Crítica de la serie protagonizada por Clara Lago

‘Clanes’ triunfa en Netflix: un híbrido entre ‘Fariña’ y ‘Café con aroma de mujer’

Un thriller sobre el narcotráfico en Galicia

Clanes
Cartel de la serie 'Clanes'.

Crítica de Clanes, la nueva serie española que ha conquistado a la audiencia de Netflix. Se trata de un thriller que no deja de romantizar la figura del narco. Con un acabado parecido al de la telenovela de toda la vida, la ficción protagonizada por Clara Lago y Tamar Novas no es una obra maestra pero tampoco lo pretende. Está hecha para contentar a todos los públicos, tanto nacionales como extranjeros. No hay excesivos riesgos narrativos y formales pero la trama funciona muy bien, los actores son competentes y, lo más importante, es muy entretenida. Sus ocho capítulos se consumen con facilidad aunque luego se olviden. La serie está escrita y creada por Jorge Guerricaechevarría (guionista conocido por colaborar con Álex de la Iglesia ) y, sin hacer muchos spoilers, todo apunta a que habrá segunda temporada, sobre todo porque se ha colocado en el número uno del ranking de la plataforma pocos días después de su estreno.

¿De qué va?

Clanes se desarrolla en Cambados, Galicia, donde la familia Padín ha mantenido el control del pueblo gracias a sus negocios de tráfico de cocaína. Ana (interpretada por Clara Lago), una abogada exitosa, descubre que su padre, asesinado recientemente, era un testigo protegido que llevó al patriarca de los Padín a la cárcel. La trama se centra en su venganza y en cómo se infiltra en el clan para destapar la verdad detrás de su muerte. Lo que no cuenta la protagonista es con enamorarse de Daniel (Tamar Novas), el hijo del narcotraficante encarcelado que ahora dirige el clan.

Clara Lago y Tamar Novas encabezan el casting mientras que Francesc Garrido, María Pujalte, Chechu Salgado, Diego Anido, Xosé Antonio Touriñán y Tomás del Estal completan el elenco. La serie está creada y escrita por Jorge Guerricaechevarría (guionista conocido por colaborar con Álex de la Iglesia) y dirigida por Roger Gual.

Narcos gallegos para todos los públicos

La historia de Clanes podría ocurrir exactamente igual en Galicia como en China: podrían ser narcotraficantes como soldados rivales o miembros de la Yakuza japonesa. No hay una intención, por parte de los responsables de la serie, de explotar los localismos ni de dotar a la trama de aspectos únicos. Al revés, esta no deja de ser la enésima revisión de El Conde de Montecristo con un intenso romance entre medias. Venganza o amor, este es el eterno dilema del que se alimentan los culebrones de toda la vida. Clanes es eso, una telenovela con aspiraciones que encaja en los criterios de Netflix de hacer productos universales, ajenos a las idiosincrasias lugareñas para que puedan entenderse aquí y o en cualquier parte del mundo.

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Tamar Novas y Clara Lago en ‘Clanes’.

Lo mejor: la trama

Clanes es muy entretenida. Cierto es que juega con tópicos y conflictos vistos mil veces pero no pretende otra cosa que la de hacer que el espectador no se aburra. Esta es una serie para todos, para los que ven Los Bridgerton y luego se enganchan a Narcos. Es una historia convencional que funciona perfectamente. Los conflictos están ahí, la tensión se maneja bien y los personajes son carismáticos. Ocho capítulos que enganchan y terminan muy arriba, lo que hace sospechar que habrá segunda temporada.

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Tamar Novas y Clara Lago en ‘Clanes’.

Lo peor: una dirección mediocre

Lo que se echa de menos en Clanes es cierta intimidad en personajes y situaciones. Todo está al servicio de la trama y, a veces, se olvidan de las motivaciones. La dirección (sobre todo en cuanto se refiere a los actores) es mejorable. Hay diálogos muy explicativos, escenas excesivamente cortas que, lejos de crear ritmo, entorpecen la fluidez del conjunto. Los protagonistas están bien pero parece que no han sido explotados de la manera que merecen.

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