La joya escondida de la Costa Blanca: un increíble rincón de casas blancas donde el tiempo se detiene
Altea es conocida como la 'cúpula del Mediterráneo'
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Altea, un encantador destino en la Costa Blanca, combina la serenidad del mar Mediterráneo con el encanto de su casco antiguo. Éste pintoresco pueblo se divide en dos zonas: la costa y el núcleo histórico. En el casco antiguo, encontrarás calles empedradas rodeadas de casas blancas adornadas con flores, rincones ocultos y miradores que conducen a la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Asimismo, Altea ofrece más de seis kilómetros de costa, con playas de cantos rodados que destacan por su tranquilidad y belleza natural, alejadas de las multitudes.
Para los amantes de la aventura, Altea ofrece actividades emocionantes como el kayak hasta la isla de la Olleta, situadaen el Parque Natural de Serra Helada. Los entusiastas del buceo y el snorkel disfrutarán de las aguas cristalinas y el increíble fondo marino. La naturaleza también juega un papel importante en la región; la Sierra de Bérnia y el Parque Natural de la Sierra Helada ofrecen rutas de senderismo impresionantes. La gastronomía local fusiona sabores del mar y la huerta, con platos como arroz a banda y paella con boquerones. En Altea, tanto los amantes del mar como de la montaña encontrarán su lugar ideal.
Altea, una joya mediterránea
Altea, una joya costera en la provincia de Alicante, es conocida como la «cúpula del Mediterráneo» por las destacadas cúpulas de cerámica azul de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, que dominan el casco antiguo desde lo alto de un cerro. Este pueblo, con su laberinto de callejuelas empedradas y casas blancas adornadas con flores, ofrece una esencia mediterránea auténtica.
Historia
El topónimo de Altea proviene del griego «Altahia», que significa «yo curo». Durante el dominio musulmán, Altea formó parte de la taifa de Denia, y fue conquistada por Jaime I de Aragón en 1244, repoblándose con cristianos y obteniendo la carta puebla en 1279. Su historia está marcada por diversas civilizaciones: íberos, griegos, fenicios, romanos y musulmanes han dejado su huella en la región.
Los griegos y romanos se dedicaron al comercio y establecieron factorías de salazones, mientras que los árabes mejoraron la agricultura y la pesca en la zona. Sin embargo, en el siglo XVII, la población sufrió un periodo de decadencia debido a la expulsión de los moriscos en 1609 y los ataques de piratas. Un evento significativo fue el desembarco de la armada del Archiduque Carlos de Austria, que permitió la conquista de Denia hasta Valencia.
En las décadas de 1960 y 1970, Altea se convirtió en un refugio para artistas y bohemios, atrayendo a figuras como Eberhard Schlotter, Marisol y Rafael Alberti. Hoy en día, Altea es reconocida como uno de los centros culturales más importantes del levante español, ostentando el título de Capital Cultural de la Comunidad Valenciana.
Lugares de interés
El casco antiguo, conocido como El Fornet, ha preservado su encanto a pesar del auge del turismo, y su visita incluye la posibilidad de conocer la iglesia principal y disfrutar de las vistas desde el mirador de los Cronistas, que ofrece panorámicas de la ciudad, el puerto, y los acantilados de Sierra Helada.
Uno de los principales atractivos es la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, que destaca por sus cúpulas de cerámica azul, que se alzan sobre el casco antiguo y le confieren el apodo de «Cúpula del Mediterráneo». Construida en el siglo XIX sobre un templo barroco anterior, la visita a la iglesia es gratuita.
Junto a la iglesia se encuentra la plaza de la Iglesia, un vibrante centro cultural que se anima cada tarde con artistas, artesanos y músicos callejeros, y donde también se pueden encontrar terrazas para disfrutar de la brisa marina.
Por otro lado, Altea también destaca por sus playas de piedra y aguas cristalinas, como Cabo Negret, La Olla y La Roda, esta última con el distintivo de Bandera Azul. Para quienes buscan algo diferente, la Iglesia Ortodoxa Rusa San Miguel Arcángel, construida con materiales rusos y ubicada entre Altea y Calpe, es una curiosidad arquitectónica que también merece una visita. Otros lugares de interés incluyen la Torre de la Galera y el Paseo Marítimo, ideal para disfrutar de una buena comida junto al puerto.
Playas
La Playa de la Roda, ubicada en el corazón del casco antiguo de Altea, destaca por su agua cristalina y ambiente acogedor. Su arena fina y grava, junto con la vista del histórico casco de la ciudad, la convierten en una de las más populares y concurridas, sobre todo durante los meses de verano, con la Bandera Azul como garantía de calidad.
La Playa de Cabo Blanco es ideal para quienes buscan tranquilidad. Con más de un kilómetro de extensión, su grava fina y bolos ofrecen un entorno relajante. Finalmente, la Cala del Soio, escondida entre acantilados, es un oasis de tranquilidad. Sus aguas turquesas y su entorno virgen la convierten en un refugio perfecto para los amantes de la naturaleza.