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Marichús Montero, Vicente Cecilio y el piso en Diego de León, 36

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Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Esta es la historia de María Jesús, alias Marichús o Chiqui. María Jesús era amiga de Susana, quien la nombró consejera de Economía y Hacienda en Andalucía. Entonces Susana perdió contra Pedro en las primarias (que financió no se sabe cómo), pero eso fue una bendición para María Jesús, porque, para compensar la derrota, Pedro la nombró ministra de Hacienda como cuota susanista. Y además, fue portavoza del Gobierno durante la pandemia, un cargo muy apropiado para ella por su facilidad de palabra.

María Jesús tenía un amigo llamado Vicente en Andalucía y se lo trajo a Madrid para ponerle de presidente de la SEPI. Pero resulta que la jueza Patricia de Sevilla imputó a Vicente en 2019 por prevaricación, presuntamente, en la adjudicación de la mina de Aznalcóllar a un consorcio que no había hecho la mejor oferta.

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María Jesús Montero, ministra de Hacienda.

Vicente Cecilio Fernández Guerrero (su nombre completo) ha sido absuelto del caso de las minas este año, pero en 2019 tuvo que dimitir como presidente de la SEPI porque quedaba feo que un imputado por otorgar irregularmente contratos con dinero público… otorgara contratos con dinero público. Se fue pero poquito: siguió ejerciendo como presidente de la SEPI en la sombra como denunció OKDIARIO en 2021 y algún que otro medio ha descubierto ahora.

De hecho, conservó el coche oficial, la secretaria y la cuenta de correo electrónico, mantenía reuniones con directivos e incluso visitaba a las compañías participadas por el holding empresarial público.

El piso franco

Pero claro, Vicente Cecilio no podía estar físicamente allí porque eso sí que habría dado el cante. Así que utilizó de uno de los pisos francos de que disponía el PSOE para reuniones con sus fontaneros que reveló este periódico. En concreto, el situado en la sexta planta de la calle Diego de León número 36, en pleno Barrio de Salamanca (Madrid).

La valoración de la vivienda ronda los 1,4 millones de euros, según el portal inmobiliario Idealista. La propiedad tiene 163 metros cuadrados construidos  e incluye ascensor, portero y garaje propio, desde el que accedían las visitas de Vicente Cecilio, entre ellos una abogada experta en contabilidad llamada María, un empresario sevillano y cierta fontanera del PSOE que le ha acompañado esta semana a los calabozos de la Guardia Civil.


En ese piso, Vicente Cecilio aceptó -no decidió, porque fueron decisiones políticas- rescates tan polémicos como el de Plus Ultra, Duro Felguera o Air Europa durante la pandemia. Lo hizo sin rechistar, en primer tiempo de saludo, a pesar de que podía haber ilegalidades como las que ahora le han puesto los grilletes por su mala cabeza.

Los rescates de la discordia

En los dos primeros casos, porque ni eran empresas estratégicas ni sus problemas derivaban exclusivamente del covid (los requisitos que establecía el fondo de rescate), como también denunció OKDIARIO en su día. Y ambos con fuertes relaciones con Venezuela, en especial con la ínclita Delcy Rodríguez. Y sobre estos rescates planea la sombra de un José Luis que comparte apellido con la vice venezolana. De hecho, los responsables de Plus Ultra también han sido detenidos. En el caso de Air Europa, porque, aunque sí cumplía esas condiciones, tuvo a Begoña Gómez y a Ábalos por medio.

Plus Ultra
Avión de Plus Ultra. (EP)

Volviendo al piso, según fuentes cercanas a la SEPI, era el despacho, la vivienda y a saber qué más de Vicente Cecilio en su etapa de presidente en la sombra. Etapa que duró hasta marzo de 2021, cuando alguien (se supone que Moncloa) le dijo a Marichús que la SEPI llevaba dos años sin presidente, que se estaban aprobando rescates de empresas muy importantes y que esto no podía eternizarse. Así que no le quedó más remedio que nombrar una sustituta: otra amiga suya de nombre Belén (Gualda), a la que la SEPI había colocado en Navantia.

Ahora, Vicente Cecilio está detenido e imputado, y Marichús dice que apenas tenía relación con él y le llama «este señor». Como decía El último de la fila, cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Aunque, quién sabe, a lo mejor acaban los dos en una celda. Sin ventanas.

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