Ni Ibiza ni Formentera: este es el oasis español de playas con aguas azul turquesa
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Los visitantes que se decantan por Menorca regresan vez tras vez. No es fortuito que en 2024 haya sido reconocida como el mejor destino de playa en España. Su arena, tan fina que se filtra entre los dedos al caminar, simboliza la pureza en su expresión más auténtica. El viento modela calas de una belleza sin par: algunas están flanqueadas por roquedos, otras por humedales, acantilados o dunas. Menorca es un paraíso de playas de agua azul turquesa.
Desde 1993, Menorca es Reserva de la Biosfera, y despliega una increíble riqueza natural. Las calas de arena blanca y aguas color turquesa son simplemente irresistibles, al igual que sus espacios naturales y parques para disfrutar de actividades al aire libre. Con un valioso patrimonio cultural y una gastronomía exquisita, Menorca constituye el lugar ideal para tus vacaciones.
Las mejores playas de Menorca
Cala en Turqueta, dividida por un saliente rocoso, se encuentra en una ubicación ideal para refugiarse del viento de la Tramuntana. Para llegar a la playa, hay que cruzar un pinar protegido por el Área Natural de Especial Interés de la costa sur de Ciutadella.
Cala Escorxada, en forma de media circunferencia, ofrece una playa de arena fina y blanca, flanqueada por cantiles y pinos, y aislada de núcleos urbanos. Llegar allí requiere una caminata o un paseo en kayak, pero la recompensa es una experiencia única en un remanso de paz.
Cala Pregonda destaca por su Punta, que se alza sobre el mar con un aspecto místico. El nombre de la playa proviene de una roca que se asemeja a un monje orando. Su acceso a través del Camí de Cavalls hace que esté menos concurrida que otras playas de Menorca.
Cala Macarella y su hermana Macarelleta son imprescindibles en las Islas Baleares. Aunque la caminata hasta allí puede disuadir a algunos, la belleza turquesa abrazada por pinos y encinas hace que valga la pena la visita.
Es Talaier ofrece una pequeña porción de arena blanca y aguas tranquila, rodeada de roquedos que evitan el fondeo de embarcaciones, preservando así la pureza de la playa. Es muy popular y, debido a su proximidad a Ciutadella, es necesario madrugar para encontrar espacio en la arena.
La Playa de Binigaus puede que no tenga la misma fama que Cala Macarelleta, pero su belleza no tiene nada que envidiar. Además, ofrece un ambiente más tranquilo que otras playas populares de Menorca. Para llegar allí, hay que seguir el Camí de Cavalls, el sendero histórico que rodea la isla por la costa. Esta playa es la más extensa de las playas vírgenes de la isla y ofrece un paisaje único, con acantilados ocres y arenas grises en la orilla.
Estas son las mejores playas de Menorca para disfrutar del sol este verano, seleccionadas por «National Geographic».
Qué ver en la isla balear
Explorar los encantos de Menorca es una experiencia inolvidable. En Mahón, la capital de la isla, la elegancia se mezcla con el encanto histórico. Explorar su extenso puerto, el segundo más grande del mundo, y subir a la fortaleza de Isabel II son experiencias que revelan la importancia estratégica de este enclave. El casco histórico de Mahón, con sus mansiones elegantes y coloridas casas, es un viaje en el tiempo a la época colonial.
En Binibeca, la tranquilidad y el encanto mediterráneo se combinan en un entorno de casas blancas y calles serenas. Perfectamente accesible desde Mahón, este pueblo de pescadores invita a relajarse y disfrutar del paisaje costero. La iglesia local y el pintoresco embarcadero son lugares destacados, mientras que la cercana playa de Binibeca ofrece la oportunidad de sumergirse en las aguas cristalinas del Mediterráneo.
La Torre de Fornells emerge como una poderosa fortaleza en el paisaje costero, destacando como uno de los puntos clave en la defensa del norte de la isla. Testigo de tiempos pasados, esta imponente estructura fue erigida como último bastión por los ingleses antes de su partida de Menorca. Tras años de abandono, la torre ha sido cuidadosamente restaurada y hoy en día alberga un fascinante museo. Desde su terraza, se pueden disfrutar vistas panorámicas de la pintoresca bahía de Fornells.
La Mola, situada en la parte más oriental de España, es una península que alberga una fortaleza del siglo XIX, considerada uno de los complejos amurallados más grandes de Europa. Su estado de conservación es excepcional y te dejará impresionado. La joya de la corona es la fortaleza defensiva ordenada por Isabel II, con murallas imponentes y miradores que fascinan a los visitantes.
Ubicado en el cabo de Favàritx, en la zona norte de Menorca, el Faro de Favàritx es un punto de referencia histórico que data de 1917, siendo inaugurado en 1922. Su construcción fue motivada por los numerosos naufragios que ocurrían en la zona, destacando los del vapor Isaac Pereyre en 1906 y del barco General Chanzy en 1910. Este faro se encuentra rodeado de acantilados de pizarra negra, creando un paisaje que algunos describen como sacado del mismísimo infierno.