¿Qué está pasando en los jacuzzis de Málaga? Tres muertos en extrañas circunstancias en sólo 20 días

Tres muertes sin señales de violencia en menos de un mes. Todas en jacuzzis. Todas en la provincia de Málaga. Tres hombres fallecidos sin evidencias criminales ni un nexo que los una. El último, el pasado fin de semana, en Alhaurín el Grande. Los otros dos, en Benalmádena y Torremolinos. Todo en un radio de apenas 25 kilómetros. ¿Qué está pasando? ¿Hay algún motivo?

Según informa Sur, que ha hecho acopio de estas fatídicas coincidencias, la última de las muertes se produjo este pasado fin de semana, en la localidad malagueña de Alhaurín el Grande. La víctima era un español de 49 años. Su cadáver fue encontrado en un jacuzzi, dentro del baño de una vivienda. Los agentes de la Guardia Civil que se personaron en el domicilio observaron indicios de muerte natural.

También la semana pasada, el lunes 26 de mayo, otro hombre falleció en las mismas circunstancias. El cadáver apareció en el jacuzzi de una vivienda de Benalmádena. La víctima tenía 57 años. El cuerpo lo encontró su mujer al regresar de un viaje. De nuevo, la Policía Nacional estudió la escena y no vio signos de criminalidad. A juzgar por el estado del cadáver, el hombre pudo haberse ahogado 24 horas antes del hallazgo, según el citado medio.

El suceso que abrió esta triada tuvo lugar en un hotel de Torremolinos el pasado 13 de mayo. De nuevo un escenario común: un huésped apareció muerto en el jacuzzi de su habitación. El hombre, español de 42 años, había estado consumiendo alcohol y su cuerpo permanecía sumergido en el agua. La Policía abrió una investigación y tampoco encontró pruebas que apuntaran a la participación de terceras personas. Todo un misterio.

Ya la semana pasada, durante la noche del jueves, un matrimonio fue hallado muerto en una vivienda de Sevilla del barrio de Rochelambert. El hombre tenía 69 años. Ella, 62. Ninguno de los cuerpos presentaba signos de violencia. La autopsia reveló después que ambos murieron por causas naturales, con sólo 15 horas de diferencia. Primero falleció el marido y luego la mujer, los dos en la misma cama.