OKENTREVISTA a Manolo Gavira

Manolo Gavira, portavoz de Vox Andalucía: «Los dos enemigos que tiene España están en el País Vasco”

Manolo Gavira da a conocer su vida más íntima y personal en el plató de OKDIARIO

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Manolo Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía.
Borja Jiménez

Manolo Gavira es el portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía y el líder de la formación en la comunidad. Gaditano, abogado desde hace 25 años, de familia humilde y, sobre todo, alguien «muy normal», que es como él mismo se define. Familiar, motero, del Cádiz y amante de la lectura. En OKDIARIO Andalucía hemos querido acercarnos a un político que es la gran apuesta de Santiago Abascal para el sur de España. Pero no nos hemos querido quedar únicamente en el perfil político, porque aunque casi todo el mundo conoce el mensaje de Vox, a veces es tan o más importante conocer al mensajero.

Vox es el único partido que hace verdadera oposición a Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía. El populismo de la izquierda radical y la corrupción de un PSOE andaluz ahogado en su propia corrupción dejan como único rival digno a un Manolo Gavira que este viernes nos deja ver su lado más personal. Ese que no muestra en el atril del Parlamento de Andalucía, ni en las ruedas de prensa, ni -¿por qué no decirlo?- en las entrevistas que ha concedido a otros medios.

PREGUNTA.- ¿Cómo ve la situación política en Andalucía ahora mismo?

RESPUESTA.- La situación en Andalucía, tal y como nosotros la percibimos, es que los andaluces ya se están dando cuenta de que este Gobierno de Juanma Moreno no va a ser capaz de resolver los problemas que tiene mi tierra, que tiene Andalucía. La gente ya se ha dado cuenta de que la atención sanitaria no va a mejorar, y lo estamos viendo cada día. La educación se ha echado a la calle también. Hay problemas con la dependencia… Vemos un gobierno incapaz de resolver los problemas crónicos que tiene Andalucía, y de eso se están dando cuenta los andaluces cada día.

P.- ¿Qué considera que le falta a la gente conocer sobre usted? ¿Qué es lo principal que deben conocer sobre Manolo Gavira?

R.- Sobre Manolo Gavira nada. Manolo Gavira es simplemente el mensajero. Lo importante siempre es el mensaje y lo que hay que hacer es conocer el mensaje, sin interferencias. Y ya una vez que te escuchen y te analicen, yo estoy seguro de que mucha gente se va a sumar a nuestras ideas, a nuestros principios, a los valores que tiene Vox desde el primer día. Simplemente eso. Con que no distorsionen el mensaje ya es suficiente, pero Manolo simplemente es un mensajero más.

P.- Bueno, pero nosotros queremos conocerle un poco más, su vida familiar, ¿cómo es Manolo Gavira? 

R.- Tuve una juventud complicada. Yo soy hijo de un humilde panadero de un barrio obrero de Cádiz, quizás por eso hablo así, que es una cosa que siempre me señalan. Me dicen que tengo una forma de hablar que no parezco un político de un partido de derechas, de un partido conservador, pero será por eso. Porque soy el hijo de un panadero humilde, que falleció joven. Después falleció mi madre. Tengo tres hermanos, tres hermanos de los que estoy muy orgulloso, por supuesto, y después tengo una familia y una mujer que son todo para mí. Mis dos hijos, por supuesto, son mi gran debilidad.

Si cualquiera ve mis redes siempre verá eso de «padre, esposo y hermano», porque eso es lo que soy, el tío más normal del mundo. No soy una persona excepcional, soy simplemente una persona que trabaja, que trabaja mucho, y esa es mi fortaleza. Procuro hacer bien las cosas. Soy muy responsable y soy muy exigente, a los míos los traigo siempre por la calle de la amargura, por lo exigente y lo pesado que soy, pero esa es la única fórmula, la única llave que tenemos para que las cosas salgan bien.

P.- Según sus rivales políticos, en Vox son élites gobernando para las élites, pero usted viene de una familia humilde…

R.- Y una familia muy humilde, muy humilde. Y, ya le digo, una familia, tanto mis hermanos como yo -yo soy el mayor de ellos- hemos arrancado, nos hemos hecho nosotros mismos y la verdad es que nadie nos ha regalado nada nunca. Y eso es nuestro valor y nuestra marca.

Las circunstancias me llevaron hace diez años a militar en Vox y las circunstancias me llevaron también a estar en la portavocía ya desde el final de la anterior legislatura. Quien piense que en Vox somos gente de terratenientes o que vivimos en la abundancia, ya te digo yo que no, que yo soy un hijo de un obrero, de madre viuda que también fallece joven, y que nos hemos hecho nosotros mismos. Y eso es Vox también.

P.- ¿Qué aporta esta humildad a la hora de ser político? 

R.- Lo que a mí me aporta es simplemente el poder mirarle a la cara a la gente, saber los problemas que me están trasladando y conocerlos y ponerme en su lugar. A mí nadie me va a decir lo que es una necesidad, nadie me va a decir lo que es vivir en un barrio con exclusión, nadie me va a decir lo que siente una viuda, lo que siente un trabajador por tener un trabajo con poca retribución, porque eso es lo que he vivido en mi casa y nadie me lo va a tener que explicar.

Y, como eso es así, pues cuando uno empatiza y le explica sus sensaciones de vida o lo que ha vivido en la vida, la gente se sorprende porque la gente a lo mejor ve a un político como una persona que está en otro nivel, en otras circunstancias. Pero en mi caso yo soy muy normal y soy así, y sigo viviendo en el mismo barrio desde hace muchísimo años.

A mí me pregunta la gente dónde vivo, y vivo en el barrio Avecrem, o sea, imagínate cuando un barrio se denomina así qué tipo de barrio es. Es un barrio humilde, obrero y ahí sigo viviendo y allí voy a seguir viviendo.

P.- ¿Ha sido una persona con muchos amigos, popular en tu barrio, o ha sido una persona más bien discreta entre los suyos?

R.- Mi familia es una familia muy discreta, muy discreta. De pequeño siempre he sido un tipo que me ha gustado mucho leer, trabajar mucho, estudiar mucho y eso es lo que he hecho siempre. Nosotros no somos de la primera línea mediática. No soy una persona que manifiesta sus inquietudes políticas a terceros. Pero bueno, ya te digo, que desde hace diez años soy afiliado de Vox y siempre he estado a disposición de cualquiera que haya tenido responsabilidad en mi partido hasta que me ha tocado a mí. Entonces, yo procuro ejercerla como soy, pues serio, responsable y poniendo encima de la mesa mucho trabajo. Y en eso yo creo que hay poca gente que me pueda ganar.

P.- En principio, el ser político debería ser algo, yo creo, vocacional. ¿En qué momento se dio cuenta de que quería servir al pueblo?

R.- Viviendo y siendo andaluz uno ve la situación que ha tenido Andalucía en los últimos años, en los años de gobierno socialista, y cómo la educación en Andalucía no era la mejor y sigue sin ser la mejor. La atención sanitaria en la calle, igual que pasa ahora… La dependencia… todos los problemas que tiene Andalucía ahora son los que teníamos en la época socialista y son los que hacen que a mí me haga dar un paso adelante.

En el momento en el que me plantean afiliarme a Vox, que fue una persona en aquel momento muy cercana a Santiago Abascal, pues yo cuando voy y le explico cuál es mi pensamiento político, con las primeras diez medidas que tenía Vox, yo veo ahí muchas cosas que me gustan y al día siguiente me afilio a Vox y aquí estoy.

P.- ¿Y cómo ha sido esa transición?

R.- Simplemente planteo soluciones a los problemas que veo. Tener la respuesta a los problemas que tiene la gente y decírselo con normalidad, que la gente vea que era una persona responsable, que lo que planteas son soluciones de puro sentido común, de pura lógica, y siendo así, yo creo que el mensaje es el que va calando en la gente. Por eso cada vez hay más gente que en Andalucía, y en España también, cuando ve a un político de Vox no se espera un estereotipo, sino que ve a una persona normal y que habla normal y que muchas veces, por no decir todas las veces, coincide con las preocupaciones que tiene la persona. Ese ha sido el tránsito y eso es lo que uno procura mejorar en cada oportunidad que tiene de hablar, como en esta entrevista, que te agradezco tanto.

P.- Cuando dicen que es de ultraderecha, que es fascista, que es incluso nazi, ¿qué dice?

R.- Yo ya vengo llorado de casa. Lo único que espero es que la persona que me diga eso me dé la oportunidad de explicarme, y cuando yo me explico, la gente se da cuenta de que no soy eso de lo que me acusan. Cuando alguien te escucha y ve tu argumentación se dan cuenta de que no eres de lo que te acusan. Y eso es lo que hay que conseguir.

P.- Y, cuando lee en determinados medios de comunicación que son la ultraderecha, ¿qué hace?

R.- Tratas de explicar el mensaje sin ningún tipo de interferencia. Uno, cuando habla con cualquier medio de comunicación, con los de izquierdas y con los de derechas, y te plantean estas cuestiones por las que tanto nos atacan a nosotros, hombre, yo creo que luego no van a poder mantener eso de que Manolo es un tipo de ultraderecha, un tipo racista, xenófobo o machista, porque cuando escuchan tu exposición es que no puedes mantenerlo, porque no tiene ningún sustento.

Ahora, por ejemplo, hay un tema del que nos acusan de todo, que es el de la inmigración. Yo creo que el Partido Popular y el Partido Socialista se están dando cuenta del daño que han hecho sus políticas de inmigración en nuestro país, y yo creo que es su orgullo el que les impide decir que Vox tiene razón después de tantos años denunciando lo que va a suceder, o lo que está sucediendo ya.

Y eso es lo que sucede, que la falta de orgullo y el estereotipo fácil es el sambenito que nos cuelgan, hasta que tú ves cómo se van modificando las políticas, por ejemplo, en la Unión Europea, relacionadas con la inmigración, y ves cómo los países van cambiando de dirección, y cómo en España va a cambiar de dirección antes o después.

Nosotros esperamos que cambie antes, y que sea gracias a que esté Vox en el Gobierno. Pero eso va a pasar tarde o temprano seguro.

P.- Qué curioso que esos inmigrantes ilegales luego sean los que más alzan la voz contra Vox, como se ha visto en el País Vasco.

R.- Siempre se habla de las agresiones que sufren otros partidos. Los afiliados, los simpatizantes más agredidos, más insultados y más injuriados son los de Vox. Con las mesas informativas sucede igual, y las sedes que sufren más vandalismo son las nuestras. Y nosotros no recibimos ni siquiera el apoyo o el ánimo de ningún partido ni de ningún medio de comunicación. Parece que nosotros nos tenemos que aguantar con esto. Me hablas del País Vasco… Yo estaba en Getxo el sábado acompañando a Amaia Martínez, que es la persona más valiente que conozco con lo que está sucediendo allí.

En el País Vasco se dan los dos enemigos que tiene España: los enemigos internos, con ese separatismo que estamos viviendo también en Cataluña, y, por supuesto, también esa ruptura de la identidad nacional.

Mi compañera Mercedes me contaba el otro día en Getxo que le contaba una señora, hablando de los inmigrantes ilegales, que a todos ellos los mantenemos nosotros y que parece que los políticos que tomamos decisiones, nos metió en ese saco, no nos damos cuenta de que es el pueblo el que está pagando esas cosas.

Por ejemplo, hace unos días estuve en Armilla, donde el señor Sánchez quería poner en esa ciudad de Granada un campamento de inmigrantes ilegales y, claro, la gente no quiere. De hecho, han tenido que recular. ¿Por qué? Porque la gente sabe que no quiere tener un campamento de 1.500 personas en frente de su casa, no quieren. Y eso no es ser racista, ni ser xenófobo, ni ser nada. Eso es simplemente querer mantener una calidad de vida, que se mantenga su modo de vida como han venido desarrollándose durante tantos años, y eso es lo que sucede.

Luego está el tema de que parece que es inevitable, pero la inmigración ilegal se puede evitar. O eso que dicen de que te van a pagar las pensiones el día de mañana. Que tampoco es verdad. Sabemos que la mayoría se encuentra en una situación de desempleo. Y este Gobierno quiere legalizar esos 500.000 inmigrantes, el único que dice que esto no puede ser, que la gente no quiere y que esto es un efecto llamada, el único que dice la realidad, lo que piensa la gente, es Vox. Que nos insulten ya lo damos por descontado.

P.- Decía antes que le gusta leer, ¿qué libros le han marcado a lo largo de tu vida?

R.- A ver, ahora, por ejemplo, me estaba leyendo dos libros a la vez, uno lo he terminado hace poco, es una novela, un pasarrato, como yo le digo, y es la última de Joel Dicker, que me la he leído en tres días. Ahora me lo estoy volviendo a releer y, además, pintándolo, pero eso son cosas mías. También me estoy leyendo el Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián, del siglo XVII. Uno para pasarme el rato y el otro para seguir intentando mejorar.

P.- ¿Mejor ensayo o novela?

R.- A mí me gusta mucho la novela, el ensayo lo hago muy despacio. Me he leído el libro de Macario Valpuesta sobre Blas Infante, me he leído muy despacio también el de Enrique García-Maíquez, La Gracia de Cristo, que es una virguería de libro. Pero me lo tengo que leer muy despacio para que deje poso.

P.- El de Macario Valpuesta está haciendo mucho daño a mucha gente en el sur, porque parece que Blas Infante no era lo que nos decían.

R.- No, no, es que esa es una gran mentira. Blas Infante es una gran mentira, y como es una gran mentira, pues que haya alguien que haga el esfuerzo que ha hecho Macario, con muchas horas de trabajo, para reflejar lo que es la realidad del mal llamado padre de la patria andaluza, que uno se enerva y se enfada cuando tiene que escucharlo, la verdad es que lo agradezco, y también me lo tengo que leer, pero muy despacio, para que deje poso.

P.- ¿Y el cine ¿le gusta?

R.- Me gusta, me gusta el cine. Hace tiempo que no voy. Pero me gusta, me gusta.

P.- ¿Hay alguna película que le haya gustado?

R.- A mí me encanta La vida es bella.

P.- Es gaditano… ¿del Cádiz?

R.- Gaditano y del Cádiz, por supuesto. Soy muy cadista.

P.- ¿Le gusta el fútbol?

R.- Sí, sí, me gusta, me gusta. Me pone muy nervioso. Yo voy al estadio y es donde realmente me pongo nervioso.

P.- ¿Más que en el Parlamento?

R.- Ni lo dude, ni lo dude. Me pone muy nervioso. Pero es lo que tengo.

P.- ¿Qué más hobbies tiene?

R.- Bueno, pues simplemente eso, leer mucho y estar con la familia, cuando la cabeza centrifuga y está todo el día pensando, tengo una motito, me pego una vuelta para relajarme, y después estoy con la familia, con mi mujer, con mis niños y poco más. Soy muy normal, una persona muy normal.

P.- Entonces, ¿no es usted una élite de estas que nos venden con cuernos y con el cuerpo rojo?

R.- No, no, no. Yo no, muy normal. Para mí eso es casi lo mejor. Yo busco en la gente la normalidad, la claridad, la buena relación, el buen trato, yo no busco otras cosas que gente que quiera hacer bien las cosas.

 

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