en la madrugada del domingo.
Tras cometer la agresión, se autolesionó e intentó suicidarse saltando desde un muro, lo que llevó a varios testigos a pensar que había fallecido. Por otra parte, la víctima, una mujer de 35 años apuñalada por su ex novio durante una fiesta de cumpleaños en Costitx, continúa recuperándose en el hospital Son Espases, donde se encuentra fuera de peligro tras haber sido operada de urgencia.
Fuentes próximas al caso confirman que la rápida intervención médica fue decisiva para salvarle la vida después de la brutal agresión sufrida en plena madrugada. El ataque tuvo lugar alrededor de las 5.10 horas del domingo en una finca donde se celebraba una fiesta con numerosos invitados, la mayoría llegados de fuera del municipio.
Durante la celebración, la víctima avisó a algunos de los presentes de que iba a salir un momento hacia su coche, sin sospechar que en el exterior su ex novio —que tenía una orden de alejamiento en vigor— llevaba tiempo agazapado detrás de un muro, vigilando cada movimiento y esperando el instante para abalanzarse sobre ella.
Según el testimonio de varios asistentes, el agresor se aproximó al vehículo sin hacer ruido y, en cuanto la mujer se sentó dentro, rompió la ventanilla de un golpe. Acto seguido, introdujo el brazo armado con un cuchillo y comenzó a asestar cuchilladas directas al cuello, una zona especialmente vulnerable.
La víctima, atrapada entre el asiento y el volante, intentó cubrirse como pudo mientras recibía las primeras estocadas. Entre el forcejeo y el terror, logró abrir la puerta y salir del coche tambaleándose mientras pedía auxilio, dejando tras de sí un reguero de sangre que alertó a quienes seguían dentro de la fiesta.
Los invitados, alarmados por los gritos, corrieron hacia el exterior y se toparon con una escena estremecedora: la mujer desplomándose mientras el agresor continuaba atacándola con movimientos rápidos y descontrolados.
Varios amigos se interpusieron entre ambos, lo que obligó al atacante a retroceder. Fue entonces cuando, en un aparente intento de confusión o huida, comenzó a autolesionarse con el mismo cuchillo antes de saltar el muro desde el que había iniciado el ataque.
La Guardia Civil llegó minutos después y encontró a la víctima en el suelo, sangrando profusamente, atendida por dos personas que intentaban taponarle las heridas con una prenda de ropa improvisada. Los sanitarios del Ib-Salut la estabilizaron en una UVI móvil y la trasladaron de urgencia a Son Espases, donde los cirujanos consiguieron detener la hemorragia y evitar un desenlace fatal.
Mientras tanto, los agentes peinaron la zona rural que rodea la finca y localizaron al presunto agresor escondido entre los matorrales, ensangrentado tanto por las autolesiones como por la violencia del ataque. Tras confirmar su identidad y la existencia de la orden de alejamiento, fue detenido y trasladado al hospital comarcal de Inca bajo custodia policial. Horas más tarde, al empeorar su estado de salud, fue enviado a Son Espases.
La investigación sigue abierta y los agentes están reconstruyendo minuto a minuto lo ocurrido, así como el tiempo que el agresor pudo haber estado oculto esperando a su expareja. Aunque el episodio causó un fuerte impacto entre los testigos, la noticia de que la mujer evoluciona fuera de peligro ha aportado cierto alivio tras una madrugada marcada por el horror.