Los empresarios de Playa de Palma presentan un proyecto para revitalizar el paseo de primera línea
Proponen sustituir el muro perimetral de la playa por un vallado de madera
También reconvertir algunos balnerarios en centros de información o atención


Los empresarios de Playa de Palma agrupados en Palma Beach han presentado un proyecto para revitalizar el paseo de primera línea de la que es la mayor zona turística de Baleares con más de 34.000 plazas hoteleras para la transformación sostenible del frente litoral.
La entidad que trabaja con el Ayuntamiento de Palma para impulsar el proyecto a través de los fondos del Impuesto del Turismo Sostenible (ITS) ha presentado una propuesta de actuación urbana integral para este espacio que persigue la mejora estética, funcional y medioambiental del tramo costero.
Palma Beach considera que ahora «es el momento oportuno para avanzar en este proyecto, aprovechando que ya se están desarrollando las obras del colector de aguas pluviales de Playa de Palma, que se alargarán hasta abril de 2026». Esta coincidencia, aseguran, «permitiría optimizar recursos, evitar duplicidades en futuras intervenciones y minimizar las molestias para vecinos y visitantes».
«Tenemos una propuesta consensuada, realista y necesaria. Creemos que puede ser una gran oportunidad», afirma Mika Ferrer, CEO de Palma Beach, quién remarca que «el objetivo es común: preservar y mejorar un espacio tan importante para la ciudad como es la primera línea de Playa de Palma, siendo el instrumento de consenso y visión del Consistorio municipal para abordar las necesidades y oportunidades para esta zona».
Vallado en vez de muro
Uno de las principales soluciones que aborda el proyecto es la pérdida progresiva de arena del litoral, un fenómeno que afecta directamente a la imagen y funcionalidad de la playa. La intervención propuesta por Palma Beach plantea una redistribución del perfil de arena hacia el interior del paseo, con el fin de recuperar metros de playa y consolidar un nuevo límite más estable, eficiente y respetuoso con el entorno.
El proyecto incluye la sustitución de los parterres actuales, gestionados por Mar de Mallorca, deteriorados, con elevado consumo de agua y escaso mantenimiento, por franjas de arena natural. «Esta decisión permitiría una importante reducción del gasto en riego, maquinaria y personal, además de mejorar la coherencia visual del entorno. Como complemento, se propone incorporar palmeras en esa nueva franja de arena, reforzando el carácter mediterráneo del paisaje», apunta Ferrer.
Además, en lugar del actual muro, el proyecto contempla la instalación de un elemento de contención de arena más adecuado para la zona, «que permita mantener la funcionalidad y al mismo tiempo mejorar la integración paisajística, la accesibilidad y el uso ciudadano del espacio, además de reducir así el vandalismo, el botellón y la acumulación de residuos».
Una nueva función para los balnearios
Palma Beach destaca también la necesidad de revalorizar los balnearios de primera línea, actualmente gestionados por la empresa Mar de Mallorca. Para la entidad, estos equipamientos se encuentran en estado de abandono, «con una imagen obsoleta y sin un uso definido».
La propuesta presentada plantea reconvertir algunos de estos espacios en servicios útiles para residentes y visitantes, como centros para mayores, espacios de promoción cultural, instalaciones sanitarias, puntos de información o zonas de alquiler de material deportivo.
«Los balnearios tienen un gran potencial si se reinterpretan con visión de futuro. En lugar de estructuras sin vida, podríamos tener centros que aporten valor, actividad y utilidad real a la playa», ha explicado Ferrer, que apunta que «lo que no tiene sentido es mantener un modelo de hace 50 años cuando Playa de Palma ya cuenta con una amplia oferta complementaria».
Desde Palma Beach subrayan que esta propuesta no es solo una iniciativa empresarial, sino una apuesta de ciudad, consensuada con patronales turísticas, comerciantes y asociaciones vecinales. «Nuestro deseo es que este proyecto forme parte de una estrategia compartida de colaboración público – privada, a través de fondos que existen, precisamente, para compensar el impacto del turismo y revertirlo en mejoras tangibles para la comunidad y el medio ambiente, y esta es una de ellas», concluye Ferrer.