Mbappé dio a Xabi Alonso sus primeros tres puntos como entrenador del Real Madrid. Los blancos, todavía faltos de rodaje, dominaron todo el partido ante un Osasuna ordenadísimo que no dejó ni un hueco en el Bernabéu. Un gol de penalti de Kylian al poco de iniciarse la segunda mitad encarriló el triunfo madridista en un duelo insulso en el que debutó Mastantuono, que dejó detalles de su impresionante zurda.
Por culpa de Tebas. Por su culpa, por su culpa, por su gran culpa. Por obra y (des)gracia de ese Darth Vader que está asfixiando sin tocarlo el fútbol español se estrenaba el Real Madrid en la Liga con varios días de adelanto sobre el horario previsto (y justo). Lo hacía frente a Osasuna y ante un Bernabéu que lucía imponente y expectante para ver la puesta de largo del proyecto de Xabi Alonso, llamado a devolver a los blancos a la categoría de equipo y sacarlos de la lista de bandas.
Eligió el tolosarra una alineación previsible y atrevida. Eran los mismos que bailaron al Tirol con el asterisco de Fede Valverde en lugar de Ceballos, un futbolista que no termina de enamorarle. Titulares los tres fichajes de la defensa, Trent, Carreras y Huijsen, a los que acompañaba el renacido Militao. No lo he dicho pero el portero era Courtois, faltaría más. El centro del campo se lo repartían entre Tchouaméni y Fede Valverde, con una línea de tres mediapuntas por delante para Vinicius, Brahim y Güler. Y arriba el jugador que está llamado a liderar al Real Madrid: Kylian Mbappé.
Enfrente Osasuna era el visitante que estrenaba el calendario en el Bernabéu para descorchar una Liga en la que, tal como vimos el sábado en Mallorca, todo sigue igual: el Barcelona juega como los ángeles once contra once y a veces doce contra diez. Ya saben, todo O.K. José Luis. Y contra eso tendrá que competir el Real Madrid de Xabi Alonso: contra el Barça del increíble Lamine Yamal y contra los designios del malvado Tebas y su esbirro Louzán, el presidente de la RFEF, a la vez florero y Lampedusiano que ha cambiado todo el arbitraje para que todo siga igual.
Posesión infinita
Nos dieron las nueve y echó a rodar la redonda bajo el techo retráctil del Bernabéu. Desde el inicio el Real Madrid acaparó la pelota con egoísmo. Replegó Osasuna en torno al área de Herrera, portero canchero. Los diez jugadores de de Xabi Alonso (todos menos Courtois) jugaban en la mitad de campo rojillo. Era una posesión infinita y algo tediosa al inicio. Hubo que esperar al minuto seis para que los blancos hicieran su primer intento con un disparo cruzado de Carreras desde fuera del área que se perdió a la izquierda de la meta rojilla.
El Real Madrid se lo tomaba con calma. Cocinaba el juego a un fuego tan lento que Osasuna no se quemaba. Xabi Alonso trataba de animar a su equipo, ensimismado en su propia lentitud. Era un ritmo de juego agosteño y algo caribeño. En el 17 tuvo que ser Huijsen el que probara los guantes de Herrera con un disparo desde Aluche. El meta osasunista se la sacó de encima para evitar males mayores.
El tedio se fue apoderando del Bernabéu porque el Real Madrid seguía con su monólogo sin gracia. Consumiéronse los primeros 20 minutos sin que el equipo de Xabi Alonso ofreciera nada de interés a sus aficionados. Osasuna se defendía más ordenado que las estanterías de una farmacia. Poco a poco los blancos inclinaban el juego hacia el área rojilla. Militao también probó en el 25 las manos de Herrera con otro disparo desde la carretera de Toledo.
Hubo que esperar hasta el 33 para que (por fin) apareciera Mbappé dentro del área. El francés, rodeado de rivales, se sacó un disparo dentro del área que no le cogió el efecto suficiente para pillar portería. Osasuna se defendía con orden en su bien diseñado 5-3-2. El Madrid no encontraba resquicio por el que crear peligro a pesar de que los de Xabi Alonso habían acelerado un poco después de la pausa de hidratación.
Atasco en La Castellana
Al filo del descanso se animó el Real Madrid. Vinicius reclamó un penalti que no era tal y ya al filo del entreacto Mbappé remató muy forzado en el segundo palo un buen centro de Carreras. Fue la segunda (y última) ocasión del equipo de Xabi Alonso en un primer tiempo decepcionante. La gente reaccionó con un silencio sepulcral como si estuviéramos en misa y no en el fútbol. El Madrid no había sabido desenmarañar el planteamiento táctico planteado por Alessio Lisci.
Regresamos del sopor y Xabi puso a calentar a dos chavales: Gonzalo y Mastantuono. Pronto se les unieron Rodrygo, Carvajal y Ceballos. Medio equipo, vamos. Apretó de inicio del Real Madrid con un puntito más de intensidad que de salida. Y pronto obtuvo el premio. Fue en una acción individual de Mbappé, que sentó a Cruz dentro del área. El defensa de Osasuna, en lugar de frenar, atropelló a Kylian. Le barrió y le hizo penalti con ambos pies. Cordero Vega no lo dudó y se fue al punto fatídico. El propio Mbappé se encargó de ejecutar la pena máxima. Y de marcarla tras engañar a un parapenaltis como Herrera.
El Real Madrid encarrilaba el partido. Más vale tarde. Xabi Alonso rumiaba su primer cambio pero no se decidía. Lo hizo en el 66 después de que Güler primero y Bretones después dieran sendos avisos a Herrera y Courtois. Y fue un cambio doble: Carvajal por Trent y Mastantuono por Brahim. El Bernabéu recibió con aplausos por igual al capitán y al debutante.
Osasuna no se salía del guión. No atacaba ni perdiendo. El Real Madrid sostenía su asedio. Mastantuono enseñó su tarjeta de visita al Bernabéu en un córner que botó medido, como si tuviera una mano en el pie, a la cabeza de Tchouaméni. Xabi Alonso aprovechó la pausa de hidratación para quitar a Vinicius y meter a Gonzalo García. Era el minuto 76 y una decisión que habría resultado imposible con Ancelotti.
El Real Madrid tenía el partido encarrilado pero no ganado. De recordárselo se encargó Budimir en el 84 con un cabezazo a bocajarro que se le fue por encima de un Courtois que se quedó a media salida. La acción defensiva de Gonzalo, que cuerpeó con el delantero rojillo, fue decisiva para evitar el gol. También la tuvo Mastantuono en el 88 en una acción en la que le quedó la pelota en la zurda dentro del área y se la sacó de encima Herrera con una buena mano.
Fue la última de un partido dominado por el Real Madrid, que abrochó con una victoria pírrica y sosa ante Osasuna para iniciar el camino hacia la reconquista de una Liga que no parece, ni mucho menos, empresa fácil. El proyecto de Xabi Alonso se inicia con una victoria pero con muchísimo trabajo por delante.