Los vigilantes profesionales denuncian al PSOE por la paliza grabada en su caseta de la Feria de Abril
Los controladores de acceso contratados por los socialistas andaluces golpearon a dos jóvenes hasta cuando estaban ya en el suelo
La grabación en vídeo ha supuesto una investigación de oficio y la denuncia de vigilantes profesionales
Las celebraciones de la Feria de Abril han vivido un episodio tan vergonzoso como inesperado y el escenario no ha sido otro que la caseta del PSOE. La escena se produjo en algún momento de la noche del 3 de mayo, tras una jornada de feria pasada por agua que dejó embarrados los accesos y caminos de El Real. En un momento dado, cientos de personas se arremolinaron alrededor de la caseta del PSOE, a cuyas puertas se estaba produciendo una auténtica paliza. Varios controladores de acceso no sólo impidieron el paso de dos jóvenes a la citada caseta, sino que los golpearon repetidamente ante la mirada atónita de los presentes. El vídeo que acompaña esta noticia ha provocado que la Policía de Sevilla investigue de oficio los hechos y que la asociación profesional de vigilantes, Alternativa Sindical, haya denunciado al PSOE “por favorecer el intrusismo profesional”.
Dos personas, una de ellas con una guitarra a la espalda, trataron de entrar a la caseta que el PSOE tiene en la Feria de Sevilla. Quién sabe si por su aparente estado de embriaguez, les delata que apenas pueden tenerse en pie en determinadas secuencias del vídeo que acompaña esta información, o simplemente por el hecho de no estar invitados a entrar, el caso es que media docena de hombres los acaban sacando de la caseta literalmente arrastrándolos por el suelo embarrado.
Los dos expulsados pretenden entrar de nuevo, y no precisamente de buenas maneras, ya que mientras uno de ellos recibe una lluvia de golpes por parte de los controladores de acceso a la caseta del PSOE, el otro toma carrerilla para lanzar una patada voladora contra ellos, lo que provoca que la mitad de ellos se despachen a gusto con este también. Tanto les dan que los propios asistentes a la feria recriminan la dureza del castigo de los controladores contratados por el PSOE
Controladores apartados
Esta escena ha propiciado reacciones de todo tipo. La primera, la de los titulares de la caseta y responsables de todo lo que en ella suceda. El PSOE de Sevilla, como titular de la caseta que tienen en la Feria de Abril, ha apartado a los vigilantes y en un comunicado ha condenado “enérgicamente” los hechos. Del comportamiento de los pseudovigilantes, los socialistas dicen que “Entendemos que las personas que se encontraban trabajando en el control de acceso se extralimitaron en sus funciones y reaccionaron de una manera totalmente desproporcionada ante los acontecimientos producidos”.
Sin embargo, la reacción del PSOE, además de tardía, no parece que vaya a poner fin a las consecuencias de haber contratado a semejantes matones como vigilantes de su caseta, y decimos lo de ‘vigilantes’ pidiendo disculpas a un sector profesional que ha decidido denunciar policialmente al partido por “favorecer el intrusismo profesional” permitiendo la actividad de este tipo de personas. La asociación profesional de vigilantes de seguridad Alternativa Sindical, ha presentado su denuncia contra el PSOE y contra la empresa de servicios auxiliares que haya contratado ante la Unidad Central de Seguridad Privada del Cuerpo Nacional de Policía.
Precisamente, esta unidad tiene entre sus funciones la detección de intrusismo y lo hacen a través de la investigación y detección de empresas que prestan servicios de seguridad careciendo de autorización y de la investigación y detección de personal que presta servicios de seguridad careciendo de habilitación.
Por si esto no fuera suficiente, la Policía sevillana ha decidido abrir una investigación de oficio a través de sus agentes en la comisaría de Triana, a cuya demarcación pertenecerían estos hechos y a la que no ha llegado ninguna denuncia sobre estos hechos. Los investigadores de la Policía pretender llegar al fondo del asunto averiguando los motivos de la paliza recibida por los dos desconocidos, de los que espera conocer su identidad y ofrecerles denunciar los hechos durante los que fueron grabados.