La caótica sanidad de Armengol: los baleares esperan 73 días para una consulta médica y 120 para una operación
Ahora hay 71.950 pacientes en lista de espera para una consulta hospitalaria y 14.000 para entrar en el quirófano
Las listas de espera se disparan a pesar del plan de 26 millones aprobado por el Govern para reducirlas un 20% cada año
El Govern de Armengol se olvida del colapso hospitalario y se pelea por imponer el catalán a los médicos
La gestión de la sanidad en Baleares que realiza el Govern de izquierdas que preside la socialista Francina Armengol ha resultado un auténtico fracaso. Las listas de espera no dejan de aumentar a pesar del plan de choque que puso en marcha la Conselleria de Salud para reducir cada año un 20% las demoras. Los baleares esperan 73 días para una consulta médica y 120 para una operación.
El plan de choque, dotado con 26 millones de euros, no ha funcionado en ningún aspecto. La realidad es que ahora hay 71.950 pacientes en lista de espera para una consulta hospitalaria y 14.000 para una intervención quirúrgica. Son un 15% más que en 2019.
A modo de ejemplo, en el Hospital Son Espases, el de referencia en Baleares, la lista de espera para una consulta ha pasado de 12.000 a 18.000 pacientes durante esta legislatura. Peor son todavía las cifras del Hospital Can Mises de Ibiza donde la lista de espera se ha más que duplicado: de 5.800 pacientes ha pasado a 13.600 a fecha de este miércoles. Igualmente se ha duplicado en el Hospital de Menorca: ahora son 7.400 personas las que esperan una consulta hospitalaria frente a las 3.400 de 2019.
En cuanto al tiempo de espera las cifras son todavía más elocuentes. Como ha se ha indicado, el tiempo medio de espera para una consulta hospitalaria es de 73 días y para una intervención quirúrgica de 120 días. Estos datos se pueden comparar con la Comunidad de Madrid donde la espera para consulta es de 53 días y para entrar en el quirófano, de 75 días. Sólo en el último año, la lista de espera para una intervención quirúrgica en Baleares ha aumentado en 1.000 personas, pasando de 13.000 a 14.0000.
Todo estos sucede a pesar del espectacular aumento del presupuesto que ha experimentado la Conselleria de Salud que dirige la socialista Patricia Gómez, que ahora cuenta con 900 millones más que en 2019.
Un problema añadido que incide en el aumento de las listas de espera es que el Decreto de Garantía de Demora que aprobó el Govern está en suspenso desde que estalló la pandemia de la Covid-19. Este decreto establece que la demora máxima para una consulta médica es de dos meses y que en caso de superar este plazo, el paciente debe ser desviado a la sanidad privada a costa del Govern. En caso de una intervención quirúrgica, la demora máxima está fijada de 180 días.
La Conselleria de Salud prometió levantar la suspensión de este decreto enseguida que acabara la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha decretado el fin de la pandemia pero el Govern dice ahora que hay que esperar a que el Ministerio de Sanidad se pronuncie. Con esta excusa el decreto de demora sigue en suspenso mientras día a día aumentan las listas de espera sanitarias en Baleares.
Ante esta situación, el PP ya ha anunciado que una de las primeras medidas en este campo que adoptará si gobierna después de las elecciones del 28M será hacer una auditoría a la Conselleria de Salud para saber cómo ha gastado los 900 millones de más que ahora tiene en su presupuesto y analizar dónde está el cuello de botella que impide reducir las listas de espera a pesar de que hay 5.000 sanitarios más que en 2019.
Han aumentado las demoras en consultas hospitalarias, intervenciones quirúrgicas y Atención Primaria. Hay que recordar que la asociación Defensor del Paciente pidió la intervención de Fiscalía ante la «situación límite» que viven las Urgencias y las unidades de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Son Espases (Palma). En un comunicado, la asociación afirmaba que la situación «es grave» y que son los propios sanitarios «los que denuncian una dejación de funciones y la falta de respeto a los enfermos y profesionales, sin que se mueva un dedo para su solución».
En este sentido, instaba al fiscal superior de Baleares, Bartomeu Barceló, a intervenir para «salvar vidas». «Es indispensable su implicación para la seguridad de los pacientes y la tranquilidad y sosiego de los profesionales», concluía.