Entrevista

Mariló Torres, astronauta análoga: «Marte se colonizará con 30 personas y en 2026 volveremos a la Luna»

La cordobesa viene de simular una estancia extraterráquea en las instalaciones de la NASA en Hawái

"Ahora mismo España está entre las tres primeras potencias a nivel de tecnología aeroespacial en Europa"

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David García de Lomana

El 7 de diciembre de 1972 despegó de la Tierra la misión Apolo 17 con el último trío de astronautas que alcanzó la superficie de la Luna, un hito que volverá a repetirse, más de medio siglo después, en 2026. La llegada a Marte es sólo cuestión de tiempo y dinero, pero millonarios como Elon Musk y Jeff Bezos parecen lanzados a acortar los plazos.

Entretanto, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, el telescopio Webb nos sigue regalando imágenes abrumadoras del universo, dos leoneses han sido seleccionados como astronautas de la Agencia Espacial Europea, España ha lanzado al cielo con éxito el primer cohete europeo privado, en Cantabria tenemos una cueva que recrea la vida en Marte y la Agencia Espacial Española ha echado a rodar en Sevilla.

Nuestro país va ganando peso en el mundo aeroespacial y otro ejemplo más es Mariló Torres, que en la primera parte de esta entrevista nos relata su experiencia en las instalaciones de la NASA en Hawái, donde ha participado como vicecomandante en una misión análoga simulando condiciones de vida extraterráquea. Ahora nos habla de volver a la Luna, de colonizar Marte, de Sara, de Pablo y de proyectos como SpaceX o Blue Origin, el último impuso hacia nuevos horizontes.

PREGUNTA.- ¿Cuándo volveremos a pisar la Luna? ¿Veremos al ser humano llegar a Marte?

RESPUESTA.- El programa Artemis ya está muy clarificado. Hablando de plazos y fechas, el horizonte es muy cortoplacista: año 2026. Y eso es ya, es aquí y ahora cuando un ser humano, en este caso una mujer, volverá a pisar el regolito de la superficie lunar, seguida de un hombre de color. Es una operación de marketing interesante de la NASA. En el caso de los viajes a Marte hay una mayor incertidumbre, porque hablaríamos de unas cantidades astronómicas de dinero, de decisiones importantes que afectan a todo el planeta, de una legislación muy clara que tiene que establecerse y, sobre todo, de la pregunta clave: si sería un billete de ida o de ida y vuelta; es decir, si la tecnología permitiría regresar o tendría que establecerse una colonia de pioneros y futuros marcianos que serían sus descendientes, siempre en base a unas 30 personas mínimo, para poder iniciar esa copia de seguridad de la humanidad en el espacio. Los plazos son más cortos de lo que la gente piensa, por eso tiene tanta importancia el trabajo que hacemos humildemente en las misiones análogas. Todo vale para aportar y seguir creciendo, para imprimir velocidad a la exploración espacial en esta carrera, en este caso no desde dos potencias mundiales, sino desde toda la humanidad. Hay distintas agencias de distintos países, pero al final todos están remando a favor de obra, todos están pensando en lo que necesitamos como especie, y yo creo que ahí está la clave del éxito.

Mariló Torres, en su misión en las instalaciones de la NASA en Hawái.

En cuanto a España, la Agencia Espacial Española aún está empezando a rodar, todavía no se ha establecido ni siquiera físicamente en su sede en Sevilla, pero ya hay contactos muy buenos con todo el clúster de Andalucía Aerospace. El polo potente de aviación está aquí en nuestra tierra, en Andalucía, y esto es lo que la Agencia Espacial Española debe poner en valor. La agencia ya está apoyando proyectos científicos y ayudando en muchos sentidos. Y no tengamos complejo, porque somos el único país europeo que ha sido capaz de lanzar un cohete con éxito. Ahora mismo estamos entre las tres primeras potencias a nivel de tecnología aeroespacial en Europa. Esto hay que apoyarlo, tenemos que seguir creciendo, tenemos mucho que decir, y por eso estoy muy concienciada con la divulgación a la hora de convencer al ciudadano de a pie de que este sector tiene que implementarse y potenciarse, porque nos jugamos nuestro futuro aquí.

P.- Y ya tenemos a dos astronautas en la Agencia Espacial Europea, Pablo Álvarez Fernández y Sara García Alonso…

R.- Después de Michael López-Alegría en la NASA o de Pedro Duque en la Agencia Espacial Europea habían pasado unos años extraños donde no se veía de nuevo una figura, un astronauta español posicionado, pero eso ya pasó a la historia. Tenemos a Pablo y a Sara, que tienen un brillante futuro dentro de la Agencia Europea. Pablo ya tiene misión, está entrenando con sus compañeros. Él ha tenido más suerte. Ella está como reservista. De momento, Pablo va a poder hacer algo, sobre todo porque la Estación Espacial Internacional tiene una fecha de caducidad, entre comillas, que es 2030. Hasta entonces podremos seguir usando ese maravilloso laboratorio, el mejor lugar del mundo para llevar a cabo experimentos en condiciones de microgravedad. Ese laboratorio está llamado a desaparecer, por lo que hay que aprovechar ahora y subir allí a todos los científicos, ingenieros y pilotos que podamos. Ése será el caso de Pablo, afortunadamente, pero también soy optimista respecto a Sara. Ella tendrá su oportunidad. Además, es una gran divulgadora de ciencia y del espacio y una gran referente de cara a esas niñas, que también son un objetivo, para despertar en ellas vocaciones científicas y aeroespaciales y que en un futuro puedan llegar lejos. El problema es que hasta ahora no tenían referentes, pero ya tienen aquí a esta chica de pelo rojo, maravillosa y enérgica, para poder mirarla como un espejo y seguir su ejemplo. Me siento muy orgullosa de ellos.

P.- ¿Qué opina del proyecto Space X de Elon Musk?

R.- Me encanta esta pregunta porque tiene implicaciones con lo nuestro, con el tema análogo. Aquí hay tres grandes figuras de la parte privada del mundo aeroespacial: SpaceX, de Elon Musk, tenemos a Jeff Bezos con Blue Origin, y también, un poquito más descolgado, a Richard Branson con Virgin Galactic. Ellos van más allá de esa imagen común que tiene la gente de ricos caprichosos que les ha dado por el espacio. No, estos tíos son unos grandes benefactores, vamos a tenerlo claro. Las agencias espaciales nacionales tienen un presupuesto limitado. Esta gente aporta dinero, tienen claramente sus objetivos comerciales y de negocio, no vamos a negarlo, pero ahora mismo su implicación en este entorno es vital. Sin la ayuda de SpaceX, la NASA estaría vendida respecto a muchos temas operativos y logísticos.

Un equipo de apoyo abre la escotilla de la nave espacial Dragon Endurance de SpaceX (NASA/DPA).

Jeff Bezos está abriendo las puertas a vuelos comerciales, pero también a la posibilidad de que muchos astronautas análogos, que por edad y perspectiva están tratando de ser reclutados por la NASA o la Agencia Espacial Europea, también tengan la vista fijada en ellos. Sé el caso de un astronauta análogo español que está en conversaciones con Richard Branson para poder subir al espacio como astronauta por lo privado. Es decir, aquí ya no podemos disociar el entorno espacial privado con el de las grandes agencias o las agencias públicas internacionales espaciales. Esto ya tiene que ser un continuum. Sin ellos no podemos hacer nada. Todos tenemos que entender el papel que tienen y cómo están dinamizando este sector. Además, están haciendo una labor de divulgación y de difusión, y el ciudadano puede llegar a la conclusión de que todo esto es de interés común, que todo esto tiene un propósito universal.

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